La sombra de Lisboa enfría la cumbre del PPE
Primero fue Grecia, después Portugal y ahora los populares temen que la próxima pieza del dominó en caer sea... España. En los pasillos del Palacio Municipal de Congresos de Madrid, donde este miércoles el Partido Popular Europeo ha inaugurado su congreso, no se habla de otra cosa y hay cierta sensación de incertidumbre -y hasta de pena- ante lo que pueda pasar el 20 de diciembre. Por eso, todos los miembros del partido que se dirigen a los medios lanzan los mismos mensajes: quieren que el más votado sea el que gobierne y que no triunfen alianzas entre terceros.
Este martes el líder socialista portugués, Antonio Costa, aseguró estar en condiciones de gobernar gracias al apoyo de los comunistas y el Bloco de Esquerda, una alianza hasta ahora inédita en Portugal. Si lo consigue, esto implicaría que el ganador de las elecciones, que no obtuvo mayoría absoluta, el conservador Pedro Passos Coelho, se quedara sin capacidad de formar Ejecutivo ante esta mayoría parlamentaria de izquierdas.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha decidido abordar por sorpresa esta cuestión ante los periodistas. "No sabemos exactamente qué es lo que va a ocurrir en Portugal. Sí sabemos que ha ganado el PP portugués y que tres o cuatro partidos pretenden hacer un Ejecutivo. Esas cosas siempre terminan mal y de ellas hay que aprender y tomar buena nota", ha aseverado.
"En fin, espero que esto no pase en España", ha continuado el jefe del Ejecutivo, que ha defendido que sea el partido más votado el que gobierne: "Es lo que siempre ha pasado en España y es lo democrático".
¿Se puede extrapolar esta situación a España? El presidente no tiene ni la "mínima duda" de que el PSOE "se aliará con cualquiera con tal de que no gobierne la lista más votada". "Lo ha hecho en todos los municipios", ha apostillado. En este sentido, Rajoy ha sido más claro que nunca y ha desvelado que no gobernará si no es la primera fuerza política el 20-D. "No voy a entrar en las cosas en las que están otros, particularmente el PSOE".
También se ha pronunciado sobre este tema el jefe de la delegación española del PPE, Esteban González Pons, ha sentenciado que puede que en España ocurra que gane el PP, pero que se produzca, como en Portugal, "un pacto de perdedores". En su opinión, cuando el centro político "es débil", los extremismos "se hacen fuertes". Así, ha asegurado que lo que hace la "extrema izquierda" es "renunciar a su programa para llegar al poder". "Los populismos renuncian a todo para gobernar. No se presentaron a las elecciones para transformar Portugal, sino para mandar en Portugal, que no es lo mismo", ha insistido.
LA EXPERIENCIA DE AGUIRRE
En la misma línea se ha manifestado la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, que todavía no ha superado el trauma de no haber logrado gobernar en el Ayuntamiento de Madrid y, por ello, ha asegurado que no tiene "ninguna duda" de que lo ocurrido en Portugal puede trasladarse a España. "Una coalición de izquierdas si puede gobernar, gobernará. Es lo que están haciendo en Madrid, así que no me cabe ninguna duda", ha sentenciado.
Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, consciente de que es muy probable que las alianzas sean determinantes en las próximas elecciones generales, ha defendido que los "partidos con vocación de bisagra" tienen que dejar claro con quién quieren pactar y con quién no. Como en ocasiones anteriores, Cifuentes ha pedido que se respeten los resultados que surjan de las urnas y que gobierne "el partido más votado".
Este frío que llega por las noticias de Lisboa ha calado también en las principales caras del PPE durante las primeras horas del congreso: Joseph Daul y Antonio López-Istúriz. Ellos dos se han encargado de respaldar públicamente tanto a los Gobiernos de España, Portugal e Irlanda y sus políticas para intentar sacar a estos países de la profunda crisis económica. En este sentido, han advertido de los "populismos" que, a su juicio, han surgido en la UE y han pedido que se evite la "tentación" de gobiernos a la izquierda.
Hoy Lisboa y Madrid están más cerca y más lejos que nunca.