Cinco lecciones de vida de las películas de Woody Allen avaladas por la ciencia

Cinco lecciones de vida de las películas de Woody Allen avaladas por la ciencia

Es uno de los cineastas más prolíficos de su generación y mucha gente se identifica con sus películas. Woody Allen, que acaba de presentar Café Society en la jornada inaugural del Festival de Cannes, sabe bien cómo trufar sus obras de lecciones vitales.

En sus primeras películas, Allen habla de amor, de optimismo, de karma y de la vida. ¿Y qué conclusiones se pueden extraer de ahí? La edición francesa del HuffPost ha elegido cinco, que, además, están respaldadas por la psicología.

1. Hay que aprender a quererse a uno mismo

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En Annie Hall (1977), Alvy Singer (Woody Allen) está obsesionado con un par de temas, entre los que se encuentran Kafka y el sexo. En plena discusión con Annie (Diane Keaton), de la que está enamorado, emerge la palabra masturbación en tono de humor. Ella bromea diciendo que por fin llegan a un tema que Alvy conoce bien, a lo que éste responde: "¡No te metas con la masturbación! Es sexo con alguien a quien quiero".

La lección de vida: Encontrar a alguien a quien quieres y que te quiere está bien, pero lo más importante es quererse a uno mismo ante todo.

Lo que dice la ciencia: La masturbación puede ser beneficiosa para la salud, es un hecho. Pero Woody Allen, con sus palabras, va más allá y muestra que lo bueno es también quererse a sí mismo.

Aceptarnos como somos nos hace más felices, tal y como muestra un estudio de la Universidad de Hertfordshire. Quererse a uno mismo ayuda también cuando todo lo demás falla. Un estudio publicado en la revista Psychological Science señala que las personas que se habían divorciado hacía poco y mostraban compasión hacia sí mismas eran las que lograban remontar con más facilidad.

2. Las decisiones son más acertadas cuando tomamos distancia

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En Poderosa afrodita, que llegó a los cines en 1995, un coro griego clásico narra y comenta la historia de Lenny Wentrib, un periodista deportivo neoyorquino que decide buscar a la madre biológica de su hijo adoptivo. Cabe destacar que, por esa época, su matrimonio está alicaído y que él tiene muchas expectativas con el encuentro. Mientras se oscurece el cielo de la ciudad, el coro griego comenta: "De todas las debilidades humanas, la obsesión es la más peligrosa y estúpida".

La lección de vida: Antes de tomar una decisión y de embarcarte a fondo en una tarea, reflexiona, tómate tu tiempo y no te precipites.

Lo que dice la ciencia: "Tomarse un tiempo no significa ‘no hacer nada’, sino marchar a la aventura: descubrirse, apreciar los recursos personales, medir nuestras debilidades y desarrollar las cualidades (atención, paciencia, discernimiento), estudiar y profundizar. También consiste en tomar distancia y perspectiva con respecto a lo cotidiano y a las formas y modelos impuestos. Es la vía de aprendizaje de la libertad", enuncia la especialista en mitos Jacqueline Kelen, autora de El espíritu de soledad, en la web Psychologies.

La escritora ilustra nuestra tendencia a la precipitación con la historia del dios Baco y el rey Midas. Según este mito, Baco concede a Midas un deseo. Y éste, ávido de riqueza, le pide que transforme en oro todo lo que toque su cuerpo. Entonces, pasados los primeros instantes de alegría, se da cuenta de que no puede ni beber ni comer.

"Precipitarse no trae nada bueno", explica la experta. Tomarse un tiempo, escucharse, reflexionar, sopesar los pros y los contras, son algunas de las claves que la paciencia aporta para saber lo que realmente se desea.

3. No importa la forma: lo principal es ser feliz

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Si la cosa funciona. Esta película de 2009 cuenta la historia de Boris Yellnikoff —un misántropo malhumorado que dice haber estado cerca de ganar el Nobel de Física— y Melodie St. Ann Celestine, una joven sureña ingenua y alocada con la que comienza un romance de lo más particular, pese a las trabas que pone a la relación Marietta, la madre de ella. El plan inicial de los tres no se cumple en absoluto, pero al final todos acaban contentos, y eso es lo importante. Algunos se preguntan qué puede encontrar la joven y fresca Melodie en el gruñón de Boris, o cómo Marietta va a pasar de una vida perfectamente ordenada a un alegre desorden de parejas sexuales. Sería obviar lo esencial.

La lección de vida: La felicidad no siempre está ahí donde la esperamos. Hay que dejarse sorprender y seguir siendo optimistas.

Lo que dice la ciencia: La felicidad no se alimenta de sueños imposibles. Si quieres ser feliz, no esperes demasiado de la vida. Es la conclusión a la que se llegó con un estudio inglés publicado en 2014. Al reducir las expectativas, multiplicamos las posibilidades de que la vida nos dé gratas sorpresas. Por tanto, más vale tomarse la vida tal y como venga en lugar de hacer castillos en el aire.

Por otro lado, no hace falta recordar los efectos beneficiosos del optimismo sobre la salud general. Reduce el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular, protege contra ciertas enfermedades autoinmunes y refuerza el sistema inmune.

4. Vivir en el pasado impide avanzar

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Gil e Inez, dos jóvenes prometidos, pasan varios días en París. A medida que se aleja de Inez, Gil recorre la capital en busca de inspiración y se encuentra de repente en el París de los años 20. De paso, se enamora de Adriana, musa de Picasso. Y poco a poco va olvidándose del presente. Pero, ¿tiene razón? La película Midnight in Paris (2011) plantea la cuestión.

La lección de vida: Si bien el pasado puede tener algo de mágico y mecernos en la nostalgia, sólo el presente puede hacernos felices.

Lo que dice la ciencia: La felicidad se encuentra en el instante presente. Es lo que mostraron varios investigadores de la Universidad de Harvard en 2011 a través de un gran estudio realizado con ayuda de 2250 voluntarios. ¿El objetivo? Estudiar sus pensamientos y comportamientos para ver lo que les hacía más felices. ¿El resultado? Eran más felices en el instante presente, cuando hacían el amor, charlaban o hacían deporte.

"Los seres humanos tienen la capacidad única de concentrarse en cosas que no pasan en el momento presente. Eso les permite reflexionar sobre el pasado y aprender, anticipar el futuro... Pero al mismo tiempo, algunas personas utilizan esta capacidad de una forma no productiva, que incluso puede ir en contra de su felicidad", explica Matthew Killingsworth, autor principal del estudio.

Para los investigadores, la fuente de la felicidad no está en los recuerdos ni en la proyección del futuro, sino en el instante presente.

5. Aprovecha la vida hasta que puedas

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En Irrational Man Abe Lucas es un profesor de filosofía carismático y brillante. Sin embargo, ha perdido las ganas de vivir y está inmerso en la melancolía por el hecho de no haber logrado cambiar el mundo. Todo esto da la vuelta cuando decide buscar justicia asesinando a un juez corrupto. En ese momento recupera la alegría de vivir, pero la cosa no se desarrolla como estaba previsto.

La lección de vida: La muerte puede llegar en cualquier momento, como ocurre a la madre de Abe Lucas. No hay que esperar para empezar a vivir plenamente.

Lo que dice la ciencia: La gente que aprovecha la vida suele gozar de una mejor salud y envejece mejor, según un estudio publicado en enero de 2014. Los resultados de este estudio que analizó a más de 3000 ingleses de más de 60 años muestra que las personas que son más felices y que aprovechan la vida envejecen mejor físicamente, tienen menos dificultades para llevar a cabo tareas cotidianas como salir de la cama o vestirse, y mantienen la velocidad de movimiento mejor que el resto.

¿Cuál será la próxima lección de vida de Woody Allen? Quizá Café Society tenga la respuesta.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición francesa de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del francés por Marina Velasco Serrano