El poder en la sombra de Martínez-Maillo
Hace poco más de un año Mariano Rajoy renovó la cúpula de Génova. El PP había sufrido un duro batacazo en las elecciones municipales y autonómicas. Podemos ascendía y el presidente entendió que era el momento de rejuvenecer al partido y darle un aire nuevo tras hablar mucho con dirigentes y políticos de su confianza.
La calle Génova se abrió a un nuevo grupo de ‘populares’ para ocupar las vicesecretarías: Andrea Levy, Pablo Casado, Javier Maroto y Fernando Martínez-Maillo. A este último le otorgaba el departamento de Organización, un cargo árido y de vital importancia, y le aupaba al ‘número tres’ del organigrama.
Martínez-Maillo (Zamora, 1969) ha sabido aprovechar la oportunidad y se ha ganado la confianza del líder y de los moradores de la calle Génova durante estos doce meses. Se ha convertido en uno de los hombres con más poder dentro de la familia conservadora y en uno de los ‘cerebros’ de la campaña que ha llevado a Rajoy a ganar este 26 de junio con 137 escaños en el Congreso -catorce más que el 20-D-.
Es casi imposible encontrar a alguien en el Partido Popular que hable mal de él. Su ascenso ha venido también de la mano de Javier Arenas, hombre de máxima confianza de Rajoy y con el que mantiene una buena relación. Antes de trasladarse al despacho en Génova, fue presidente de la Diputación de Zamora entre 2003 y 2015 y vicepresidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) entre 2011 y 2015.
Además, es alcalde del pueblo zamorano de Casaseca de las Chanas. Su visión local y de la España que no está enganchada a Twitter ha conectado con la del presidente para una campaña plagada de campos de alcachofas, invernaderos y fábricas de quesos.
"ES UN HOMBRE MUY DE PARTIDO"
“Es un hombre muy serio, muy ordenado, muy de partido, muy concienciado con el proyecto del PP”, comentan a El Huffington Post fuentes de Génova. Y, además, hay que tener en cuenta que ocupa una Vicesecretaría “muy dura porque es clave en el partido, se enfrenta internamente a todo, a los problemas de la formación, a la organización territorial”. “Fernando está muy pendiente del partido y de la estructura territorial, de las comunidades”, añaden.
En este tipo de cargos no hay mucho espacio para el lucimiento, hay que lidiar con revueltas internas, con la distribución de poderes. Por supuesto, ha estado metido de lleno en la elaboración de las listas, algo que no es fácil. “Ese trabajo es lo peor en un partido, es muy agradable para los que dices que sí y muy desagradable para los que les dices que no”, añaden las fuentes.
“En un año se ha ganado la consideración de la casa, de la calle Génova, es una autoridad en las comunidades autónomas. Siempre está pendiente del partido, su equipo de colaboradores está agradablemente satisfecho”, comentan.
Y quien está también satisfecho es su jefe. “Tiene muy buena relación con Rajoy”, agregan las fuentes. Los dos han coincidido en esa idea de campaña “más personal, más cercana”. Martínez-Maillo tiene ese concepto de alcalde de “pueblo pequeñito, de contacto directo con la gente”, apostillan las fuentes.
En su departamento también se ha hecho el trabajo estratégico sobre los escaños que bailaban, dónde se podía perder o ganar un asiento en el Congreso. En el PP detectaron que había provincias en la que los votos de Ciudadanos llevaban a que Podemos consiguiera diputado por los restos. Todo ese trabajo ha estado en manos de Martínez-Maillo.
Ha sido profeta en su propia tierra este 26 de junio. El PP de Zamora logró en los comicios el 48,3% de los votos, aumentando casi en seis puntos los resultados del 20 de diciembre, cuando logró el 42,56% de los sufragios. Tiene el honor de estar en el top ten de los candidatos más votados. Fuentes de esa provincia que lo conocen desde hace mucho tiempo dicen de él que es un hombre “muy honrado y trabajador”. “Ahora en Madrid empiezan a conocer lo que sabíamos de él aquí”, señalan.
El desembarco en la sede del PP fue en un momento complicado, con el PP en caída libre, perdiendo miles de votos en las municipales. Además, en Génova se vivían luchas internas avivadas por episodios como la gestión del caso Gürtel, la falta de feelingcon ministros y la mala relación entre Javier Arenas y María Dolores de Cospedal.
¿Cómo es su relación con la secretaria general? ¿Se llevan bien? “Sí, sí, despachan habitualmente. Tienen muy buena relación”, dicen las fuentes. Los dos han trabajado con codo con codo en la elaboración de las listas y en temas complicados como el caos y renovación del PP valenciano tras los malos resultados electorales del año pasado y la aparición de casos como Taula.
En Génova ahora el clima es mejor, los inquilinos piensan que se ha dado un paso adelante desde la llegada de los nuevos vicesecretarios. “Realmente hacen una piña, no hay fisuras, ni malos rollos”.
Una imagen de esto se pudo ver la noche del 26 de junio. Tras el discurso de Rajoy en el balcón, se podía ver allí a Levy, Casado, Martínez-Maillo y Arenas bromeando, haciéndose fotos e, incluso, bailando al son del himno merengue del partido. Esa complicidad no es una novedad. Suelen comer juntos tras las reuniones del comité de dirección y a ellos se une Jorge Moragas cuando puede.
Pasada ya la resaca electoral, toca gestionar el nuevo escenario político. El PP tiene que buscar ahora los apoyos necesarios para lograr la investidura de Rajoy y, además, debe afrontar los movimientos que se dan cada día en todas las comunidades. En su agenda tiene como otra misión prioritaria poner en orden el PP de Palma de Mallorca a través de una gestora por la dimisión de su líder, José María Rodríguez, al estar presuntamente vinculado con una trama de corrupción en la Policía Local.
Tiempo de negociaciones, pactos, apoyos. Luego vendrá el tiempo de los puestos si Rajoy consigue sacar adelante su investidura. En ese momento, se volverá a hablar casi seguro de Martínez-Maillo.
