'Spotlight' gana el Oscar a mejor película y Leonardo DiCaprio se lleva el de mejor actor
El renacido partía como favorita en la 88ª edición de los premios Oscar con 12 nominaciones, pero finalmente no se tradujeron más que en tres premios. Quien se llevó el mayor galardón de la noche fue Spotlight, dirigida por Tom McCarthy y protagonizada por Michael Keaton, Mark Ruffalo y Rachel McAdams. La cinta, que se centra en la investigación del Boston Globe sobre casos de abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia católica, se llevó también el galardón al Mejor guión original.
Spotlight fue la triunfadora pero si por algo se recordará esta gala de los Oscar será por el triunfo de Leonardo DiCaprio. Tras el fiasco de 2014, cuando le arrebató el premio Matthew McConaughey, el actor se ha alzado con la estatuilla por su interpretación en El renacido. La película en la que da vida a un cazador de pieles del siglo XIX le ha valido también el Oscar a Alejandro González Iñárritu, su director, quien conquista este premio por segundo año consecutivo. El Oscar a Mejor actriz ha sido para Brie Larson por su papel en La habitación.
En cuanto a número de estatuillas, Mad Max: furia en la carretera fue la más premiada de la gala, con seis distinciones técnicas —entre ellas Mejor vestuario, por lo que le arrebató el Oscar al único español nominado, Paco Delgado, por La chica danesa—. Le siguió El renacido con tres premios: Mejor director, Mejor actor protagonista y Mejor fotografía. Spotlight ha sido la única película con dos premios. El resto de cintas se han llevado sólo una estatuilla.
Estaba cantado, pero ¿quién sabe? Hasta que el sobre no se abre no hay nada decidido... Pero el sobre se abrió y las apuestas se confirmaron: Leonardo DiCaprio logró su ansiado, gritado, deseado por medio mundo Oscar a Mejor actor gracias a su durísimo papel en El renacido, de Alejandro González Iñárritu, a quien no dejó de dar las gracias, reconociendo su "gran talento".
DiCaprio llevaba acumuladas cinco nominaciones en la categoría de Mejor actor: por A quién ama Gilbert Grape en 1994 (en este caso de reparto), El aviador en 2005, Diamante de Sangre en 2007, El Lobo de Wall Street en 2014 y finalmente El renacido, en 2016, con la que ha conseguido colocar el trofeo en su vitrina. ¡Enhorabuena!
Se quedó sin nominación pero Jacob Tremblay, el niño de La habitación, brilló con luz propia durante toda la ceremonia. Antes de entrar al Dolby Theatre conquistó al público con sus calcetines de Darth Vader y sus gemelos del Halcón Milenario, y una vez dentro fue foco de atención en múltiples ocasiones. Su cara de sorpresa al ver a R2D2, C3PO y BB8, los robots de Star Wars, en el escenario fue uno de los momentos más tuiteados de la noche. También lo fueron el abrazo que se dio con Brie Larson cuando ésta ganó el Oscar a mejor actriz o el selfie que ambos protagonizaron en el patio de butacas.
La gala #Oscarsowhite fue una gala de color. Desde que el presentador Chris Rock abrió la boca para dar inicio a la la ceremonia todo fue negro. Su monólogo de apertura estuvo plagado de referencias a la polémica que este año ha rodeado a la Academia de Hollywood por la ausencia de nominados negros. "Lo que los actores negros queremos es que nos den las mismas oportunidades que a los blancos y no sólo una vez", dijo el conductor, quien insistió en que, mientras que Leonardo DiCaprio recibe grandes papeles todos los años, un actor negro sólo tiene uno en su carrera.
La presidenta de la Academia, Cheryl Boone Isaacs, también trató el tema en su discurso aunque lo hizo con menos dureza. "No basta con escuchar y decir que estás de acuerdo. Tenemos que luchar y tomar medidas", dijo justo después de recordar que en Hollywood ya se promueven iniciativas al respecto. Del mismo modo también quiso reivindicar esta presencia el oscarizado Alejandro González Iñárritu, que aprovechó su discurso al recoger el Oscar como mejor director para decir que "el color de la piel debe ser algo tan irrelevante como la longitud del pelo".
La de estos galardones no será precisamente una alfombra para recordar. La mayoría de los vestidos han parecido descafeinados, algo aburridos y nadie se ha atrevido a arriesgar demasiado sobre la alfombra (también porque siempre pasa igual: si se arriesga se pueden sufrir críticas, y claro...). Aún así, un puñado de actrices sí que ha brillado con luz propia.
Y aunque los vestidos siempre se convierten en protagonistas en este tipo de eventos, parece que últimamente son considerados algo frívolo, que deberían pasar casi inadvertidos (algo imposible y muy alejado del funcionamiento de esta industria del espectáculo). Así, para disimular, los presentadores de la alfombra roja preguntaban sobre los modelos de forma muy muy discreta, y deslizando esa cuestión casi de pasada y al final del interrogatorio a la estrella en cuestión. "Te veo muy guapa, ¿de quién es el vestido?", repitió una y otra vez Robin Roberts al terminar cada entrevista.
Kate Winslet y Leonardo DiCaprio saltaron al estrellato hace casi 20 años, en 1997, tras protagonizar Titanic, de James Cameron. Desde entonces, sus carreras han ido ascendiendo, así como su reconocimiento y sus galardones, e incluso volvieron a actuar juntos en Revolutionary Road. Ambos han confesado ser buenos amigos y estar muy unidos.
Sin embargo, tras cinco nominaciones, DiCaprio seguía sin Oscar, un galardón que Winslet (siete veces nominada) logró en 2009. Esta noche han vuelto a coincidir en la gala, y también en la alfombra roja, donde han acaparado todos los flashes. Y por supuesto, cuando el joven Jack Dawson por fin levantaba la estatuilla a Mejor Actor, allí estaba Rose DeWitt Bukater, en primera fila, más emocionada por él que si se la hubiera llevado ella misma.
¿Quién no recuerda ese momento, en la gala de 2014, en el que Ellen DeGeneres (su entonces presentadora) pedía unas pizzas a las que el público se lanzaba con fruición? ¿Y los mil dólares que se llevó el sorprendido repartidor de propina?
En comparación con aquella deliciosa y chorreante pizza, este 2016 se recordará como el de las galletas. Chris Rock sacó a sus hijas y a un montón de amigas scouts a vender las famosas galletitas que estas pequeñas venden de puerta en puerta para financiar sus excursiones.
Si el pizzero aquella vez se metió mil dólares en el bolsillo, las niñas tampoco se han ido de vacío: según Chris Rock (que tiende a la exageración, no olvidemos) la recaudación ascendió a más de 65.000 dólares, nada menos que 59.000 euros. Como se preguntaba un lector: ¿a cuánto estaba el paquete de galletas?
Tres fueron las actuaciones musicales de la noche: la de Sam Smith, que interpretó Writing's on the wall —canción por la que luego ganó el Oscar a la Mejor canción original—, la de The Weeknd, con una canción de la banda sonora de Cincuenta sombras de Grey y la de Lady Gaga.
Esta última contó con un presentador de excepción: el vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden, quien pidió a la audiencia una reflexión sobre la violencia sexual. Vestida de blanco sentada frente a un piano del mismo color, Lady Gaga interpretó Til it happens to you (Hasta que te ocurre a ti). Un grupo de víctimas de abusos la acompañó en la parte final de la canción, lo que hizo que el público se pusiera en pie y se convirtió en uno de los momentos más emotivos de la noche.
Fue poner un pie sobre la alfombra roja y convertirse automáticamente en la Bella de Disney. Alicia Vikander logró el consenso de los usuarios de Twitter que en seguida vieron en su vestido de Louis Vuitton amarillo el look de la princesa Disney. Los memes y los montajes con la Bestia como pareja de baile (no sabemos qué opinará de eso Michael Fassbender) se apoderaron rápidamente de Twitter.
El suyo no fue el único vestido al que los tuiteros encontraron un parecido razonable. La actriz Whoopi Goldberg también encontró una doble en el universo Disney (aunque no tan benevolente) así como Heidi Klum, que se convirtió en hada madrina por una noche. Porque, ¿qué sería de una entrega de premios sin bromas a costa de sus protagonistas?