Ocho 'momentazos' que deja Pablo Iglesias en el Parlamento Europeo
En el Parlamento Europeo este martes han sonado campanas de despedida. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha dejado formalmente su escaño como eurodiputado. Él mismo había dicho hace días que estaba "cansado" y que había perdido "frescura", lo que le ha llevado a tomar esta decisión. Ha cerrado así una etapa de 15 meses para asumir un nuevo reto: el de ganar las elecciones generales del 20 de diciembre para evitar que gente como la que trabaja en Bruselas "siga estando en el Gobierno".
Él mismo lo ha dicho así en su último discurso ante la Eurocámara, escenario, una vez más, de ese tono agresivo y directo al que había acostumbrado ya a los presentes. Se va, pero asegura que volvería a pedir los mismos cambios para Europa que exigió tras asumir su cargo. Repasamos su trayectoria y los mejores momentos que ha dejado.
En las elecciones europeas de mayo de 2014 Podemos logró un amplio respaldo de la sociedad española. La formación liderada por Pablo Iglesias consiguió cinco escaños en el Parlamento Europeo, así como arañar más de 1,23 millones de votos. Fue el billete con el que Iglesias voló hasta la Eurocámara y con el que quiso iniciar una nueva etapa.
Su estreno en un pleno del PE no pudo ser más agitado. Terminó poniendo a muchos en pie entre aplausos, pero seguro que el presidente interino del Parlamento Europeo, Gianni Pittella, no guarda muy buen recuerdo de aquella intervención... Tuvo que pedirle hasta cuatro veces a Iglesias que callara puesto que había terminado su tiempo, pero éste siguió con su speech tras replicarle, en italiano, que terminaba "en unos segundos", que más bien fueron unos minutos. Ese tiempo le sirvió al nuevo eurodiputado para mostrarse en contra de la "gran coalición" que impone la austeridad en el continente y para dedicar sus palabras a la ciudadanía y a los "millones" de personas que han llenado las plazas y que han sido el "orgullo" de Europa. Fue su declaración de intenciones, con la que quiso dejar claro a Europa a qué había venido.
Por desgracia estamos acostumbrados a que a nuestros políticos no tengan precisamente soltura en el extranjero a la hora de hablar un idioma que no sea el castellano, y en esto Pablo Iglesias también ha querido marcar la diferencia. Ser español no significa no saber inglés y no sólo eso, ¡también habla italiano! Durante su estancia en el Parlamento Europeo hemos visto al líder de Podemos hablar con desparpajo en estos dos idiomas en rueda de prensa, entrevistas, intervenciones en el pleno o incluso mandándole un mensaje a su "colega" el primer ministro griego, Alexis Tsipras. Aquí una prueba:
Y aquí hablando en italiano, fruto del tiempo que pasó estudiando e investigando en Bolonia y Florencia:
“Ninguno de los eurodiputados de Podemos cobrará más de 1.935 euros”, escribió Pablo Iglesias en su cuenta de Facebook el 18 de abril de 2014 en plena campaña electoral de las europeas. Al llegar al Parlamento Europeo, el líder de la formación apuntó que cobraría tres veces el sueldo mínimo interprofesional, en lugar de los 8.000 que corresponden a los eurodiputados como salario bruto.
De esta forma quiso denunciar el excesivo sueldo que se cobra en las instituciones europeas y el ejemplo lo llevó también a su forma de viajar: nada de "business" en aviones. Pablo Iglesias ha optado por viajar en turista con el resto de pasajeros frente a otros, como el popular González Pons (PP), , que prefiere ir en primera clase.
En el Parlamento Europeo a Pablo Iglesias le ha gustado rodearse bien y por eso en más de una ocasión ha ensalzado la figura del griego Alexis Tsipras, "su amigo", y con quien se ha solidarizado ante las dificultades que su país está pasando. Para Iglesias, Tsipras ha sido "un león defendiendo a la patria de los buitres". A su pesar, le rompió el corazón. Quizá no tanto, pero un mal rato sí que le hizo pasar cuando, delante de todos los medios, el líder de Syriza simplemente ignoró su saludo dejándole colgado y sin saber dónde meter la mano que con tanta efusividad quiso estrechar.
A pesar de todo lo superó. Meses después vimos a Iglesias en la plaza Syntagma de Atenas apoyando a Tsipras de cara a las elecciones.
Cuando sí se salió con la suya y tuvo su momento de gloria fue el día en el que le regaló a Felipe VI los DVD de su serie favorita, Juego de Tronos. El secretario general de Podemos explicó entonces que es una serie que esperaba que le gustara y que le diera "unas claves para entender la crisis política en España".
Un efusivo: ¡Bien, Bergoglio!" fue lo que le salió a Pablo Iglesias tras escuchar al papa Francisco en el Parlamento Europeo, el poncífice defendió los derechos humanos y sociales "como base de la dignidad. Estas palabras encandilaron por completo al secretario general de Podemos, que se deshizo en halagos hacia él.
Se quedó tan encantado con cómo fue la intervención del papa, que aseguró que le encantaría conocer a "Jorge Bergoglio" -como siempre se refiere a él, nunca como "papa"- ya que está "convencido" de que estarían de acuerdo "en muchas cosas". Vamos, que le quiere ver en persona "en el Vaticano" o "en su casa de Vallecas". Como eurodiputado no ha podido ser, quién sabe si como presidente, si consigue llegar a La Moncloa.
El hecho de que el secretario general de Podemos sea "pluriempleado" a veces le ha pasado factura. Por ejemplo, llegó tarde al crucial debate en el Parlamento Europeo sobre la crisis de los refugiados el pasado 6 de octubre. Intervino fuera de turno, casi una hora después, para reprochar a quienes hablan de "plagas" e "invasión" cuando se refieren a la crisis de los refugiados y mezclan "inmigración y terrorismo".
Tampoco pudo llegar a la votación del TTIP, el pasado mes de junio en la Eurocámara. Su partido alegó que se había convocado por la noche y que no pudo llegar a tiempo por la forma "improvisada" en la que se realizó esta convocatoria.
Finalmente la aventura europea de Pablo Iglesias ha terminado este martes. Se ha despedido del Parlamento Europeo, la "Universidad" que le ha educado para "dirigir España", como llegó, reivindicando "otra Europa" y pidiendo a los líderes que "no la destruyan".
Ha tenido palabras para todos. Al presidente de la Comisión europea, Jean-Claude Juncker, le ha acusado de "favorecer el fraude fiscal" y de negociar en secreto ventajas para las multinacionales cuando estuvo al frente del Gobierno luxemburgués. También ha criticado que el líder de los Liberales (ALDE), Guy Verhofstadt, permitiera políticas en materia exterior "que estamos pagando y que tienen que ver con la miseria de millones de familias a las puertas de Europa". A los jefes del Partido Popular Europeo (PPE), Manfred Weber, y de los Socialistas y Demócratas (S&D), Gianni Pittella, les ha afeado que hayan participado de una "maldita gran coalición".
Para terminar, Iglesias ha querido recordar su primera intervención ante el pleno de la Eurocámara, en la que abogó por esa "una Europa diferente, que fuera un poco menos dura con los débiles y un menos complaciente con los poderosos". "Por desgracia esta afirmación, 15 meses después, sigue estando vigente", ha lamentado, para censurar los eslóganes xenófobos de algunos eurodiputados y las "lágrimas de cocodrilo" de otros cuando se discute sobre la situación de los refugiados que buscan protección en la Unión Europea.