Carmena se da un baño de masas en la Pradera de San Isidro, como si fuera una estrella de rock

Carmena se da un baño de masas en la Pradera de San Isidro, como si fuera una estrella de rock

EFE

Manuela Carmena ha vivido este domingo su primer san Isidro como alcaldesa con una jornada campestre en la pradera del santo "campesino", según ella misma lo ha definido, donde ha asistido a una misa, se ha paseado entre vítores e incluso se ha comido un cocido madrileño elaborado por una asociación de vecinos.

Ataviada para la ocasión con un mantón de manila negro y dorado, la alcaldesa ha dicho pasar con "alegría" la jornada en la pradera, aunque también ha sufrido alguna situación comprometida al escuchar gritos de "Fuera" y "Viva España" y silbidos en su recorrido, sobre todo a su entrada a la eucaristía campestre.

Pero el baño de masas que se ha dado en la pradera "al más puro estilo de Aguirre", como bromeaba algún veterano periodista, ha compensado con creces los abucheos, ya que a su paso por las casetas de comida y bebida la comitiva de la alcaldesa iba recibiendo aplausos y vítores.

"Manuela, por favor, ¿puede venir a hacerse una foto con los ancianos de una residencia? Nos ha costado mucho traerlos", le ha pedido una de las cuidadoras, a lo que ella ha accedido.

Carmena también se ha hecho un selfie con un joven fumador, al que, para invitarle a no tirar al suelo el cigarro, le ha dicho: "Yo no me hago fotos con los que tiran las colillas al suelo, ¿eh?".

El recorrido ha tenido su punto reivindicativo, como cuando una señora le ha pedido a su alcaldesa que arreglase las aceras del barrio y un hombre se ha quejado de la tardanza de la llegada de los programas de las fiestas patronales.

Tras la misa y el paseo, Carmena ha repuesto fuerzas con un tradicional cocido madrileño -distinto al que cocina ella, de estilo "canario", debido a que pasó allí una etapa de su vida, ha comentado- y después se ha dirigido a la carpa de Ahora Madrid.

Allí la han recibido con vítores algunos de los compañeros con los que compartió el año pasado la candidatura que la llevó a la alcaldía y también la diputada de Podemos Tania Sánchez, vestida de chulapa.

(Puedes seguir leyendo tras el tuit...).

Con el vestido tradicional madrileño se ha ataviado hoy por primera vez en su vida Esther Gómez, la concejal del distrito de Carabanchel, donde se ubica la Pradera de san Isidro, que ha acompañado a la alcaldesa en su recorrido, al igual que los concejales Marta Higueras y Javier Barbero.

(Puedes seguir leyendo tras el tuit...).

AGUIRRE NO SE VISTE DE CHULAPA

No ha llegado este año con el traje típico la portavoz del PP, Esperanza Aguirre, que ha estado dudando pero al final ha decidido no ponérselo, porque no le parecía indicado para alguno de los actos a los que ha acudido hoy.

Algunos ediles se han dejado ver reponiendo fuerzas en las casetas, igual que al consejero regional de Políticas Sociales, Carlos Izquierdo, que ha ido a comer vino y rosquillas.

La presidenta regional, Cristina Cifuentes, ha sido otra de las grandes protagonistas de la jornada por la atención que ha despertado entre los ciudadanos que se han acercado a la Pradera de san Isidro, que la paraban continuamente para saludarla y fotografiarla con el móvil.

Ataviada con un clavel rojo, un pañuelo blanco atado al cuello y una chapa con una imagen de chulapos, se ha dirigido en primer lugar a la ermita del santo, donde ha bebido la famosa agua de "propiedades milagrosas".

(Puedes seguir leyendo tras el tuit...).

A la salida, Cifuentes se ha encontrado con los portavoces de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid y la Asamblea, Begoña Villacís e Ignacio Aguado, y los tres han firmado las hojas que les ha proporcionado un grupo de simpatizantes de UPyD para poder participar en las próximas elecciones generales, para lo que necesitan un 0,1 % del censo.

El primer san Isidro de Carmena como alcaldesa ha comenzado en los jardines de Cecilio Rodríguez, en el parque de El Retiro, donde se han entregado las Medallas de Oro de Madrid en un acto austero y con solo 350 invitados (en otros años había varios centenares más), en el que solo ha habido representantes de las instituciones de la Comunidad de Madrid, que han degustado al acabar chocolate, rosquillas y churros.