9 posibles (o imposibles) pactos tras las elecciones del 26-J
El 26-J vuelve a dibujar un endiablado panorama. La construcción de pactos volverá a ser tan complicada como tras las elecciones de diciembre. Tanto que la investidura del presidente del Gobierno se antoja prácticamente imposible en la primera votación, en la que el candidato debe conseguir mayoría absoluta (al menos 176 escaños).
Estos son 9 posibles (o imposibles) pactos que se podrían producir, bien para facilitar la investidura o en acuerdos puntuales de gobierno.
El PP ha ganado las elecciones con 14 escaños más que en el 20-D, pero sigue muy lejos de la cifra mágica de los 176 escaños. No llegaría a ella ni con el apoyo de Ciudadanos. Y se quedaría a un voto con los apoyos de Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria. Resumiendo: Rajoy lo tiene crudo para poder ser presidente en la primera votación.
El panorama no es mucho más sencillo para el PSOE. Los socialistas pierden cinco escaños respecto al 20-D y la mayoría absoluta queda a años luz. Una coalición de izquierdas con Podemos también será insuficiente. Y si se repitiese el pacto PSOE-Ciudadanos no valdría para investir presidente a Pedro Sánchez en la primera votación.
Tampoco daría mayoría absoluta un pacto entre PSOE, Podemos, ERC y PNV. Sí superaría los 176 escaños si a todos esos partidos se sumase CDC, pero los nacionalistas catalanes han puesto como condición para apoyar un gobierno la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Y el PSOE no está por esa labor.
Y, luego, quedan los pactos que darían grandes mayorías pero que son prácticamente imposibles. Por ejemplo, un pacto entre PP y PSOE lograría 222 apoyos.
Un pacto entre PSOE, Podemos y Ciudadanos conseguiría 188 escaños. Pero Podemos y Ciudadanos ha manifestado en repetidas ocasiones que sus programas son incompatibles.
Y la gran alianza que quiere el PP, con PSOE y Ciudadanos, daría una amplísima mayoría de 254 votos.
Si de este complicado escenario no sale una presidente investido en la primera votación, a las 48 horas se convocaría una segunda votación en la que se requiere mayoría simple (más 'síes' que 'noes'). Ahí las cuentas se complicarían más aún, porque entrarían en juego las abstenciones.
Un horizonte endiablado. ¿Habrá una tercera vez?