Las cinco claves para entender el fin de la 'política del hijo único' en China
Los líderes chinos anunciaron este jueves que pondrían fin oficialmente a la política de hijo único del país, permitiendo así que las parejas tengan dos hijos. Esta medida, que fue concebida para frenar el crecimiento de la población china, ha sido una de las más polémicas en el último siglo. Esto es lo que necesitas saber ahora que dejará de aplicarse:
1. Antes de nada, ¿por qué creó China esta política?
Entre los años 1949 y 1976 bajo el régimen de Mao Zedong, la población de China casi se duplicó, alcanzando los 840 millones de habitantes. Este incremento, junto con el creciente miedo a una superpoblación a nivel mundial, inspiró a los líderes chinos en su intento por aminorar ese crecimiento.
China estableció la política de hijo único en 1979. La etiqueta hijo único es, en sí misma, poco apropiada. Si bien es cierto que las familias del medio urbano se han visto muy limitadas por la medida, muchas parejas obtuvieron exenciones, entre otras, las familias rurales de minorías étnicas cuyo primogénito era una niña y las parejas en las que ambos cónyuges eran hijos únicos.
Aun así, a lo largo de décadas, cualquiera que se excediera del límite de natalidad estaba sujeto a multas, así como a esterilizaciones y abortos forzados (advertencia: el enlace contiene una imagen muy explícita).
2. ¿Funcionó?
Esta cuestión ha generado mucho debate. Un estudio ampliamente difundido afirmaba que la política redujo los nacimientos en 400 millones. Otros expertos rebajan la -impresionante- cifra a 200 millones, lo que equivale aproximadamente a toda la población de Brasil.
Lo que no incluyen estos números es el elevado coste humano:
- La violencia de los abortos forzados.
- La negación del derecho de los padres a crear una familia libremente.
- La diferencia entre sexos que desequilibra la balanza social,.
Las repercusiones de esta perturbación -cientos de millones de nacimientos evitados, una gran ruptura en el tejido social, profundos desequilibrios demográficos- seguirán presentes durante décadas, así como el debate en torno a dicha política.
La política del hijo único en china provocó abortos selectivos y abandono de recién nacidas.
3. ¿Entonces qué pasó?
El Partido Comunista Chino dijo que permitiría a todas las familias tener un segundo hijo, pero todavía no se han anunciado todos los detalles sobre la fecha de aplicación ni sobre la normativa relativa a los nacimientos de más.
Este es el último paso -y el más decisivo- dentro de una serie de medidas para relajar la ley, entre otras el cambio que se produjo en 2013 que permitió a las parejas tener un hijo más si alguno de los progenitores era hijo único.
4. ¿Y por qué le ponen fin ahora?
Tanto los líderes chinos como los expertos consideran que la política está dando lugar a enormes problemas socioeconómicos. Limitar el número de nacimientos ha contribuido a crear una demografía desfavorable, ya que reduce el número de personas capaces de mantener a una población cada vez más envejecida.
La economía del país se benefició en su momento de un dividendo demográfico por la desbordante cantidad de población en edad de trabajar, pero ahora empieza a pagar esta deuda en forma de un déficit de crecimiento y de un mayor gasto en salud y jubilaciones.
Además de los desbarajustes de edad, la política también ha provocado un enorme desequilibrio de sexos. De hecho, los expertos estiman que para 2020 China tendrá 30 millones de hombres más en edad de casamiento que mujeres. La preferencia tradicional por los varones contribuyó a que las familias frecuentemente llevaran a cabo abortos selectivos (ilegales) o abandonaran a sus recién nacidas. Las autoridades temen que con la generación de solteros que está por venir se incremente la tasa delictiva y la inestabilidad social.
5. Ahora que esta política ha acabado, ¿se producirá en China un baby boom?
Lo más probable es que no. En un principio, la política estaba destinada a reducir la natalidad en una sociedad predominantemente agraria, en la que tener más niños significaba tener más manos para trabajar y más seguridad para los mayores.
En la sociedad china actual, cada vez más urbanita y mejor educada, la economía de la crianza ha cambiado. Ahora, el coste de llevar a un hijo a la escuela supone una gran carga en las familias, frenando así su deseo de tener un segundo hijo. De hecho, desde la relajación en 2013 de esta política ha habido menos nacimientos de los estimados, por lo que no se espera, de momento, ningún baby boom.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano