Cinco policías muertos y ocho heridos en las protestas contra la violencia policial en EEUU
Cinco policías han muerto este viernes y otras ocho personas resultaron heridas -siete agentes, un civil- durante una manifestación contra la violencia policial en Dallas (Texas, EEUU) cuando dos francotiradores les dispararon desde posiciones elevadas, informó la Policía de Dallas. La protesta pacífica tenía lugar en memoria de Alton Sterling y Philando Castile, dos hombres de raza negra que fueron abatidos sin motivo aparente por agentes de la Policía.
La emboscada fue ejecutada a las 20.58 -hora local- por al menos dos individuos apostados en dos edificios de aparcamiento situados a ambos lados de la calle por la que transitaban los manifestantes, atrapando a un pequeño contingente policial que gestionaba el paso de la marcha en un "fuego cruzado" contra el que los agentes no tenían respuesta posible, según lamentó posteriormente el jefe de Policía de la ciudad, David Brown.
La policía ya ha identificado a un principal sospechoso, Micah Xavier Johnson, que estuvo en Afganistán con el Ejército de EE.UU. entre noviembre de 2013 y julio de 2014, según medios locales. Johnson, un hombre negro de 25 años, también formaba parte de la reserva del Ejército estadounidense, según ha informado la cadena NBC. La policía le mató cuando estaba atrincherado. Antes de morir, el sospechoso dijo que quería matar a "policías blancos" y ha negado pertenecer a ningún grupo, indicó el jefe de la Policía de Dallas, David Brown, en una rueda de prensa.
"Dispararon de manera completamente coordinada y triangulando desde una posición elevada justo sobre el lugar donde iba a terminar la marcha. Algunos de los agentes murieron por disparos en la espalda", explicó Brown. Un testigo de los eventos, el veterano del Ejército Carlos Harris, constató que los disparos fueron efectuados con profesionalidad. "Tiro, tiro, pausa; tiro, tiro, pausa. Totalmente estratégico", ha declarado al Dallas News.
Ahora mismo se tiene constancia de al menos dos detenidos. Un tercero, Mark Hughes, cuya foto fue publicada en Twitter por la cuenta oficial de la Policía de Dallas, se entregó voluntariamente por miedo a su seguridad. La Policía finalmente le ha puesto en libertad.
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Las fuerzas de seguridad divulgaron en internet la fotografía de una "persona vigilada" en el caso, un hombre joven, negro y corpulento que vestía una camiseta de estampación militar y portaba lo que en la imagen parece un rifle.
"HERIR O MATAR"
Según el jefe de Policía, que apareció en rueda de prensa junto al alcalde de Dallas, el demócrata Mike Rawlings, los dos francotiradores "querían herir o matar al máximo número posible de agentes", por lo que prepararon una emboscada y algunos de los agentes recibieron los disparos en la espalda.
Brown también explicó que los sospechosos habrían amenazado con activar una bomba, aunque no dio más detalles.
Alrededor de un centenar de agentes habían sido desplegados en el centro de Dallas con motivo de la marcha contra la violencia policial, en una noche en la que estas manifestaciones se repitieron en ciudades a lo largo y ancho del país.
PREOCUPACIÓN
Por su parte, el presidente de EEUU, Barack Obama, ha afirmado que todos los estadounidenses deben estar preocupados por estos sucesos.
"Cuando ocurren incidentes como estos, hay gente que siente que no se la trata igual a causa del color de la piel. Esta no es una cuestión blanca, no es una cuestión hispana, es una cuestión estadounidense", indicó Obama en una rueda de prensa televisada desde Varsovia, donde asistirá a una cumbre de la OTAN.
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Estados Unidos vuelve a vivir jornadas de protesta en las calles de sus principales ciudades tras las muertes de dos afroamericanos a manos de la Policía, uno en Luisiana el martes y otro en Minesota el miércoles, y la publicación de sendos vídeos en las redes sociales que muestran los incidentes.
"Todos nosotros como estadounidenses debemos estar preocupados. Cuando vemos datos que indican que hay disparidades, es nuestro deber decir que podemos ser mejores que esto. Somos mejores que esto", apuntó el mandatario, quien aseguró que estar preocupado por esta cuestión "no es estar contra la aplicación de la ley".