Lena Dunham alza la voz contra el Photoshop
La creadora de la serie Girls, Lena Dunham, es la protagonista de la portada de Tentaciones, revista de El País, de este mes de marzo. El mismo día 1, día en que salió, Dunham denunciaba a través de su cuenta de Instagram que no se reconocía en la imagen y acusaba a la publicación de haberse pasado con el Photoshop.
Tentaciones aclaró en una carta abierta que no había ningún tipo de retoque y que se trataba de una imagen facilitada por la agencia Corbis, tras lo cual la actriz se disculpó. "Entiendo que un montón de gente aprobó esta foto antes de que llegara a vosotros y ¿por qué no lo harían? Salgo genial. Pero es un sentimiento raro ver una foto y no saber si es tu propio cuerpo", justificó en otra publicación de Instagram.
Siete días después, Lena Dunham dedica su espacio en Lenny —la newsletter sobre feminismo y otros temas de actualidad de la que es codirectora— a explayarse sobre la polémica.
"Mi barbilla estaba definida [...] y mis piernas y brazos estaban delgados y blancos, en lugar de con mis habituales manchas rosáceas. No sé qué me enfadó en concreto de esa imagen. Es de hace tres años, se suelen dar derechos para utilizarla y la tomó un fotógrafo que amo [...] Quería decirle a la gente muy alto '¡Ése no es mi cuerpo!", relata.
Dunham explica a continuación que Tentaciones le hizo saber "con buen humor" que no habían retocado la imagen, obtenida de su fotógrafo, Ruven Afanador, "un hombre que siempre me hace sentir bella y especial" y que había sido aprobada por su publicista. "La imagen se publicó por primera vez en Entertainment Weekly en 2013 y la cabecera reivindicaba 'Sin Photoshop', asegurando que sólo subirían el bajo de mi falda y harían parecer mi piel menos magenta", expone.
Tras afirmar que no culpa a nadie de lo ocurrido y de no tener interés en averiguar qué retoque hubo o quién lo hizo, la actriz dedica once párrafos a reflexionar sobre la aceptación del cuerpo y su relación con el Photoshop.
Dunham se remonta a cuando tenía 8 o 9 años y una amiga de su madre la llevó de visita a la redacción de la revista Allure, donde le hicieron un montaje con su cara sobre el cuerpo de Claudia Schiffer, la chica de portada del mes. Según cuenta, ésa fue su posesión más preciada durante los siguientes cinco años.
En sus primeros posados promocionales no se le ocurrió "preguntar o cuestionar" el uso de Photoshop: "Tenía 24 y lo que fuera que hicieran para hacer parecer a una mujer importante, deseable y digna de alabanza es lo que yo quería. Cuando mi piel parecía casi pintada, cuando mi nariz era estrecha y respingona, me sentía agradecida por las futuras búsquedas de imágenes en Google que mi potencial amante disfrutaría, reemplazando algunas fotos espontáneas de mí".
Sin embargo, Dunham reflexiona sobre la contradicción de esto con su compromiso de mostrar su cuerpo real en pantalla. En 2014 fue elegida como mujer de portada de Vogue. Describe la sesión de fotos, realizada por Annie Leibovitz, como una "fantasía" pero, tras salir a los quioscos, una página web (Jezebel) decretó que era una "atrocidad del Photoshop" y ofreció 10.000 dólares (unos 9.000 euros) a quien consiguiera las fotografías originales. "No me sentí menos que con el corazón roto".
"Me pregunté '¿por qué a mí?' Todas esas otras actrices y modelos pueden llegar a disfrutar de sus sutilmente perfeccionadas páginas de moda sin comentario. ¿Se me estaba castigando por ser diferente, por tener un cuerpo inherentemente político?", escribe.
Cuando escuchaba a los fotógrafos "Lo arreglaremos en postproducción", sabía que "no se referían a una sombra rara o una arruga en la falda", sino a "las partes que sobresalen de mi cintura o que rebosan bajo mi Spanx [ropa interior remodelante]". "Pero no hacía preguntas, asumiendo que ese era el juego que haría posible el resto de mi vida creativa. Tampoco las hacía porque es agradable ver una foto bonita de ti", reconoce.
Cuando vio la portada de Tentaciones algo estalló en ella: "Quizá fue el sentimiento de apenas reconocerme [...]. Quizá fue darme cuenta de que era una imagen que había visto en algún momento, había aprobado y probablemente me gustara. Quizá fue el hecho de que no entendía el aspecto de mis muslos. Pero supe que estaba harta. No de que me fotografíen [...], pero sí de permitir imágenes que retoquen o reconfiguren mi cara o mi cuerpo", sostiene. "Si eso significa no más portadas de revista, que así sea".
Tras citar a otras artistas que también se han mostrado contrarias al retoque, como Kate Winslet, Jamie Lee Curtis o Zendaya, Lena Dunham sentencia: "Este cuerpo es el único que tengo. Lo amo por lo que me ha dado. Lo odio por lo que me ha negado. Y ahora, sin más preámbulos, quiero ser capaz de señalar a mi propio muslo en una rueda de reconocimiento".