Expertos informáticos sobre nuestra huella digital: "No estamos a salvo ni con el ordenador apagado"
Estás a punto de terminar tu jornada laboral. Mandas el último correo electrónico y, antes de levantarte de la silla, entras en El Huffington Post y compartes en Facebook una noticia de Matías Prats que ha vuelto a hacer una de sus gracias. Revisando tu muro, reparas en que ya han comenzado las rebajas de una de tus marcas preferidas e, inmediatamente, vas a ella para comprarte ese vestido que tanto deseabas desde el mes de mayo. No puedes resistirte y cuelgas la foto en el grupo de amigas de WhatsApp que, inmediatamente, lo celebran y aprovechan para recordarte que tienes que reservar habitación en el hotel en el que habéis decidido escaparos un fin de semana. Entras en Instagram, que te sugiere que veas las maravillosas fotos de la piscina y sus jardines, e inmediatamente... reservas.
Así, más o menos, funciona nuestra vida: mitad real, mitad virtual. Navegamos por aplicaciones de móvil, redes sociales, plataformas de pago y buscadores como si entrásemos en el metro, fuésemos a comprar el pan o nos reuniésemos en un bar a tomar unas cañas. Pero sin darnos cuenta hemos dejado en la red nuestro número de teléfono, nuestros datos bancarios, nuestros movimientos, nuestros gustos, nuestro círculo social, nuestras relaciones familiares…
TODOS SOMOS POTENCIALES VÍCTIMAS DE DELITOS VIRTUALES
Al igual que el protagonista de la nueva película de la saga Bourne —encarnado una vez más por el actor Matt Damon—, Jason Bourne, que se estrena en España el próximo 29 de julio, si sufriésemos una pérdida irreversible de memoria, seríamos capaces de volver a reconstruir nuestra vida con solo googlearnos y bucear por la red. Pero, en realidad, ¿sabemos a quién le estamos dejando toda esa información? ¿Qué hacen las grandes empresas de Internet con todos esos datos? ¿Qué peligro corremos al dar detalles de nuestra vida íntima?
Algunos de nosotros no somos conscientes de que puede resultar peligroso caminar por el ciberespacio sin ningún tipo de precaución. No poseemos una inmensa fortuna, no somos personajes públicos, ni tenemos ningún cargo de poder... ¿Qué interés vamos a tener para los ciberdelincuentes? Pues cuidado, porque como aclara Silvia Barrera, Inspectora de la Unidad de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional y una de las personas más implicadas en la lucha contra la delincuencia en Internet, podemos ser víctimas de microestafas, los ciberdelincuentes pueden utilizar nuestro ordenador de forma remota para realizar ataques o pueden usurparnos la identidad para la comisión de muchos delitos. "Hace unos días, un señor fue denunciado por haber jugado supuestamente a una página web de juegos online y Hacienda le reclamaba 6.000 euros. Él aseguraba que nunca había entrado en esa web y nunca había jugado. Habían usurpado su identidad", explica.
8 DE CADA 10 ESPAÑOLES HAN SIDO YA VÍCTIMAS
El aumento de la criminalidad en la red es innegable. "Hace diez años, solo un 60% de la población tenía teléfono y muy pocos se conectaban a Internet en cualquier sitio. Se navegaba en casa, despacio, con tranquilidad... Ahora utilizamos el móvil rápidamente y no reparamos en muchas cosas".
Un estudio de la Universidad Internacional de Valencia publicado en abril, concluía que 8 de cada 10 españoles han sido víctimas de un delito relacionado con las tecnologías aunque la mayoría no lo sabe. Y este es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan desde la Policía: "La gente no sabe qué es delito en las redes y, por tanto, no sabe cómo actuar. Por ejemplo, no saben cómo tratar una conversación de whatsapp para que sirva de prueba. La sociedad necesita mucha más información en ese sentido".
Otra de las cuestiones que "juegan" a favor de estos delincuentes y que les hace sentirse más protegidos es que la mayor parte de estos ataques quedan impunes. "Además de que es necesario una legislación más estricta en nuestro país, nos encontramos con problemas de legislación internacional. Si el ataque, por ejemplo, se realiza desde Rusia y Rusia se niega a cooperar, pues nosotros no podemos hacer nada. Además, los grandes proveedores de servicios en las redes, los que tienen toda esa información y la responsabilidad de administrarla, no están en España y alegan que se deben a la legislación de su país porque no tienen actividad comercial en el nuestro".
Y lejos de lo que se pueda pensar, de que al menos los ciberdelitos no implican violencia física, la inspectora también incide en el aumento de las extorsiones y los chantajes que pueden traer las peores consecuencias. "La violencia ha aumentado porque han aumentado las extorsiones... Si nos acordamos del caso de la red de hackers que filtró los datos de clientes de la agencia de citas Ashley Madison, las extorsiones llegaron a tal dureza que en algunos ocasiones terminaron en suicidio."
Y NO, NO PODEMOS BORRAR NUESTRA HUELLA DIGITAL
“No podemos hacer desaparecer nuestra huella digital. Borramos las fotos y destruímos información puntual, pero perdemos totalmente el control sobre la información que hemos facilitado a proveedores de servicios o sobre las fotos, vídeos y post que hemos compartido con nuestro círculo de amistades”, alerta Barrera. "Lo que vemos es solo un 4% de la información que hay nuestra por la red. El otro 96% está en manos de las grandes empresas de Internet".
Y entonces, ¿qué podemos hacer? ¿Cómo podemos andar por la red de forma segura? "Debemos comenzar a extremar las precauciones, a no compartir nada que no queramos que se sepa y a tener mucho cuidado con los datos que facilitamos y con los permisos –existen 192 tipos de permisos– que damos cuando nos registramos en aplicaciones, redes sociales, buscadores, plataformas de compra-venta, etcétera. No estamos a salvo, ni con el ordenador apagado", advierte la inspectora.