Un día en la Academia Jedi: clases para minifans de 'Star Wars'
Los fans de Star Wars siguen celebrando como locos el regreso de la saga tras El despertar de la Fuerza y han organizado todo tipo de eventos y actividades centrados en el universo de George Lucas desde su estreno el 18 de diciembre de 2015.
En ese no parar de homenajes, una asociación de seguidores acérrimos no quiere dejar fuera del fenómeno a los más pequeños y ha creado una Academia Jedi. Allí les enseñan valores a través de sencillas pruebas en las que juegan con su inocencia. Los alumnos llegan a creer que realmente tienen la Fuerza, el poder místico de los Jedi.
La asociación se llama Orden 66 y se creó en 2011. Pero no fue hasta 2013 que dieron forma al proyecto de la Academia. La idea se estrenó con gran éxito y ahora la organizan a petición para eventos, ferias y cumpleaños. La última clase impartida fue durante la celebración del festival cultural Metrópoli de Gijón, que ha dedicado desfiles, exposiciones, proyecciones y exhibiciones de lucha a Star Wars.
Cada grupo que participa en la Academia Jedi está formado por 15 niños de entre 5 y 10 años. "Más mayores no porque ya no se lo pasan bien, ya no se lo creen", explica María del Pilar Acebal, un ama de casa de 53 años que ejerce funciones de tesorera de la asociación.
Cada taller dura 45 minutos y la asistencia cuesta tres euros. Todo lo recaudado se destina a fines benéficos, desde ONG como la asociacion de enfermos de esclerosis lateral amiotrofica hasta personas concretas como Daniela, una niña que necesita un tratamiento específico y muy caro, los dos beneficiados de los conseguido en Metrópoli (800 euros).
LA PRUEBA DE FUERZA
Cada uno de los 34 miembros de Orden 66 está asignado a un lado de la Fuerza. Acebal y otros cinco Jedi se encargan de la Academia. Al frente está el maestro Jordán, que comienza impartiendo el Código Jedi, unas pautas de comportamiento adaptadas al lenguaje y comprensión de los padawan (aprendices de Jedi). "Bondad, compañerismo... buenos valores", señala Acebal.
Luego los niños cogen unos hervidores de mano: los medidores de Fuerza. "Son unos botes de cristal que contienen un líquido que sube con el calor. Les decimos que, si se concentran, ascenderá y significa que tienen la Fuerza. Y se lo creen", asegura Acebal.
EL GOLPE DE FUERZA
Después de la prueba, les dicen que todos tienen "una Fuerza terrible" y toca aprender una técnica: el golpe de Fuerza. "Primero lo hacemos los maestros: extiendo la mano y paralizo al otro 'profe'. Y después lo hacen los niños conmigo, pero les advierto que no hay que tirar al maestro. Siempre hacemos que se pasen y le arrojen al suelo porque les hace más gracia", explica Acebal.
A continuación les dan tres pelotas que deben encestar en una Estrella de la Muerte de juguete. A todos les parece fácil, pero tiene truco: toca repetirlo con los ojos cerrados. "¿Y puedes creer que a veces aciertan más así?", comenta Acebal.
DUELO DE ESPADAS
La segunda parte de la clase se dedica a los sables láser. Son de gomaespuma y los fabrican en Orden 66. Para Metropoli hicieron 120 y, como siempre, el favorito de los padawan es el verde porque es el de Yoda. "Les encanta y, de hecho, pronto tendremos un traje de Yoda completo para que flipen todavía más", explica Acebal.
El maestro de esgrima les enseña algunos movimientos básicos con la espada y qué significa cada color de la hoja: azul, fuerza; verde, sabiduría; y amarillo, paciencia. "Después los emparejamos para que puedan practicar", concluye Acebal.
EL ÚLTIMO DESAFÍO
Al final siempre entra un villano que quiere atacar la academia; maestros y padawans deben que unirse para derrotarlo sin las espadas, solo con el golpe de Fuerza. "Los empujamos mentalmente hasta que se rinden. Y aceptamos su derrota porque los Jedi no matan si no es necesario", explica la maestra.
Si el que entra es Darth Vader, puede pasar cualquier cosa. "Algunos niños se ponen nerviosos y hasta tiemblan. Una vez uno se hizo una foto con él y dijo suspirando: '¡El sueño de mi vida!'. Solo por eso merece la pena pasar calor con el traje", opina Acebal.
Cada alumno recibe un diploma y se queda con su espada. Algunos alucinan con la certificación, que le da un aire oficial a la clase. "Una vez, uno llevó el título al colegio y un compañero lo rompió. Se pelearon y el padawan se quedó muy preocupado de que se enteraran en la Academia Jedi y lo expulsaran por pegarse", recuerda otro instructor.
¿HAY TALLERES PARA ADULTOS?
Las clases tienen tanto éxito que Orden 66 ha probado algo nuevo en Metrópoli: la Academia Imperial, más competitiva, para niños de 10 a 15 años y centrada en pruebas físicas de campamento militar. "Recibíamos quejas de que no había nada para mayores así que lo hicimos de prueba y salió muy bien", recuerda Acebal.
Muchos se preguntarán... ¿Y los adultos? La asociación está planeando lanzar clases para padres también. Mientras tanto, los mayores se pueden quedar en los márgenes del aula, viendo cómo se lo pasan los 'peques' y deseando unirse a ellos.