El partido aliado de Rousseff deja el Gobierno y aísla a la presidenta todavía más
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, iniciará negociaciones para una reforma de su gabinete, forzada por la ruptura anunciada por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), según han informado fuentes oficiales.
"Vamos a conversar con otros partidos de la base" oficialista, ha declarado a periodistas el jefe de Gabinete de Rousseff, Jaques Wagner, quien no ha querido valorar la decisión del PMDB, la formación más importante del país y que lidera el vicepresidente Michel Temer.
El PMDB ocupaba hasta siete de los 31 ministerios que tiene el Gobierno de Rousseff, pero el titular de Turismo, Henrique Alves, se anticipó este lunes a la decisión de su partido y ha presentado su renuncia.
Todavía quedan en manos de dirigentes del PMDB las carteras de Minas y Energía, Salud, Agricultura, Puertos, Aviación Civil, y Ciencia y Tecnología, cuyos titulares aún no aclararon si dejarán el Gobierno.
Según ha decidido este miércoles la dirección nacional del PMDB, todos los afiliados a esa formación deberán abandonar sus puestos en el Gobierno, lo que además de los ministros afecta a cerca de 200 altos funcionarios de empresas y otros organismos públicos.
Wagner ha declarado que el Gobierno espera concluir las negociaciones que se abren ahora en relación a esos cargos para el próximo viernes, y ha insistido en que la crisis política responde a los intentos de la oposición por someter a Rousseff a un juicio político "sin que haya argumentos jurídicos".
LA SITUACIÓN DE ROUSSEFF
El jefe de Gabinete también ha insistido en que el cargo de ministro de la Presidencia no está vacante, ya que Rousseff había designado para ese puesto a su antecesor y padrino político Luiz Inácio Lula da Silva, aunque su nombramiento está suspendido por decisión judicial.
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Imagen de archivo de Lula da Silva
"Estamos aguardando la decisión" de la Corte Suprema, que este jueves se prevé que se pronunciará sobre la situación de Lula, cuyo nombramiento fue suspendido por la sospecha de que obedeció a una supuesta intención de "blindarlo" con fueros privilegiados frente a los procesos en que se le investiga por supuesta corrupción. "Ese puesto está decidido. Pero si el Supremo dice que no puede asumir, entonces es un cargo que será negociado", ha indicado Wagner.
El jefe de Gabinete tampoco ha querido opinar sobre la situación en que queda el vicepresidente Temer, después de que su partido ha roto con el Gobierno. "El vicepresidente fue elegido y el cargo es suyo. Es él quien tiene que evaluar su situación", pero "la relación política está bloqueada", ha reiterado.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición brasileña del 'HuffPost' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros.
