GordiFuckingBuena: el libro que confirma que puedes ser una gorda guapa
Estar gorda es difícil. Es así de claro y de sencillo. Elena Devesa y Rebeca Gómez, ambas blogueras y gordis, o directamente gordibuenas, como dicen ellas, lo saben y lo viven. De ahí que hayan decidido acabar con ese estigma que sufren las muchas infinitas chicas que tienen más de una talla 40, 42, 44. La cifra depende del curioso (y, como ellas quieren demostrar, a menudo absurdo) límite que cada cual se imponga.
Devesa y Gómez han hecho de su cuerpo, de su belleza y de su cansancio por tener que levantar su autoestima, creer en sí mismas y justificarse ante todos un estilo de vida. Así, en 2013 se decidieron a crearWeLoversize, un blog que contaba sus inquietudes y que se ha convertido en toda una referencia para las chicas que no tienen fácil comprar en cualquier tienda. Y de ese blog llega ahora GordiFuckingBuena (Ediciones Temas de Hoy), el libro con el que quieren poner patas arriba el mundo de las gordas.
Porque ser gorda no es malo, ni hay de qué avergonzarse. Pero hay que creérselo, eso sí. Y entonces se pasa a la categoría de las gordibuenas. Así lo definen en su libro: "Una gordibuena es aquella que, a pesar de no tener un físico de portada de revista, hace todo lo posible por sentirse bien consigo misma. Una mujer con personalidad, estilo y ganas de mejorar constantemente. La gordibuena no tiene miedo de la palabra gorda. Sabe que lo es, igual que es morena, tiene los pies grandes o la nariz torcida. Es la primera en reírse de sí misma y es consciente de su atractivo, por lo que sabe explotarlo". Como cuentan en una charla con El Huffington Post, "es una actitud, básicamente".
SIN MIEDO A DECIR "GORDA"
En su libro, Devesa y Gómez desgranan con humor y naturalidad muchos de los asuntos que tratan en su blog, ya casi una comunidad, de los que se suelen preocupar todas las mujeres, independentemente de su talla o peso: autoestima, moda, belleza, vida sana, amor, sexo… Todas, sí, pero ellas se centran en las gordas, a las que esos consejos (como a cualquiera) tampoco les vienen mal.
Precisamente uno de los primeros asuntos que tratan, en su conversación y en su libro, es el del término gorda. En la publicación tienen un apartado que titulan: ¿Por qué lo llamas "curvy" cuando quieres decir "gorda"?. Y de viva voz lo cuentan así: "La mejor manera de ahorrarte todas estas movidas de que te llamen gorda como insulto es apropiártelo tú. En el momento en que tú te llames gorda, ¿quién va a venir a llamártelo? No tiene sentido, está haciendo el ridículo si tú ya lo has dicho antes que él". Aunque ellas mismas se replican con humor: "Pero hay mucha gente que lo lleva mal, porque a ti no te han dicho gorda con cariño, te lo han dicho con inquina, con odio, y con muchas oooos".
Como ellas mismas escriben, desde el primer momento notaron un "pánico general a la palabra 'gorda", pero lo aclaran con energía: "[…] Quede claro que aquí cada uno puede llamarse como quiera, sin embargo, es obvio que la palabra curvy es un disfraz, una forma de suavizar un término que no tendríamos por qué suavizar. La palabra 'GORDA' no es un insulto, es un adjetivo descriptivo como puede ser 'alta', 'baja', 'rubia' o 'delgada'. El problema es que la hemos escuchado a lo largo de nuestras vidas tantas veces con desprecio que nuestro cerebro la cataloga automáticamente como algo terrible. […] Nos sentimos ofendidos y dolidos, por claro, nadie quiere identificarse con una palabra tan estigmatizada. Por eso cuando alguien viene y nos dice que es curvy nos parece maravilloso, aunque en el fondo sepamos que es un poco mentirijilla".
Ellas mismas lo aseguran durante la entrevista. Utilizan términos como gorda y gordi no para dulcificar, sino porque están "bastante en contra de los eufemismos en general: rellenita, hermosa...". Y se sinceran: "La palabra curvy no nos gusta nada, es un disfraz como un camión de grande".
Afirman que el término curvy es una falacia importada de la industria de la moda, que lo utiliza para describir a mujeres que sí, que tienen curvas, pero no que están gordas: "Aquí curvy es Jennifer Lopez, que tiene curvas, pero nosotras de curvy tenemos poco, y nos parece que la usan muchas niñas que no se asumen realmente, que no se quieren...", afirma Devesa. Y Gómez replica: "Sale un artículo de Vogue y la llaman curvy y dicen: 'Sí, soy curvy como Beyoncé'. No, Beyoncé es una diosa, tú eres tu diosa pero de otra manera".
LA ESCLAVITUD DE LAS CIFRAS
La lucha de Devesa y Gómez, de WeLoversize, de las gordibuenas en general, no es una sola: reconocimiento, mejora de la autoestima, alimentación sana y ejercicio ("una gordibuena es una persona que se saca partido, y sacarse partido es también cuidar tu cuerpo"), lucha por ropa apta para todas y todos… Sobre todo han conseguido generar un debate y poner el tema sobre la mesa en revistas, medios de comunicación, Internet y en la calle, que es lo que realmente cuenta.
El de la ropa, por ejemplo, es complicado. Ellas mismas no entienden que "con un nicho de mercado tan grande" no haya más firmas que apuesten por ampliar el abanico de tallas. E incluso se ven capaces, con humor, claro: "Nos coges a nosotras que tenemos muy buen gusto y muchas ideas y haces una colección que se agota en segundos. No lo entiendo, creo que es por pereza, que siguen con el tabú, 'la gorda, la gorda'... Muchos siguen haciendo sus tallas hasta la 44 y al final te tienes que ir a tiendas online".
No solo es cuestión de talla: quieren eliminar la obsesión por las cifras. Tratan de dirigirise a una mujer a la que "no la definan los números, lo que marca la báscula, ni la etiqueta de su pantalón, ni lo que gana... Que no se deja definir por los número que hay en su vida. Que ha aprendido a quererse tal y como es, que le quedan todavía fuerzas para mejorar aquello que no le gusta, y que se pasa por el forro lo que digan los demás, porque está tan contenta consigo misma que lo que digan los demás le da igual".
Al fin y al cabo, se trata de promover "Un movimiento bodypositive", como dice Rebeca, o como explica Elena, de retar a sus lectores (hombres, pero en su mayoría mujeres, que van desde los 13 a los 50 años) a romper con todo: "Hay niñas que nos han dicho que les hemos dado la energía y la fuerza para romper con algo que era un bucle en su vida y decir 'ya basta'. Esto no tiene nada que ver con el físico, es cuestión de personalidad". Porque al final Elena y Rebeca han logrado lo que pocos han conseguido, y en un tiempo récord: que las gordas estén buenas. Y que ellas mismas se lo crean.
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