El mensaje de Emma Thompson a Alan Rickman: "Fue un aliado con el que siempre podías contar"
Son muchas las reacciones que se han sucedido desde la muerte de Alan Rickman. Sus alumnos en Hogwarts, la escuela de magia de Harry Potter, han sido los primeros en querer despedirse del actor. Y con ellos, Emma Thompson.
Los dos actores británicos —él de 69 años y ella de 56— coincidieron en numerosas rodajes. Además de las nombradas películas del mago Harry Potter, donde Rickman interpretaba a Severus Snape y Thompson a la profesora Trelawney, trabajaron juntos en Love Actually (2003), Sentido y Sensibilidad (1995), The Song of Lunch (2000), El beso de Judas (1998) y El invitado de invierno (1997), que dirigió el primero y protagonizó la segunda.
Con este largo currículum conjunto, es normal que la actriz lamentase profundamente la muerte de su compañero y amigo. Poco después de conocerla, escribió esta emotiva carta de despedida que muchos recogieron en Twitter.
Alan era mi amigo... Me resulta difícil escribir esto porque acabo de despedirme de él.
Lo que más recuerdo en este momento de su dolorosa despedida es su sentido del humor, su inteligencia, sabiduría y amabilidad. Su capacidad de cortarte con sólo una mirada o de subirte el ánimo con una palabra. La intransigencia que le convertía en el gran artista que era, su indescriptible y cínico ingenio, la claridad con la que veía todo, incluyéndome a mí, y el hecho de que nunca dudó en hacérmelo saber. Aprendí mucho de él.
Fue un excelente actor y director. Siempre estaba esperando su siguiente actuación. Considero todo un privilegio haber trabajado a su lado tantas veces, incluso como director.
Fue un aliado con el que siempre podías contar, en la vida, en el arte y en la política. Confiaba en él plenamente.
Sobre todo, fue una persona rara y única, y nunca volveremos a ver a alguien como él".
TAMBIÉN KATE WINSLET
Al mensaje de Thompson se ha unido también el de Winslet, que compartió set en Sentido y Sensibilidad en 1995 y años después en A Little Chaos (2014). Estas fueron sus palabras:
"Muchos lo quisieron enormemente. Era un hombre excepcionalmente cálido y un actor absolutamente genial y un gran director.
Recuerdo que me resultó intimidante trabajar con él cuando tenía 19 años, porque tenía una presencia poderosa y dominante. ¡Y esa voz! Qué voz...
Pero la realidad es que fue el más bueno de los hombres, el mejor. Tenía la paciencia de un santo. Era como un tierno perrito de buen corazón que haría lo que fuera necesario para hacer felices a todos.