El PP agita el miedo a Podemos-IU para movilizar a su electorado y ganar el 26-J
“Extremistas”, “radicales”, “comunistas”, “marxistas”, “leninistas”. Los dirigentes del Partido Popular se han lanzado al cuello contra la alianza de Podemos e IU, pero no solo por miedo ideológico. En la calle Génova piensan que esto pondrá en alerta a su electorado y lo movilizará para conseguir superar los resultados el próximo 26 de junio.
“Confiamos que los nuestros no van a quedarse en casa tanto como los de los demás”, dice una fuente de la dirección popular. En los partidos existe temor a que estos cuatro meses de negociaciones fallidas y el hecho de tener que ir a votar otra vez se traduzca en un descenso en la participación.
Por eso, es muy importante mantener viva la agitación entre los electores. Recuérdese aquella frase que se le escapó a José Luis Rodríguez Zapatero tras las cámaras: “Nos conviene la tensión”.
En esta precampaña, el PP acaba de encontrar un filón en el preacuerdo entre Izquierda Unida y Podemos, que pretenden dar el sorpassopor la izquierda al PSOE. Esto encaja con la teoría que lleva defendiendo el Partido Popular desde el crecimiento de los morados a raíz de las elecciones europeas de 2014: “O nosotros o el caos”.
SUPERADO EL "MIEDO" AL PACTO DE PSOE-PODEMOS
El PP ha vivido angustiado estos meses de la brevísima legislatura. Según reconocen fuentes del partido, durante semanas se instaló el “miedo” entre los diputados populares en el Congreso ante la posibilidad de que se llegara a un acuerdo in extremis entre el PSOE y Podemos.
El liderazgo de Mariano Rajoy, tras declinar presentarse a la sesión de investidura, fue un tema de conversación recurrente entre los cargos y militantes del partido sotto voce. Incluso se hacían quinielas en los que aparecían nombres como Soraya Sáenz de Santamaría, Cristina Cifuentes, Alberto Núñez- Feijóo, José Manuel García-Margallo y Pablo Casado. Ese escollo ha conseguido solventarlo por el momento el líder.
Rajoy ha aplicado su mejor técnica: esperar. El líder del PP creía que al final no le saldrían las cuentas a Pedro Sánchez y que se tendrían que repetir elecciones, como le confesó a David Cameron.
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Para ir de nuevo a las urnas con fuerza se necesita una organización territorial vigorosa. Rajoy es plenamente consciente de eso, como buen conocedor de su partido y de campañas electorales. Por eso, según fuentes populares, ha intentado mantener el pulso regional del PP. Esto se interpreta en dos claves. Una es mantener viva la estructura para que no estuviera ‘en funciones’ -como el Gobierno- y otra es tener atado al poder territorial ante cualquier intento de asalto a su despacho en Génova. Rajoy piensa que nadie puede desplazarlo internamente sin tener el apoyo de los barones.
¿Y cómo ha desarrollado esta táctica? A nadie en el partido le ha pasado desapercibido que Rajoy y los dirigentes que le rodean han buscado el despliegue a través de presidir las reuniones de las juntas directivas autonómicas y provinciales a lo largo de estos meses. Esa ha sido la excusa que se ha buscado para movilizarse por toda España, especialmente los fines de semana.
DE VINOS A LA CALLE
Además, tras un tiempo de imagen alicaída, Rajoy ha vuelto a repetir estos días su campaña de calle, especialmente en medianas y pequeñas ciudades. Por ejemplo, en las últimas tres semanas se ha desplazado hasta en tres ocasiones a Castilla-La Mancha. Esta región es uno de sus grandes objetivos, al entender que es un lugar donde resiste mejor el bipartidismo y donde puede calar mejor su discurso de certidumbre y seguridad.
Este mismo martes ahondaba en esa estrategia con su paseo por la calle Laurel en Logroño, donde tomó unos vinos y se fotografió con dueños de bares y propietarios de pequeñas empresas. En este terreno quiere afianzar el voto del 26-J, sabe que a Podemos le cuesta entrar ahí. Fuentes moradas reconocen que son todavía un partido de grandes ciudades.
Además, todos los dirigentes del PP están asociando al PSOE con Podemos, como el gran frente contra los populares. De esta manera también intentan alejar a los socialistas más moderados. El proyecto de gran coalición fracasó con Pedro Sánchez durante estos meses. Por eso, Rajoy cree que mientras siga el madrileño al frente de la Secretaría General no se logrará ese pacto. La vista está puesta en Ciudadanos y en que Sánchez sea desplazado internamente en caso de un mal resultado.
Lo que sí ven en el partido, según las fuentes, es que ahora están más animados que al final de la legislatura. La pirueta de Rajoy no fue comprendida por muchos, pero ahora creen que todavía pueden conservar el poder otros cuatro años. Se hubiera desatado una auténtica batalla en el partido, añaden, de haber perdido La Moncloa.
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Durante estos meses también han sufrido los populares varios casos de corrupción que podían rebajar sus expectativas electorales: José Manuel Soria, la operación Taula y el caso del ayuntamiento de Granada. Rajoy ha intentado desvincularse de ellos de distinta manera. La más tajante ha sido la aplicada en la ciudad de Granada, uno de sus grandes graneros de voto en Andalucía. El caso que menos comprenden los nuevos dirigentes ha sido el de Rita Barberá. Pero Rajoy sigue confiando en que el sentido de “cordura” ante la llegada de Podemos-IU pese más que el castigo por los agujeros negros.
MORAGAS, AL FRENTE DE LA CAMPAÑA
La maquinaria electoral ya está puesta en marcha. El presidente ha vuelto a colocar como jefe de campaña a Jorge Moragas, su mano derecha en La Moncloa. Estará rodeado por los vicesecretarios generales: Javier Arenas, Fernando Martínez Maíllo, Andrea Levy, Pablo Casado y Javier Maroto. También forman parte de ese núcleo duro la jefa de prensa del PP, Marilar de Andrés, y la tesorera del partido, Carmen Navarro.
Otra de las palabras que oiremos repetidamente durante estas semanas de precampaña será “unidad”. Según fuentes del PP, la formación va a hacer hincapié en que es un partido unido y explicará que es el instrumento necesario para terminar las reformas que hacen falta en España y consolidar el crecimiento económico. Además, quieren con esta palabra evidenciar una ruptura en el PSOE entre los sectores de Sánchez y Susana Díaz y, además, potenciar su imagen de garante de la integridad territorial ante el acuerdo de Podemos e IU de propulsar un referéndum en Cataluña.
En ese plan por conservar el Gobierno se enmarca el vídeo difundido por el PP en el que Rajoy llama a la “concordia” y “la esperanza de la España moderada” frente a la “alternativa extremista”. Lo que parecía una idea fresca de mayo se ha vuelto en parte en contra de Rajoy. El PSOE va a denunciar ante la Junta Electoral Central esta acción al haber sido rodado en Moncloa y, además, ha provocado malestar en un sector del Partido Popular por la torpeza.
Otra campaña. Rajoy vuelve a manejarse en el arte de la supervivencia. Aspira a ganar otra vez y con más escaños. Si Ciudadanos pide su cabeza a partir del 27 de junio, ese será otro capítulo.