Las claves del sumario de la 'operación Púnica'
El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, ha levantado el secreto del sumario del caso Púnica, la trama de corrupción urbanística en Madrid, que revela las declaraciones de los principales imputados.
Estas son las claves de lo que se recoge en el sumario:
EL NEGOCIO DE GRANADOS
Según el sumario, el exsecretario general del Partido Popular de Madrid, Francisco Granados, se "llevó" dinero "contante y sonante" con las adjudicaciones de suelo en las que intervenía la trama y que entendía como un "negocio" a partir del cual alcaldes y empresarios sacaban un "margen" de beneficio, según reveló el pasado mes de junio al juez su socio, David Marjaliza.
Al ser preguntado si con esos favores urbanísticos "ganaba" la localidad madrileña de Valdemoro o "ganaban" quienes fueran sus alcaldes Francisco Granados o José Miguel Moreno Torres, Marjaliza responde: "Yo creo que en esa época hemos ganado todos". "Cuando se adjudicaban los suelos, tu pactabas y pagabas un precio", añade. "¿Y cómo se pagaba el dinero: en mano, con dinero contante y sonante?", inquiere el juez, a lo que Marjaliza responde con un "claro". "¿Y se lo llevaba Granados?", le pregunta. "Claro", vuelve a responder el constructor.
Según Marjaliza, Granados se hacía con el 20% de las operaciones inmobiliarias que su empresa desarrolló en Valdemoro cuando éste era alcalde, a través de una sociedad en la que figuraba la mujer de su jefe de gabinete Ignacio Palacios.
Marjaliza explicó que cuando Granados llegó a la alcaldía él era un "promotor mediano" y como la política del suelo "depende de la potestad municipal empezamos una relación más fluida". Fue entonces cuando Granados le propuso aliarse con otro promotor mayor de la zona, Ramiro Cid Sicluna, para crear juntos una sociedad inmobiliaria en Valdemoro.
"Ahí empieza el tema", destaca Marjaliza, al relatar que finalmente la sociedad la constituyó con ese promotor y la mujer del jefe de gabinete de Granados, Ignacio Palacios, a la que correspondía un 20% de las ganancias, si bien ese dinero era realmente para el exconsejero madrileño, que se hizo con entre 3.000 y 6.000 euros por vivienda entre 1999 y 2007.
EL MIEDO DE MARJALIZA
"A mi Paco me dice: 'Oye, si hay cualquier cosa, rómpela'". Así explicó Marjaliza al juez la recomendación que le hizo Granados tras encontrarse con un agente de la Guardia Civil en una discoteca de Valdemoro.
"Me dice Paco: 'He coincidido en una discoteca de Valdemoro a las 4 de la mañana, con muchas copas, con un guardia civil y me ha dicho que están investigando a un empresario de Valdemoro que tiene su oficina en Pinto'. Y blanco y con asas", dice en alusión a que el empresario sólo podía ser él.
Así, cuando Granados le dijo que tenía a la "UCO por detrás" es decir, a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, él se asustó y destruyó lo que tenía que le podía implicar. "En ese momento yo quemo todo', porque, explica, cogió 'miedo'", y también llevaba un tiempo en que no se sentía "a gusto" consigo mismo.
LA CUENTA EN SUIZA
En otro momento de su declaración de 13 horas, habla del favor que le hizo a Granados cuando este ascendió a consejero de la Comunidad de Madrid para transferir 1,6 millones de euros que tenía en una cuenta de Suiza. El propio Granados también explicó esta operación al juez durante su declaración como imputado y dijo que el dinero que tenía en Suiza provenía de una herencia, aunque Marjaliza afirma que le había contado que el dinero era de "operaciones de la banca cuando viajaba mucho a Tokio o Argentina".
Según la versión de su socio, le debió pedir ese favor porque"tendría miedo de tener una cuenta en Suiza" siendo consejero, y le dijo: "Quédate tú con el dinero y me lo das". Para hacer la operación, un amigo de Granados abrió una cuenta a Marjaliza a la que se transfirió el dinero desde la cuenta del exconsejero del banco BNP, un dinero que luego fue devolviendo a Granados "poco a poco".
Tiempo antes de ese favor, Marjaliza abrió una cuenta en Suiza con ayuda de Granados, quien ya tenía otra abierta en el país helvético y le recomendó un gestor. Lo hizo para ingresar allí los "millones" que consiguió en dinero negro de la venta de pisos. "En esa época loca había mucha gente que nos compraba con dinero negro, muchísima, incluidos inspectores de Hacienda", dice Marjaliza. "Yo hago mucho dinero en efectivo en esa época, muchos millones de euros y le digo a Paco que si conocía a alguien para sacarlo fuera. No quería tener tanto dinero porque me daba miedo por mi y por mi familia".
Entonces, Granados le puso en contacto con una persona que, a su vez, le presentó a una gestora de cuentas de Suiza, quien le abrió la cuenta en 2003. En ella, Marjaliza iba ingresando cientos de miles de euros que le daba en metálico tanto a esa persona como a otro hombre en cafeterías de hoteles de Madrid.
VICTORIA NO SE FIABA DE GRANADOS
El que fuera consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid Salvador Victoria reveló ante el juez que sentía una "desconfianza absoluta" en Granados. Según los audios de las declaraciones de los imputados, hacía "bastante tiempo" que Victoria "no tenía buena relación" con Granados, sino que más bien era de "absoluta desconfianza".
Victoria niega que antes de la primavera de 2014 conociera al empresario Alejandro de Pedro, considerado "conseguidor" de contratos públicos para la trama Púnica. No fue hasta esa fecha que supo de su existencia y tampoco sabía que mantenía relación alguna con Granados. "Si lo hubiera sabido, esa desconfianza se hubiera extendido a Alejandro de Pedro", le dijo Victoria al juez.
Fue cuando la directora general de Medios de Comunicación de la Comunidad de Madrid, Isabel Gallego, le pidió que mandara un mensaje "de tranquilidad" a De Pedro para que los retrasos en los pagos por los servicios que ofrecía una de sus empresas para el seguimiento de las noticias de la región en Internet, no tuvieran ninguna repercusión negativa en esa labor.
Victoria insistió ante el juez que en la campaña electoral de los comicios autonómicos de 2011, él era el responsable jurídico (encargado, entre otras cosas, de los recursos ante las juntas electorales) y nunca vio a De Pedro ni supo de su existencia. "No le conocía ni puedo afirmarle que este señor se ocupara de algo", reiteró Victoria al magistrado después de asegurarle que desconocía que hubiera o haya pagos a gente por ayudar al PP a ganar las elecciones.
LA TRAMA PAGÓ MÍTINES A TOMÁS GÓMEZ
Marjaliza también reveló ante el juez que pagó "mítines, banderolas, bebidas, muchas cosas" a Tomás Gómez, exsecretario general del PSOE de Madrid, cuando éste era alcalde de Parla a cambio de la adjudicación de "seis o siete parcelas" para la construcción de viviendas.
"Me decían, ¿quieres viviendas en este suelo? Sí. Preséntate a este concurso. Nos presentábamos a veinte parcelas y nos adjudicaban cuatro. En el caso de Parla nos adjudicaron seis o siete por un total de 400 y pico viviendas", relata el cerebro de la trama.
Asegura que el intermediario en esas negociaciones era su socio y exalcalde socialista de Cartagena José Antonio Alonso Conesa, a quien la trama daba el dinero para las comisiones, y tiene claro que en el 98% de las adjudicaciones de viviendas protegidas se pagaban comisiones.
TAMBIÉN EN PINTO
La trama Púnica también pagó contraprestaciones al alcalde socialista de Pinto, Antonio Fernández, por la construcción del proyecto comercial y empresarial Plaza Éboli. Marjaliza explicó al juez que esos pagos no fueron realizados directamente por él, sino por el considerado su mano derecha, el también empresario José Luis Capita.
"No recuerdo si eran sobres porque no los llevé yo, pero seguramente sí", dijo el empresario al juez. "¿Cobró algún cargo público?", se le preguntó y Marjaliza contestó: "Si, si, Antonio". El empresario indicó que los pagos tuvieron lugar hace una decena de años y, por ello, el posible delito cometido estaría prescrito en este caso.
"Allí lo que se hizo fue un concurso con el grupo Sonae portugués. Nosotros nos quedamos con la parte del hotel y las oficinas y el grupo Sonae con la parte comercial", aseguró.
Antonio Fernández estuvo al frente de la alcaldía de Pinto durante diez años, entre 1995 y el año 2005. Un juez le condenó en 2014 a pagar una multa por un delito de coacción y acoso laboral contra Paloma Crespo, trabajadora municipal de Aserpinto. La sentencia fue anulada por la Audiencia Provincial, que ordenó repetir el juicio.
LOS PARQUÍMETROS DE VALDEMORO
Otra de las confesiones de Marjaliza fue que pagó "más de 200.000 euros" a Alfredo Ovejero, jefe de gabinete del primer edil de Valdemoro, José Carlos Boza Lechuga, por la adjudicación de la gestión de los parquímetros de la localidad. En los pagos, "estaría alguien más", dijo Marjaliza quien entendía que era "el alcalde, porque iba a algunas reuniones y comidas", dijo.
Marjaliza se refirió, en concreto, a la adjudicación otorgada por el Consistorio en 2012 a Sacyr y una de sus filiales para controlar el estacionamiento regulado en la localidad del sur de la Comunidad de Madrid.
"Se pagaron en varias veces, más de 150.000, yo creo que fueron 'doscientos algo mil', al año siguiente de la adjudicación", dijo el empresario. "Como fue en varias veces no me acuerdo", agregó. "Hablábamos con el jefe de gabinete y él haría las gestiones oportunas", explicó, en respuesta a las preguntas de las fiscales Teresa Gálvez y Carmen García.
BOROX, MEJOR EN SILENCIO
El empresario también confesó haber pagado 30.000 euros a la ex número 3 de Ciudadanos a la Asamblea de Madrid Eva Borox, en su etapa como concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Valdemoro.
El pago estaba destinado "a que no hiciera mucho ruido" y se posicionara a favor de determinadas adjudicaciones que convenían a la trama. "Era la portavoz del PSOE en Valdemoro y, en un momento dado, interesaba que votara a favor o se abstuviera en determinadas votaciones", explicó en el interrogatorio.
Según Marjaliza, fue "José Miguel" (en referencia al alcalde de la localidad José Miguel Moreno Torres) el que le pidió que hablara con ella. "Fue en la legislatura que comenzó en 2007", precisó el que fuera amigo de la infancia del exsecretario general del PP madrileño, Francisco Granados.
Borox entregó hace unos meses su acta de diputada después de que se hiciesen públicas unas imágenes en las que aparecía acompañada de Marjaliza. Aseguró que no tenía relación con él y que simplemente lo conocía por ser un vecino de Valdemoro.