El guiño de Adele a Barcelona en su primer concierto en la ciudad catalana
La cantante británica Adele arrasó el martes con un concierto de dos horas (para el que vendió las entradas en solo una hora) copado absolutamente por su carácter arrollador y la potencia de su voz llenando el Palau Sant Jordi de Barcelona a base de nuevos y antiguos éxitos, en una sucesión de temas que no se salió del guión de sus anteriores recitales de la gira de su álbum 25.
Adele conquistó a los 16.000 asistentes (muy lejos de los 700 de su anterior concierto en Barcelona, en 2007 en la sala Bikini) cantando temas de sus tres discos, 19, 21 y el más reciente 25. La británica ha tenido un bonito guiño con la capital catalana al mostrar imágenes de la ciudad cuando cantaba su segunda canción. Es algo que hace a menudo (ha proyectado las ciudades de Lisboa, Zurich o Londres en los conciertos de dichas ciudades), pero que siempre emociona a los presentes.
Mientras duró la espera hasta su aparición en escena, un enorme telón blanco mantuvo una proyección de sus ojos cerrados, delineados y sellados por sus icónicas pestañas, que ha sido el objetivo de numerosas fotografías virales en las redes sociales.
Con puntualidad británica, a las nueve en punto, ni un minuto más —parte del público corría aún para tomar asiento—, los ojos de Adele se abrían en la proyección dejando paso a un aullido por parte del público antes de que la artista pudiera pronunciar su Hello — primer y exitoso single de 25— y surgir de la plataforma central con un brillante vestido. Entonces, decenas de fans de pista la rodearon para inmortalizarla.
Tras pasearse entre el público, la estrella entonó el final de la ya emblemática canción con un "Barcelona, thank you", para pasar después a un aplaudido Hometown Glory, tema ilustrado con imágenes de la capital catalana, y sin dejar tregua para que su público respirara, su profunda voz entonó con fuerza One and Only dejando al descubierto tras el telón a la banda musical que la acompaña.
SIMPÁTICA Y HABLADORA
"¡Encantada de veros! ¿Vosotros sabéis inglés? ¡Gracias a Dios, porque yo no soy muy buena en español!", dijo Adele en un presagio de lo que iba a ser la simpatía, cercanía y verborrea con la que condujo todo el recital, en el que no paró de hablar. Acto seguido preguntó si había en la sala alguien de Barcelona, de España y de Inglaterra, a lo que recibió el entusiasmo del público contestando en todos los casos afirmativamente.
También bromeó con que si alguien estaba en la sala como regalo de Navidad o de aniversario, y aprovechó para confesar que recientemente ha cumplido 28 y que se siente bastante deprimida: "Si habéis venido a bailar, estáis en el concierto equivocado", dijo antes de introducir una rockera Rumor Has It, animando a los fans a levantarse y bailar.
"¿Habéis venido a pasarlo bien?",prosiguió después para introducir Water Under The Bridge, tras la que volvió a coger un atropellado ritmo dando paso a I Miss You. Después de este tema sacó a tres jóvenes del público para hacerse un selfie las cuatro.
DEMASIADA SANGRÍA EN SU ANTERIOR ACTUACIÓN
La artista explicó con una risa diabólica que en su actuación de 2007 en Barcelona bebió demasiada sangría, que terminó vomitando en su hotel y que no recuerda "haber tenido tanta resaca jamás". Tras ese comentario pasó a un solemne Skyfall, tema de que le dio el Oscar a Mejor Canción por la banda sonora de la película homónima de James Bond.
Después avisó de que los 15 años no duran para siempre como introducción a A Million Years Ago. Eso ntes de recordar de nuevo —mientras daba sorbos en una taza— su actuación hace años en Barcelona para interpretar Don't you remember, que logró un prolongado aplauso.
Una segunda fotografía con fans tuvo lugar cuando una niña salió a darle un ramo a la cantante bajo el escenario: ella misma pidió a la madre de la pequeña que saliera a tomarse una fotografía; antes de allanar el terreno para su Send My Love (To Your New Lover), el segundo single de su álbum, que terminó con una ola humana vitoreada por ella misma.
Para Make You Feel My Love pidió la colaboración del público con el encendido de las linternas de sus móviles, y remató la faena con Sweetest Devotion y Chasing Pavements en el centro del Palau, aunque el público le sonsacó Someone like you precedido de un discurso sobre su ascenso como artista.
Los 16.000 asistentes —hombres y mujeres, jóvenes y adultos, locales y — tuvieron incluso lluvia en el concierto, que envolvió a la artista en la interpretación del bis Set Fire to The Rain antes de fundirse a negro y reaparecer en otro escenario con All I Ask.
Adele reconoció que estaba nerviosa antes de empezar, felicitó al público por haber repetido después de su anterior actuación hace varios años y prosiguió con When We Where Young ilustrada con fotografías de su infancia. El punto y final llegó con Rolling in the Deep, a la espera de su segunda actuación del miércoles.