Decoración original de Navidad: hay vida más allá de árboles y belenes
Quizá el año pasado juraste que no ibas a volver a utilizar ese árbol de plástico que te hace sudar cada vez que toca volver a guardar en la caja. Tal vez tiraste todo el espumillón tras pasar un mes recogiendo pedacitos del suelo. Puede ser que prefieras quedarte sin decoración navideña antes que volver a ver a esos pastorcillos de plástico que tienen más años que tú.
No sufras, no es necesario recurrir a los adornos tradicionales para dar un toque festivo a tu casa en esta Navidad.
No hace falta salir de compras; basta con que le eches un poco de maña y podrás elaborar tu propia decoración con unos pocos materiales a tu alcance, como papel, lazos, velas o piñas.
A continuación puedes encontrar una recopilación de ideas para que no tengas que renunciar al espíritu navideño en tu hogar.
¿Quién dijo que hacía falta un árbol para poder decorar con sus adornos? Una opción sencilla es hacer una corona pegando bolas de distintos tamaños y otra idea más fácil todavía es llenar un jarrón transparente y utilizarlo como centro de mesa.
Salir a recogerlas es de por sí una actividad divertida y quedan perfectas en cualquier corona o guirnalda.
Tijeras y pegamento serán tus mejores aliados para confeccionar banderolas con motivos navideños o vistosas estrellas para colgar. En YouTube puedes encontrar tutoriales como éste para hacer estrellas de distintos tipos. Incluso puedes dar una segunda vida a unas cajas de zapatos para hacer una falsa chimenea.
Son el elemento ideal para dar calidez a la casa. Puedes colocar varias a modo de centro de mesa —ramas de canela, piñas y hojas son un acompañamiento ideal— y utilizar lazos o purpurina para darles un toque más festivo.
Con retales, botones y unas cuantas puntadas puedes personalizar tus calcetines navideños o atreverte con adornos más elaborados.
Las galletas de hombres de jengibre son un acierto seguro. Lo mejor es hornear muchas y reservar unas pocas para consumo propio —tienes la receta aquí— y así evitar la tentación de ir comiendo las decorativas. Y si te ves con ánimos, puedes echarle valor y cocinar tu propia casita de jengibre.
Basta con enmarcar siluetas, láminas o incluso, dibujos de los pequeños de la casa. Sencillo, bonito y muy personal.
Una vez hayas hecho todas tus galletas navideñas, nada de volver a guardar los cortapastas en un cajón. ¡A lucirlos!