Guía rápida para apreciar una buena cerveza
¿Qué tiene que tener una buena cerveza? Básicamente, ser perfecta para un momento concreto. Porque, aunque estemos acostumbrados a hablar de ella siempre de forma genérica –"¿quedamos para tomar una caña?"–, la cerveza, además de ser la bebida alcohólica más antigua del mundo, es un producto complejo que admite muchas variedades. Por eso, conocerla bien es materia para maestros, tanto para los que la elaboran como los que saben apreciarla.
Pero, ¿qué tenemos que saber? La cerveza se obtiene a partir de la fermentación de una mezcla de cereal y agua. Las levaduras se comen los azúcares y liberan alcohol. La cebada es el cereal más utilizado, aunque también hay cerveza de trigo, centeno, avena o incluso arroz. Además, según como sea su fermentación, se pueden clasificar en tres grandes grupos: Lager (fermentan a baja temperatura, entre 5 y 15º C), Lambic (fermentación espontánea) y Ale (entre 15 y 25º C).
El malteado y la importancia del lúpulo
En la elaboración de la cerveza tiene gran importancia el proceso del malteado, que consiste en humedecer el cereal hasta su germinación, deteniendo esta antes de que empiece a brotar. La idea es convertir el almidón en azúcares. Luego, dependiendo del proceso de secado o tostado, tendremos cervezas rubias, tostadas o negras.
Otro ingrediente fundamental es el lúpulo, una planta trepadora de la que se toma sus flores aún sin fecundar. Además de compensar el dulzor de la malta y contribuir a que la cerveza se conserve fresca, aporta un porcentaje muy importante del sabor y aroma. En concreto, el lúpulo suele resaltar el sabor amargo, aunque algunas cervezas, como la Maestra de Mahou, incorporan doble lúpulo: lúpulos amargos, que aportan un amargor suave y ligero, durante la fase de ebullición, y lúpulos aromáticos al final, sumando las notas cítricas y florales.
Una cerveza con fundamento
Así, Mahou propone con su Maestra una cerveza única, con gran cuerpo y, gracias a sus lúpulos amargos y aromáticos, un sabor intenso, creada para aquellos momentos en los que nos apetece disfrutar con tranquilidad de una cerveza con personalidad. Hecha por maestros para maestros.