Cinco comportamientos que debes evitar en un hotel, según una empleada

Cinco comportamientos que debes evitar en un hotel, según una empleada

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Cuando te alojas en un hotel… ¿te paras a pensar si tu comportamiento hace más fácil la vida de los empleados? Brittany Kriegstein lleva trabajando seis meses en un hotel de lujo en el Reino Unido y ha escrito un artículo en Business Insiderque se ha hecho viral. En él explica algunas de las cosas que le gustarían que sus clientes no hicieran.

Kriegstein asegura que por el hotel pasan a menudo famosos o invitados de lujo, aunque afirma que lo más importante de su servicio es que trata a todos los huéspedes por igual. Y apunta que los pequeños detalles de los clientes hacen que el trabajo de los empleados pueda ser mucho más agradables.

Estos son algunos de los comportamientos que deberías olvidar cuando te alojas en un establecimiento.

Kriegstein subraya que llevar el desayuno a quien está a medio vestir (o algo peor) no es lo que más le gusta para empezar el día. “Parece que muchos tienen demasiado hambre por la mañana como para cumplir con las reglas básicas de decencia. Por favor, sólo hay que ponerse algo de ropa antes de abrir la puerta”, sugiere.

La empleada de hotel admite que sus directores no pensarán lo mismo, pero asegura que no le gusta que los clientes cojan artículos del minibar porque tienen más de 20 tipos diferentes de aperitivos y bebidas y ella se encarga de su reposición. Eso significa, asegura, que tiene que revisar la lista de todas y cada una de las 144 habitaciones todos los días para comprobar si falta algo.

En ese caso, debe recorrer todo el hotel para llegar al armario de los productos y volver para reponerlo, algo que, dice, si se repite muchas veces puede durar más de tres horas. “Me gustaría que todos trajeran sus propias bebidas”, zanja.

Kriegstein apunta que, como son un hotel de lujo, tienen que hacer todo lo posible para cumplir con todas y cada uno de los deseos de los clientes, desde peticiones de mano en la playa en las que tiene que servir champán a fiestas de lujo sorpresa. “Esas cosas son factibles para nosotros, pero programar un vuelo chárter a una isla de Micronesia mañana no lo es”, subraya.

La empleada recuerda que tienen que seguir un protocolo que consiste en visitar varias veces al día las habitaciones para recoger objetos y reponer el minibar. “Si no quieres que molestemos, utiliza el cartel de ‘No molestar’. No se nos permite entrar en una habitación ni llamar a la puerta cuando está colgada esa señal, que garantiza paz y tranquilidad”.

Kriegstein recuerda que no se les permite decir qué famosos se alojan en el hotel y mucho menos en qué habitación están. “Debido a los estrictos códigos de confidencialidad, es posible que ni sepamos dónde están”, admite.

Kriegstein da, en cambio, algunos detalles que agradece que tengan los clientes: charlar brevemente con los empleados cuando les llevan la comida; decir, educadamente, si hay algo que puedan mejorar; decirles ‘hola’ en los pasillos; y hacer los pedidos a la habitación con la máxima antelación posible.