Quien haya montado alguna vez una fiesta de Nochevieja en casa conoce bien este escenario: al día siguiente, además de una casa llena de espumillón, matasuegras, confeti y platos sucios, encuentra un frutero lleno de uvas. Aquellos que optan por la económica opción de comprar racimos enteros, en lugar de pequeños botes o bolsas individuales, pueden tener que enfrentarse a varios días en los que las naranjas, las mandarinas o la manzana no entren como opción de postre en su menú diario. Sólo hay sitio para las uvas.
Para que esto no pase, la mejor opción es adoptar la filosofía de reciclar las sobras y darle una segunda vida a esta fruta: en ensaladas, como postre, servidas con sardinas o incluso con costillas. Existen muchas formas de incorporarlas a nuestra cocina y hacer que el nuevo año no se nos atragante con tanta uva.
Lleva zumo de kiwi, uvas blancas, fruta confitada, polen en grano, azúcar moreno y mora. La receta la puedes ver completa en Cookpad.