La pirueta de Mas: del ‘business friendly' al sindicalismo independentista
Artur Mas subía a la tribuna de oradores del Parlament el 20 de diciembre de 2010 y proclamaba en su discurso de investidura que iba a formar un Gobierno "business friendly”. El ‘hijo’ político de la alta burguesía catalana llegaba al Palau de la Generalitat en plena tormenta económica y tras haber criticado duramente las medidas puestas en marcha durante las anteriores legislaturas por el tripartito.
La entonces CiU era el partido de referencia del empresariado catalán. Llegó la hora de los recortes, de apoyar la dura reforma laboral del Partido Popular y de recibir los votos de los populares catalanes para sacar adelante las cuentas autonómicas. Pero en este viaje hacia el independentismo Artur Mas se ha encontrado con el portazo de los que deberían ser sus socios naturales en el terreno económico: PP y Ciudadanos.
Ahora Mas tiene la misión de seducir a ERC y, estos días, principalmente a la CUP -cuyos votos son necesarios para su investidura-. La derecha económica le pide el apoyo a los anticapitalistas, un ejemplo de la intrincada situación política en Cataluña. Ante este panorama no están nada cómodos miembros del Govern como el propio conseller de Economía, Andreu Mas-Colell.
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Mas-Colell
UN DISCURSO INDEPENDENTISTA Y SOCIAL PARA EL 20-D
Durante estos meses Mas ha ido dando pasos para rebajar el perfil ‘empresarial’ de CDC (su famoso business friendly) e intentar contentar a la parte izquierdista del bloque independentista. El gesto más visible durante las elecciones fue colocarse en el número cuatro y dejar que la lista la encabezara Raül Romeva, un ex parlamentario europeo de ICV y reconocido ecosocialista. Con este giro quería atraer el voto de sectores progresistas.
Ahora llegan las elecciones generales y Convergencia se presenta bajo el nombre de Democràcia i Llibertat -una coalición en la que están integrados también Demòcrates de Catalunya y Reagrupament-. Su mensaje principal para el 20-D será que van a Madrid a pactar los términos la independencia, según relatan a El Huffington Post fuentes de la candidatura.
Pero, bajo este paraguas, también quieren introducir “otros temas”. “Ahí vamos a plantear algunos argumentos, una vez pactada la independencia, sobre cómo tiene que ser ese Estado”, revelan las citadas fuentes, que explican que van a defender un país en el que el BOE no esté al servicio de nadie en concreto, sino que sirva a los ciudadanos”.
Además, en este nuevo discurso van a trasladar una idea de “Gobierno que no se deje secuestrar por lobbys” y que impulse “un mercado de trabajo con unos salarios dignos y sin escenarios de esclavitud del siglo XXI”.
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Artur Mas y Francesc Homs
LA CONEXIÓN UGT
En este tránsito para lograr el apoyo de la izquierda independentista se enmarca el ascenso en el Ejecutivo de Neus Munté, que ocupa la Vicepresidencia y, además, es consellera de Bienestar Social y portavoz. De esta manera, Mas quiso imprimir a su Govern desde el pasado mes de junio un carácter más social. Aunque su departamento ha recibido numerosas críticas por los recortes, ella representa al sector de CDC más cercano a la calle y ha sido un azote contra el Gobierno de Mariano Rajoy en temas como la ley de dependencia. Su capacidad para el diálogo ha sido valorado por las entidades sociales durante los últimos años.
Asimismo, Munté es una reconocida sindicalista. Trabajó como abogada de UGT en Cataluña y estuvo en la Comisión Ejecutiva Nacional de la Federación de Servicios Públicos del sindicato entre 1996 y 1999. Asimismo, fue secretaria de Organización de Empleo y Educación y de Política Institucional de UGT de Cataluña entre 2004 y 2010.
Ella ha sido una de las piezas clave con las que ha jugado Mas para ganarse a la CUP. Durante su discurso de investidura, ha ofrecido incluso ceder poder como jefe del Ejecutivo en favor de tres vicepresidencias: Munté (temas sociales), Romeva (relaciones internacionales) y Oriol Junqueras (asuntos económicos).
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Neus Munté
Mas también ha pescado en el mundo sindical para las listas de estas elecciones generales. Irá como ‘número uno’ de Democràcia i Llibertat al Senado por Barcelona el secretario de Comunicación de UGT en Cataluña, Miquel Àngel Escobar, que había estado ligado históricamente al PSC -llegó a ser concejal por este partido en el ayuntamiento de Esplugues de Llobregat-. Su llegada a la candidatura independentista se ha articulado a través de su participación en Súmate, la plataforma de castellanohablantes a favor de la secesión, y de la Assemblea Nacional Catalana.
El president en funciones siempre señala que tiene el apoyo del empresariado catalán en su plan, pero en las últimos días se ha encontrado con noticias poco favorables para sus intereses, como el traslado de sus sedes sociales fuera de Cataluña de empresas como Derby Hoteles, Suez-Agbar y Vall Companys. Asimismo, ha sido cercado por el Gobierno desde el pasado viernes con las nuevas condiciones impuestas por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para que Cataluña pueda recibir parte del excedente del Fondo de Liquidez Autonómica. Según el propio Mas-Colell, la Generalitat ya “está intervenida”.
Pero el viraje de Mas todavía no ha acabado. CDC tiene los días contados y se disolverá en el próximo congreso, que todavía no tiene fecha. La idea del president y su equipo más cercano es la de crear un nuevo partido “de centro” que aglutine a la “gente moderada y de orden” independentista. Una nueva pirueta.