Cinco años de la boda de Guillermo y Kate: todo esto ha pasado desde entonces
¿Qué estaba usted haciendo hace cinco años? La pregunta puede resultar difícil, pero si se aclara que este 29 de abril se cumplen cinco años desde la boda de Guillermo de Inglaterra (el hijo del heredero al trono británico) y Kate Middleton (eso era entonces: ahora es Catalina de Cambridge) es probable que el recuerdo sea más fácil de recuperar. De hecho, aquel recuerdo puede que le coloque enfrente de la pantalla, al menos en algún momento del día, observando el desfile de invitados, el impecable vestido de la novia, los cerca de 2.000 invitados, las carrozas y los fastos, los infinitos tacones de Victoria Beckham.
Ha pasado un lustro desde entonces y estos cinco años no han sido nada tranquilos para la familia real británica (ni para las demás). Un repaso a lo ocurrido desde aquel en la abadía de Westminster a las 12:30 de la mañana, hora peninsular española, cuando tuvo lugar el Sí, quiero.
Luna de miel, comienzo de la persecución
No tuvieron que correr para hacer las maletas. La mañana después de casarse, Guillermo y Kate (vestida de Zara) salieron en helicóptero desde el palacio de Buckingham (residencia de la reina, donde tuvo lugar la celebración del casamiento), pero para volver a su hogar. Días más tarde sí que se dieron un buen homenaje postboda: estuvieron en las Islas Seychelles, donde fueron cazados por los fotógrafos.
Desde entonces, la persecución ha sido incesante. Los duques lo han denunciado en multitud de ocasiones, la última de ellas el pasado verano. El Palacio de Kensington, en el que vive la pareja, afirmó en una carta que las tácticas de vigilancia de los paparazzi eran "inaceptables". "Están llegando cada vez más lejos", se quejaron. Dado el precedente de Diana, la madre de Guillermo, que falleció en accidente de tráfico en plena persecución de los medios, la preocupación es lógica.
De la ruta americana a un trekking por Bután
Canadá y Estados Unidos fueron los primeros destinos oficiales de los ya duques de Cambridge, en junio de 2011. Si la realeza genera siempre expectativas a su paso por América, los flamantes recién casados causaron sensación en sus visitas a Ottawa, Québec, Calgary, Los Ángeles y Hollywood, donde se codearon con Nicole Kidman, Jennifer Lopez o David Beckham.
Además, los atuendos de Catalina (ya no es Catherine: al pasar a ser parte de la familia real el nombre se españoliza; Kate sí que puede usarse al ser un apelativo cariñoso) se convirtieron en todo un hit, como viene siendo costumbre estos años: todo lo que se pone se agota. Vestidos, faldas y sombreros fueron copiados por doquier.
Esos fueron los primeros viajes que hicieron, pero que después han continuado. Así, han visitado Australia o, más recientemente, India y Bután, donde también se hicieron fotos para la posteridad, como la que reproducía la visita de Diana de Gales al Taj Mahal (y a la que no le faltaron montones de memes).
Primero Jorge…
A los ocho meses de su boda, Clarence House anunció la noticia que muchos deseaban: Guillermo y Kate estaban esperando su primer hijo. Nunca dieron una fecha concreta, ni anunciaron el sexo o el nombre del bebé, pero la confirmación del embarazo se tuvo que adelantar porque Kate pasó un tiempo en el hospital al sufrir hiperémesis gravídica.
Tras este incidente, su embarazo fue muy seguido y sus looks muy copiados. Finalmente, el primer hijo de la pareja nació el 22 de julio , y poco después se supo que se llamaría Jorge.
El pequeño es toda una estrella allá donde va, y todas sus apariciones son especialmente seguidas por la prensa. Ahora ya no es la ropa de su madre la que se agota (o no sólo): todo lo que saca Jorge desaparece de las tiendas en horas. Algo que agradece el sector, por supuesto, y en especial muchas firmas de moda infantil española que le visten. En algo tendría que notarse que su niñera es palentina…
… y después, Carlota
Dos de mayo de 2015: los duques cumplen con el tópico de "la parejita". Ese día nace su segunda hija, aunque no es hasta dos días después cuando se conoce su nombre: Carlota Isabel Diana de Cambridge. Fue la propia Catalina la que publicó algunas de las primeras fotos de Carlota y Jorge juntos.
El protagonismo de la pequeña cobró especial relevancia en su bautizo. Mientras que del de Jorge apenas se supo nada, el de la niña se celebró en Sandringham el 15 de julio, en una ceremonia íntima pero con muchísimos curiosos esperando la llegada de los duques y la reina Isabel a la puerta de la iglesia. Hubo imágenes públicas, gestos en recuerdo de Diana y hasta retratos tomados por su fotógrafo favorito, Mario Testino.
El tío díscolo
Han pasado cinco años y Enrique (¡por suerte!) sigue igual. Es cierto que está algo más comedido (pero sigue soltero y coleccionando novias), puesto que le ha marcado su paso por Afganistán en 2012 y 2013. Una experiencia compleja, tras la que él mismo aseguró que había matado a talibanes. "Es quitar una vida para salvar otra. Es en lo que consiste, supongo". "Si hay gente tratando de hacer algo malo contra los nuestros, entonces los ponemos fuera de juego", afirmó entonces el príncipe Enrique.
Esa formalidad militar contrasta con sus juergas, más suavizadas pero no extinguidas. En agosto de 2012 fue pillado desnudo en un fin de semana (bastante loco) en Las Vegas. ¡Que el ritmo no pare, Harry!
Una bisabuela de lo más activa
Si Isabel II cumplía 85 años pocos días antes de La Boda Del Siglo, solamente hay que hacer cálculos: acaba de cumplir 90. Un cumpleaños multicelebrado, con cenas, fiestas y jarana en las calles, y con muchas fotos conmemorativas del evento, como esta de la reina con sus bisnietos y nietos más pequeños…
… o esta otra de la reina y sus tres herederos en la línea de sucesión al trono: Carlos, Guillermo y Jorge (¡y qué memes!).
Pese a su buen estado de salud y el de su reinado (ese que les cuesta a los británicos unos 45 millones de euros al año), siempre hay pequeñas polémicas que la salpican, pero que no la descolocan, como unas imágenes que aparecieron de ella en 2015 haciendo el saludo nazi. Suele compensarlo cuando se sienta en el Trono de Hierro o cuando se lanza en paracaídas (o no) en plena inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres. Puro sentido del humor británico.