Un perro le salva la vida a su dueño, un niño diabético de siete años
Jedi es el labrador que cuida de Luke, un niño de siete años con diabetes tipo 1 que mientras duerme tiene que soportar unos cambios en los niveles de azúcar en sangre que podrían costarle la vida.
La semana pasada, Luke y sus padres estaban dormidos. El monitor que registra los niveles de azúcar de Luke indicaba que todo iba bien, pero se equivocaba.
Jedi sabía que algo iba mal: gracias a su olfato, se dio cuenta de que los niveles de azúcar de su mejor amigo habían descendido peligrosamente. Y aunque sus dueños lo ignoraron al principio, Jedi no dejó que se durmieran hasta que se resolvió el asunto:
Dottie consiguió darle a Luke la glucosa que necesitaba y este finalmente durmió a salvo esa noche, algo que no habría sido posible sin la ayuda de su mejor amigo peludo.
Jedi es uno de los cientos de perros al servicio de diabéticos en Estados Unidos. A estos perros se les entrena para identificar por el olfato los cambios en los niveles de azúcar y compararlos con los de sus dueños: Dogs 4 Diabetics, una asociación sin ánimo de lucro de California que entrena a perros, ha asignado ya a más de 150 perros desde que se fundara en 2004. Otros programas, como el Diabetic Alert Dogs of America, han asignado a muchos más, según confirmaron al HuffPost los portavoces de ambos.
Estos perros —que suelen ser labradores o golden retrievers— detectan los olores que irradian los humanos durante los cambios en los niveles de azúcar gracias a su desarrollado sentido del olfato. Otros animales, como las ratas, que se utilizan en África para detectar la tuberculosis, también pueden identificar enfermedades por su olfato.
También se está estudiando la capacidad de los perros para detectar el cáncer en pacientes que a priori no muestran signos de padecer la enfermedad. Reino Unido es uno de los países líderes en programas e investigaciones en este ámbito y en Estados Unidos se está entrenando a algunos perros con el mismo fin. Los expertos no saben cuándo llegarán a trabajar en los hospitales estos perros (ni si llegarán a hacerlo), pero esperan contar con sus habilidades olfativas para desarrollar una mejor técnica de detección de cáncer, según declaró la doctora Cindy Otto a The New York Times.
Dottie, la madre de Luke, explicó a la edición estadounidense del HuffPost que decidió compartir la foto en Facebook para concienciar sobre la diabetes tipo 1: muchas veces, a los niños no se les diagnostica y por eso es importante prestar atención a ciertos síntomas como la fatiga, la pérdida de peso, las magulladuras en la piel y la lenta cicatrización de las heridas.
Independientemente de lo que pase en el futuro con estos otros programas de perros, resulta maravilloso saber que hay pacientes como Luke que gracias a ellos viven más seguros.
Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.