Pilotos españoles en el Golfo Pérsico: buenas condiciones económicas a cambio de estrés y cansancio
El accidente del avión de la compañía emiraití de bajo coste FlyDubai el 19 de marzo en Rusia, en el que murieron 62 personas, ha generado dudas sobre las condiciones en las que vuelan los pilotos de las pujantes aerolíneas del Golfo Pérsico. La investigación del siniestro, en el que fallecieron los españoles Javier Alejandro Curbelo Caro, sobrecargo, y el copiloto Alejandro Álava Cruz, apunta a un fallo del comandante, que habría inclinado demasiado el avión durante el aterrizaje en una jornada de difíciles condiciones meteorológicas, según el Comité de Aviación Interestatal de Rusia.
Poco después de conocerse esos detalles, el testimonio de un expiloto de Emirates, considerada una de las compañías más seguras y lujosas del mundo, invitaba a reflexionar sobre las condiciones en las que se trabaja en las aerolíneas de los Emiratos Árabes Unidos. En una carta publicada por RT, el extrabajador aseguraba que en las aerolíneas del Golfo Pérsico se obliga a los pilotos a volar exhaustos. La misma web publicó un documento en el que se asegura que Alejandro Álava trabajó 11 días con uno sólo de descanso antes del accidente.
"Sé que Alejandro Álava, piloto del vuelo FZ981 estrellado, no quería ir a trabajar porque estaba cansado. Sin embargo, dijo 'tengo que ir a trabajar porque vamos a tener gemelos, vamos a necesitar el dinero", aseguraba al mismo medio un piloto de FlyDubai, que ha recibido múltiples cartas de apoyo de otros trabajadores de este tipo de aerolíneas, todas bajo la condición del anonimato. Las aerolíneas aseguran, en cambio, que nunca comprometen la seguridad.
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Accidente del avión de FlyDubai
El asunto toca de lleno a España, puesto que desde hace años cientos de trabajadores españoles de la aviación, muchos de ellos pilotos, han emigrado a países del Golfo Pérsico, aunque se desconoce la cifra exacta. Un portavoz del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial, que prefiere no revelar su nombre, afirma que han emigrado por la misma razón que en otros sectores: porque en España perdieron su trabajo durante la crisis. “Se han marchado por necesidad apremiante. Esa es la realidad”, zanja.
LA "PARTE BONITA" DE LA AVIACIÓN
Las compañías del Golfo Pérsico ofrecen, además, jugosas condiciones económicas, obligadas por la escasez de este tipo de mano de obra en la zona, que vive en los últimos años un ‘boom’ de la aviación. Fuentes del sector aseguran que estas aerolíneas pueden llegar a pagar a un comandante más de 15.000 euros al mes, más del doble que en muchos casos en España, y ofrecen además medidas de protección familiar, como ayudas a la vivienda o la escolarización de los hijos.
Pero todas las fuentes consultadas por El Huffington Post advierten de que esa es únicamente la “parte bonita” de la aviación del Golfo Pérsico y que la mayoría de los españoles sólo aguantan allí un año o dos y acaban marchándose. ¿Por qué?
Ignacio Rubio, presidente de la Asociación Española de Usuarios, Empresarios y Profesionales del Transporte Aéreo, afirma que las tripulaciones están volando en aquella zona “a máximo de actividad”. “Eso supone que al final hay acumulación de estrés y de cansancio, que se traduce en que en caso de una emergencia no se pueda actuar de la manera más adecuada para solventar el problema”, asegura.
Explica que las aerolíneas del Golfo cumplen con la ley, pero subraya que también saben que alguien programado para volar seis días a la semana, levantándose a las cuatro de la mañana para hacer vuelos de largo recorrido, al sexto día “no puede atender ni responder a una emergencia de un fallo de motor de la misma forma”.
"ALGO LEGAL NO QUIERE DECIR SEGURO"
Rubio advierte de que esto pocas veces se hace público porque allí quien se queja es despedido, pero avisa de que quien firma por estas aerolíneas “sabe a lo que va”. “La pregunta es: ¿las condiciones psicofísicas de estas personas, cumpliendo con los mínimos de seguridad, garantizan que van a poder responder el sexto día en las condiciones adecuadas para poder solventar una emergencia y no matar a 180 personas?”, se pregunta.
El portavoz del Colegio Oficial de Pilotos, que conoce bien la zona, certifica que “que una cosa sea legal no quiere decir que sea segura” y afirma que el “elemento humano sufre esas presiones”: “Donde hay demanda hay un intento de exprimir los recursos humanos al máximo”. Pero insiste en que no hay que relacionar la seguridad de las aerolíneas de la zona sólo con eso. Explica que, “como contrapartida”, utilizan aviones muy nuevos cuyo mantenimiento suele ser mucho mejor que el de los europeos. “Y el entrenamiento de los pilotos suele ser muy bueno e intenso. La mayor parte son pilotos expertos”, apunta.
Lo que sí existe, admite, son “relaciones” entre las autoridades de la aviación de aquellos países y las aerolíneas. Dice que el presidente de la autoridad federal de los Emiratos Árabes Unidos no es nadie relacionado con las compañías... “Pero del consejo de esa autoridad forman parte los presidentes de las autoridades aeroportuarias”, advierte. Y, por ejemplo, explica que el presidente de Emirates es al mismo tiempo el presidente de la autoridad aeroportuaria y tío del primer ministro de Emiratos Árabes. “Y, si toman medidas en este asunto, no tienen gente para hacer los vuelos o necesitarían mucho más personal. Entonces intentan aplicar la norma de una manera, pero la efectividad por parte de la autoridad no es real”, afirma.
"EL PILOTO SE SIENTE MUY SOLO"
El portavoz del Colegio de Pilotos matiza, en cualquier caso, que en España hay veces en las que se trabaja más que allí, pero subraya que son situaciones diferentes porque aquí los pilotos están “en su contexto”. “Tienes una legislación a la que puedes apelar, sindicatos, asociaciones profesionales, te entiendes en tu idioma con tu autoridad, tienes derechos… allí eso no existe y el piloto se siente muy solo en estas circunstancias”, afirma.
En este sentido, asegura que los pilotos que llegan allí no saben todo lo que se van a encontrar. Por ejemplo, afirma que la parte privada no tiene las mismas protecciones que en España y que las compañías se meten en la vida de los pilotos, sobre todo en las auxiliares de vuelo, de tal manera que controlan los horarios de llegada y salida al domicilio y con quién duermen o viven. “Llegas a Dubai, una ciudad de dos millones de habitantes, con un metro sofisticadísimo, con rascacielos… Y parece que estás en Estados Unidos o en lo más desarrollado del mundo. Pero por debajo está esta cultura y hay que vivirla. Uno no se da cuenta hasta que está allí metido, en el día a día, y descubre cosas”, afirma.
Cosas como que, en caso de accidente mortal, la esposa del fallecido verá cómo se bloquean las cuentas bancarias y no puede disponer de su dinero. Por eso, el sector ha organizado un crowdfunding para ayudar a las familias de los fallecidos en el accidente de FlyDubai. Aunque un portavoz de la compañía asegura a El Huffington Post que eso no ocurre, el portavoz del Colegio de Pilotos asegura que sí. “Los expatriados que conocen este asunto y en sus cuentas corrientes de allí no tienen nada. Al día siguiente de cobrar sacan todo fuera y viven con una tarjeta de crédito para que no pase eso”, aseguran.
ALGO HABITUAL CON LA SHARÍA
Un consejo que también da Keren Bobker, asesora fiscal especializada en los Emiratos Árabes Unidos, que asegura que en allí se sigue la Sharía, un sistema legal en el que es habitual congelar las cuentas bancarias tras la muerte del titular. “Sucede muy rápido y para todos igual: emiratíes y extranjeros. No tiene nada que ver con FlyDubai”, aclara.
Bobker explica que las cuentas bancarias permanecen congeladas hasta que los tribunales de Dubai toman una decisión sobre quién debe beneficiarse. El dinero, dice, no se pierde, pero la decisión puede tardar en llegar meses y hasta más de un año. “Si el marido fallece y no tiene un testamento físico hecho con la ley islámica, la ley islámica entiende que todas las herencias serán para el hijo varón mayor de edad o en su caso, quizá, el hermano del hombre. Pero la mujer no puede disponer de nada”, afirma el portavoz del Colegio de Pilotos.
Es la otra cara de una aviación en alza.