Es una verdad universalmente aceptada: en el momento de irse a la cama, un niño puede convertirse en una criatura difícil de someter, por decirlo suavemente. Ya sea porque intente esconderse, llorar o jure que no está cansados antes de caer desmayado en el suelo, nunca sabes contra lo que te va a tocar luchar.
En HuffPost Parents, la sección sobre padres de la edición de Estados Unidos, le han pedido a su comunidad de usuarios que documenten algunas de esas luchas que tienen lugar antes de dormir. Porque no estás solo.
Irse a la cama, una pesadilla
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Dejarlos dormir en la misma cama es más sencillo que separarlos.
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A veces no llegan hasta la cama. Y tienes que dejarlos.
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Mi hijo de tres años hizo esto una noche mientras todos dormíamos (y pensábamos que él también dormía…) Chupó bien chupado todo el relleno de las galletas.
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Por si no lo sabías: este es el lío que arman dos niños y un bulldog cuando se trata de irse a la cama.
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No me gusta dormir sola, así que me pongo de pie y me echo a llorar... hasta que me siento y caigo dormida de cansancio.
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Aquí tenéis a cinco de ellos. Todos apilados en la habitación de la hermana mayor con sus nuevos regalos de Navidad.
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Haz que se eche una siesta y se levantará así.
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Mi hija dejó de echarse siestas constantemente el pasado verano. Cumplió dos años en octubre. Algunos días todavía necesita una siesta y, bueno, pues se la echa y ya está (guiño). Suelo moverla a algún sitio más cómodo... pero siempre ...
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Se quedó dormido de pie media hora antes de irse a la cama. ¿Acostarse ahora? ¡Ya no tengo sueño!
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Mi pequeña de dos años a veces cae rendida en el suelo, tras insistir en que no está cansada y no se irá a la cama.
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No va a dormirse, sólo quiere descansar los párpados… Todas las noches tengo que tumbarme con ella, de seis años, hasta que se duerme… y luego se levanta gritando "¡Mamiii!" en algún momento entre las dos y las cinco.
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Creo que esto lo resume a la perfección. Un borrón gigante saltando en el sofá después de haberse quitado toda la ropa. ¿Tienes sueño? No. Pero ya es medianoche... Ya.
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Mi hijo ahora, con tres años. Nótese que hay dos jarritas de agua a los lados. Una no es suficiente. Nunca duerme en vertical en nuestra cama, así que uno de nosotros siempre acaba con sus pies en nuestras caras.
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Después de trabajar en el turno de tarde, llegas y te encuentras esto.
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Papá está en el mismísimo borde de la cama, pero ella duerme como un tronco.
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"Un niño tiene que hacer lo que los niños hacen" para asegurarse un buen sueño reparador.
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Aunque nos quedamos en un bungalow, mi hijo de cuatro años insiste en dormir en el buffet.
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"Esta es mi nueva cama. Dejadme dormir aquí, necesito intimidad".
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Para qué dormir en su propia cama…
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Porque, en ocasiones, tu cama está demasiado lejos.
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Procrastinar: no puedo sacarle de su "bañera". Le encanta jugar en el agua y se echa a llorar cuando lo saco.
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Leerle un cuento antes de dormir a dos niños, cuatro perros y un gato… y que coman perdices.
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¡Me da igual cuál sea tu cama mientras duermas!
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Mamá no se mueve de la cama.
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Alguien no quiere echarse la siesta en el cuarto que la abuela le prepara… y se queda frito en el sofá la mitad de los días.
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Sólo se duerme si el gato, Milo, se queda con ella. Y se asegura de que eso pase, claro… en mi cama.
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Prefiero sentarme en su cama que en la silla de la esquina de su habitación. Tiene muchos "amiguitos", pero necesita uno más (a mí) para quedarse dormida.
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Se asoma por debajo de la puerta y aúlla durante media hora. Solíamos dejar la puerta abierta, pero le daba patadas.
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¡Pero si no quiero echarme la siesta!
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La reina del rodeo cayó redonda.
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Tres niños en una sola cama
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Abuelito, tienes una tarea.
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Tienen que estar cerquita.
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La peor pesadilla es cuando te quieres ir a la cama y te encuentras con esto.
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Cole siempre tiene bien agarrada su tableta.
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Tenemos el nuevo dormitorio listo para Aly y aquí es donde prefiere dormir.
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Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés.