El ambiente cambia de barrio (Little Chueca)

El ambiente cambia de barrio (Little Chueca)

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A principios de los años 90, un barrio deprimido fue conquistado por unos valientes que decidieron ondear en sus calles, locales y viviendas la bandera arco iris para rehabilitarlo y cambiarle completamente el ambiente. Durante las últimas décadas, Chueca se ha convertido en uno de los rincones de Madrid más prósperos, epicentro de grandes marcas comerciales, restaurantes y galerías. Pero, sobre todo, el gran atractivo de este barrio rosa ha sido su vida nocturna, siempre en ebullición, sin descanso y con mucho descaro.

Y es por estas fechas del Orgullo, cuando Chueca vive su semana grande. Desde el miércoles 29 de junio, sus calles se vuelven a teñir de multicolores, las opciones de encontrar mesa libre en sus restaurantes (o un simple hueco en una barra de bar) son más que escasas y si todavía no se ha reservado habitación de hotel u hostal, la misión es casi imposible.

Pero en esta ocasión, el turista —como durante todo el año ha podido constatar el autóctono— podrá comprobar que en cuanto a marcha se refiere, el barrio ha perdido gran parte de su encanto. Es cierto que aún se puede pasar una divertida noche de baile (mezcla de últimos éxitos comerciales con los imprescindibles petardeos al estilo Raffaella Carrà) en locales como el Delirio (Libertad, 28), Polana (Barbieri, 10) o Studio 54 (Barbieri, 7). También disfrutar de una copa más tranquilos en el D'Mystic (Gravina, 5), en la terraza del hotel Room Mate Óscar —con su minipiscina tan cool— (Plaza Pedro Zerolo, 12) o atreverse con la supermargarita del Baranoa (Pelayo, 31). O visitar los históricos Truco —referente para el colectivo lésbico— (Gravina, 10), Black & White —aquí el petardeo cabaretero está más que asegurado— (Libertad, 34) o el HOT —para los que les guste los hombres barbados y con pelo en pecho— (Infantas, 9).

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Cañas y tapas en el D´Mystic. Foto: Facebook

Sin embargo, la noche de Chueca ya no es lo que era. De hecho, durante el Orgullo 2016, los actos centrales del concurso de Mr Gay, actuaciones musicales y las casetas de copas estarán en la céntrica Puerta del Sol (en los últimos años el Ayuntamiento ya las ubicó en Callao); la zona infantil y familiar se traslada a la explanada del Rey en Madrid Río y los grandes conciertos se instalan en Plaza de España y Puerta de Alcalá. Todo un poco retirado de las calles del barrio, en un reflejo de la dispersión que se ha dado del ambiente por otras zonas de la capital.

LA LATINA

Conocida ya como la little Chueca. Esta zona típica del tapeo madrileño, conquistada por los famosos de la capital, vive su día grande los domingos a partir del mediodía. Desde hace años en muchos de sus locales se ve ondear las banderas arco iris y disfrutar del mejor ambiente. Los míticos están situados en el denominado Triángulo de Calatrava:

El Perla (Calatrava, 14). Ideal para los que les gusta empezar pronto la fiesta y arrancar cuando el sol todavía pega fuerte. Lugar de tapeo de barrio, donde triunfan sus mojitos.

La Sixta (Calatrava, 15). A punto de cumplir tres décadas abierto. Estilo muy kitsch y ambiente cañí donde uno puede escuchar a Camilo Sesto o bailar al ritmo del 'pichi' de Lina Morgan mientras se toma una copa. No olvidar saludar a Manolo, su propietario y toda una eminencia en el barrio de San Isidro.

El Atril (Calle de la Paloma, 9). Público muy variado, con predominio de estilo hipster. De los tres, el que más tarde cierra. Mucho botellín de cerveza, pipas y sándwiches a última hora de la noche. Ambiente muy agradable y camareros simpatiquísimos. Las tardes de los domingos el local, no muy grande, se pone a reventar para escuchar —lo de bailar es más complicado— música comercial de los ochenta hasta hoy.

Al triángulo se le ha sumado en los últimos años un cuarto, también concurrido por las tardes para disfrutar de una gran variedad de videoclips de actuaciones musicales (sobre todo Eurovisivas): La Bámbola (Calatrava, 6).

LAVAPIÉS

En el barrio más internacional de la capital también podemos encontrar locales de ambiente o gayfriendly.

Empezamos por El Rincón Guay (Embajadores, 62), una cafetería de barrio donde se ofrecen desde desayunos hasta coctelería. En su web nos invitan a no perdernos sus tapas a un euro y sus cañas al más puro estilo madrileño.

En La80 (Sombrería, 8) podemos disfrutar de buenas sesiones de DJ con música ochentera hasta las seis de la mañana. Ofrecen conciertos de jazz&blues entre semana.

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Aquí es imposible aburrirte. Foto: La Bámbola (Facebook)

En este barrio hay mucha oferta para el público lésbico. De hecho, desde mediados de los noventa, con la apertura de un centro okupa gestionado por mujeres, las calles de Lavapiés han atraído a este colectivo. El Club 33 (Cabeza, 33) acaba de cumplir cuatro años con ese nombre pero es el local del histórico Medea: abierto los jueves, viernes y sábado hasta las seis de la mañana. En El Mojito (Olmo, 6) podrás disfrutar del 'mejor mojito de Madrid' por menos de diez euros antes de la medianoche mientras contemplas las exposiciones que decoran este local acogedor o escuchas a alguna de las narradoras que amenizan las noches de los domingos.

MALASAÑA

Pegado a Chueca está este barrio de modernos y modernas que se ha contagiado del estilo rosa.

Podemos empezar tomando la primera copa o té orgánico a precios asequibles en Cazador (Pozas, 7), decorado con un exquisito gusto, donde nos ofrecen unas tartas artesanales (para los más golosos, una auténtica delicia) y tostas variadas con las que abrir nuestro apetito de cazadores. Siguiendo el estilo hipster, Jandro (Corredera Baja de San Pablo, 18) es también una buena opción para entonar el cuerpo a base de chupitos y copas acompañadas de gominolas.

Si buscamos un rincón donde comer bien, en Rústika Casa Angel (Las Minas, 18) son muy recomendables sus raciones de comida internacional, acompañadas de cervezas del mundo en un espacio con una decoración extraordinaria que nos traslada al interior de una bodega, el fondo de un océano o al comedor de una casa colonial.

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Interior de la discoteca Baila, Cariño! / Foto: Facebook

Toca ahora mover el esqueleto: Baila, Cariño! (Santa Engracia, 17), una de las discotecas de moda de la capital. Abierta jueves, viernes y sábado en una sala de dos plantas que cierra a las seis de la mañana. El público suele ser joven y se mezclan heteros y gays en la pista de baile. Para los que les guste más el estilo de hombres musculados sin camiseta y la música house su destino nocturno es Kluster (Covarrubias, 42). Como cualquier lugar de moda, las copas son caras y los baños muy concurridos.

Un artículo de Eduardo Sánchez para guiarepsol.com

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