El líder de Pegida, desafiante en su juicio por instigar a la xenofobia
El fundador y líder del movimiento alemán xenófobo Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida), Lutz Bachmann, ha afrontado este martes con actitud provocadora la apertura de un juicio en su contra por incitación a la xenofobia, que ha pedido que fuera sobreseído. Bachmann ha acudido a la Audiencia de Dresde junto a su esposa, ambos con los ojos cubiertos por unas gafas que imitaban la franja negra que se utiliza para preservar la identidad de ciertos personajes en los medios.
A esa puesta en escena le ha seguido la apertura del proceso, con Bachmann en persistente silencio, mientras su abogada pedía que fuera sobreseído un proceso basado en los comentarios difundidos desde su cuenta en Facebook en los se refiere a los refugiados como "bestias", "escoria" y "asquerosos". La defensa ha argumentado que tales comentarios, de septiembre de 2014, no fueron escritos por el propio Bachmann, por lo que no se le puede enjuiciar por ellos.
Bachmann y su esposa entrando en la Audiencia de Dresde (Alemania)
La apertura del proceso judicial ha estado rodeada de concentraciones de apoyo y rechazo al líder de Pegida. Además, ha habido intentos de intimidación a los medios, a los que Pegida suele denominar "prensa mentirosa".
Bachmann tiene un amplio historial de cargos y procesos por otros delitos, por lo que en caso de ser condenado podría corresponderle una pena de hasta cinco años de cárcel. A sus 43 años, el líder de Pegida ha estado rodeado por la polémica desde que formó el movimiento en 2014, que en sus momentos de mayor auge ha llegado a congregar a unas 25.000 personas.
El arranque del juicio ha coincidido también con la detención en Freital, localidad vecina a Dresde, de cinco presuntos terroristas de extrema derecha acusados de haber atacado varios albergues de refugiados. La región que envuelve a Dresde es un bastión tanto de Pegida como de los grupúsculos de neonazis que actúan en el país.
El 'Land' en el que se encuentran, Sajonia, concentró el año pasado un número especialmente alto de ataques incendiarios contra albergues de refugiados, coincidiendo con la llegada de hasta 1,1 millones de peticionarios de asilo al país.
