Un rumor de apertura de frontera corre como la pólvora y crea tensión en Idomeni
Otra vez esperanzas vanas. El campamento de Idomeni (Grecia) vivió este domingo nuevamente horas de tensión a causa de un rumor sobre la inminente apertura de la frontera griega con la Antigua República Yugoslava de Macedonia, lo que hizo que centenares de inmigrantes y refugiados se agolparan ante el puesto limítrofe en espera de poder cruzar.
"Hemos oído que hoy van a abrir la frontera y hemos venido a cruzarla. Nos dijeron que con nosotros estarían la Cruz Roja y 500 periodistas de todo el mundo", dijo a la agencia de noticias griega AMPE un joven sirio que llegó en la madrugada a Idomeni desde Yiannitsa, un centro de acogida cercano.
La policía tardó horas en calmar la situación, afirmando a través de megáfonos en árabe y farsi que la frontera no abriría y que quien intentase cruzarla ponía en riesgo su vida.
Además cortó las carreteras de acceso al campamento, lo que retrasó la llegada del convoy humanitario con alimentos y productos de primera necesidad traído desde Italia por la campaña solidaria #overthefortress.
¿QUIÉN DIFUNDIÓ EL RUMOR?
Nadie sabe de dónde salió el rumor y muchas han sido las especulaciones que se han propagado en las redes sociales.
Unos hablaban de la posibilidad de que habían sido activistas o voluntarios los que propagaron esta falsa información para forzar así a Europa a tomar cartas en el asunto; otros decían que el origen estaba en unas declaraciones del primer ministro del estado federado alemán de Turingia, Bodo Ramelow, quien en una entrevista señaló que su land estaba en condiciones de acoger a 2.000 refugiados.
"Todos los días tenemos nuevos rumores, estamos en un entorno donde es fácil que se propaguen porque no hay información real", explicó a Efe el portavoz de Médicos Sin Fronteras en el campamento, Jonas Hagensen. Según Hagensen, el grave problema de este campamento es precisamente la falta de "información válida".
El Gobierno distribuye desde hace varias semanas folletos en árabe, farsi y pashtún en los que recalca que las fronteras no volverán a abrir y pide a los refugiados que cooperen con las autoridades, pero poco más.
TRASLADOS DESDE EL VIERNES
Desde el viernes, el Gobierno ha lanzado además en colaboración con ACNUR (la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados) una campaña para animar a los más de 11.000 personas que malviven en este campamento a subirse a los autocares y permitir que se les traslade a centros de acogida habilitados en las cercanías.
Mediante altavoces, la policía y miembros del ACNUR informan en varios idiomas a los congregados y les explican a dónde se les quiere llevar. De la veintena de autocares enviados el viernes, hasta el sábado por la noche habían salido once, transportando a unas 700 personas en total. Según indicó Hagensen, hoy apenas quedaban unos pocos.
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Un refugiado muestra a su bebé, junto a un cartel que reza "Ayudadnos".
Sin embargo, movilizaciones como la de hoy ponen en peligro este tipo de campañas, pues hacen tambalearse a los que están indecisos y tienen un efecto llamada sobre muchos de los que están en centros de acogida o campamentos improvisados de los alrededores.
A falta de una buena información oficial, muchas personas se acercan a ONG como Médicos Sin Fronteras para obtener algún tipo de consejo, tanto sobre la apertura de fronteras como sobre la situación de los otros centros de acogida.
"Quieren saber si es mejor irse o quedarse. Si van a abrir las fronteras o si se les va a devolver a Turquía, pero nosotros no les podemos aconsejar, solo intentamos mejorar su situación en este campamento y decirles que si quieren también pueden ir a uno de los centros de acogida que ofrece el Gobierno. No somos una autoridad oficial", explicó Hagensen.
Situaciones como la vivida este viernes en el recién estrenado centro de acogida de Veria, a unos 100 kilómetros al sur de Idomeni, no sirven precisamente para animar a los refugiados.
RADICALES
Un grupo de lugareños se había agolpado ante el antiguo campamento militar habilitado ahora como centro de acogida para dar su especial bienvenida a la cincuentena de refugiados que llegaron con el primer autocar desde Idomeni.
Al grito de "Son yihadistas, necesitamos protección" o "Grecia para los griegos", un grupo ruidoso de habitantes, entre los que vociferaba también un pope y supuestamente también militantes del neonazi Amanecer Dorado, recibieron a los recién llegados lanzando en su dirección cabezas de cerdo, símbolo de la impureza en el islam.
Mientras tanto, el número de llegadas se mantiene bajo estos días y en las últimas 24 horas tan solo arribaron a las islas griegas desde la costa turca 73 personas, todas a Lesbos.
En total, la cifra de personas repartidas por todo el país ascendía hoy a las 07.30 hora local (una hora más que en la España peninsular) a 50.256, de las que 11.500 se encuentran en Idomeni.