13 películas con tecnologías que revolucionaron el cine
El cine nos conmueve y emociona, nos hace reír y llorar, pasar miedo o ver la vida con más optimismo. Necesitamos grandes historias bien contadas, pero a veces tanta importancia tiene lo que se dice como la forma en que se transmite, y ahí la competición tecnológica y el atrevimiento de los directores ha sido vital.
La expresión está también “en el contraste, en el juego entre las sombras y la luz, el negro tiene mucho que ver, el negro tiene que ser negro (...) no algo grisáceo o desvaído”, dice el director de cine Enrique Urbizu en referencia a la llegada de la tecnología LG OLED TV, con la que ya se puede comprobar cómo es el negro puro del espacio o del abismo marino.
Te ofrecemos una selección de títulos que se hicieron célebres por introducir nuevas fórmulas o innovaciones tecnológicas al servicio de buenos argumentos.
El ladrón de Bagdad (1924). La adaptación de “Las mil y una noches”, del genial director Douglas Fairbanks, fue la gran película de aventuras de los años 20. Además, aunque rodada en blanco y negro, algunas escenas fueron tintadas en un singular intento acercarse a la realidad. Uno de los primeros experimentos con color del cine.
El Cantor de Jazz (1927). Esta adaptación de una obra de Broadway fue el primer filme comercial que utilizó el sonido sincronizado. La magia de reproducir diálogos y música en sincronización con las imágenes fue posible gracias al sistema Vitaphone, en el que el sonido se grababa en discos que se ponían en sincronía con la proyección.
Becky Sharp (1935). Esta provocadora (para la época) historia sobre una mujer ambiciosa que explota sus encantos para sobrevivir es célebre también por ser la primera película en usar –aunque de una forma muy básica– la técnica del Technicolor en su fotografía, que consistía en crear una película separada para cada uno de los tres colores primarios.
El mago de Oz (1939). Uno de los musicales infantiles más famosos de todos los tiempos y también la confirmación de que el color iba a cambiar el cine para siempre. Fue una de las primeras superproducciones en utilizar esta tecnología y los equipos técnicos y de arte hicieron muchos esfuerzos por lucirla a través de la iluminación y los colores de vestuario y decorados.
Ciudadano Kane (1941). Con el technicolor en auge, Orson Wells filmó en blanco y negro la que muchos consideran mejor película de todos los tiempos. Wells introduce elementos narrativos novedosos como los flashbacks, y utiliza como nadie los negros para aportar dramatismo a la acción. El negro –o ausencia de color–, amplía las posibilidades de expresión de los elementos narrativos, pero es muy difícil de conseguir de forma pura. En pleno siglo XXI, los televisores con tecnología OLED de LG son los únicos capaces de mostrar el negro puro. ¿Cómo? Si la tecnología LED necesita lámparas traseras para encender grupos de píxeles, en los LG OLED TV todos sus puntos de luz (píxeles) son orgánicos y pueden encenderse y apagarse de forma independiente, creando así un negro perfecto. Además, gracias al contraste con el negro puro, los colores son más intensos que nunca.
Westworld (1973). Este clásico del Western futurista protagonizado por Yul Brynner fue la primera película en incorporar imágenes generadas por ordenador en dos dimensiones, en las que la acción se muestra desde el punto de vista del pistolero. Aunque el resultado fue algo rudimentario, la técnica abrió el camino de clásicos posteriores como Tron (1982).
El Resplandor (1980). El summun del terror llevado al cine –al menos hasta ese momento– corrió a cargo del cineasta británico Stanley Kubrick. Las escenas interesantes son incontables, pero hay una que además supuso la confirmación de la Steadicam (estabilización de cámara), en la que la cámara sigue el recorrido que va haciendo el triciclo de Danny, el niño de 7 años, por los pasillos del hotel.
Parque Jurásico (1993). La historia de la clonación de los dinosaurios ya es de por sí emocionante. Pero además Steven Spielberg se esforzó al máximo para que pareciera totalmente real. El resultado fue unos efectos especiales y de animación espectaculares para la época, con utilización de robots, animaciones stop motion (cuadro a cuadro), simuladores de vuelo militares y escenas 100% digitales.
Toy Story (1995). Que los juguetes cobran vida en la mano de los niños ya lo sabíamos, que pudiéramos verlo y creerlo con nuestros propios ojos fue obra de la fábrica de sueños que ya es Pixar. La factoría del flexo se estrenaba con la primera cinta animada completamente con efectos digitales.
Festen (1998). La innovación de la primera película del movimiento Dogma 95 fue curiosamente que no se necesita un alarde técnico para contar historias. Una fiesta de cumpleaños que acaba en tragedia familiar sirve de excusa para rodar cámara en mano, sin música, ni decorados, ni iluminación artificial…
The Matrix (1999). Para reflejar el mundo de 2199, donde los experimentos con ADN, las plagas con armas químicas y similares están a la orden del día, los hermanos Wachowski tenían que hacer un alarde tecnológico espectacular. Hasta 412 fotogramas (200 planos) con efectos especiales en los que se utilizaron las últimas técnicas de producción y posproducción digital, en especial la imagen ralentizada con movimientos de cámara extremadamente rápidos.
Star Wars: Attack of the Clones (2002). La quinta entrega de la archifamosa saga dirigida por George Lucas, segunda según la cronología interna, fue la primera película de la historia del cine en rodarse totalmente en digital.
Avatar (2009). James Cameron sabía lo que hacía para recrear el fascinante mundo azul de esta fábula con trasfondo ecologista. Más de tres mil efectos especiales, sofisticados métodos de captura de movimiento e innovadoras cámaras de visión estereoscópica para hacer realidad un mundo fantástico en tres dimensiones.