Por qué el agua es lo mejor para limpiar la pantalla de tu ordenador y otros trucos para 'gadgets'
Ya forma parte de la tecnosabiduría popular: cuando un smartphone se cae al agua (léase al WC o piscina) o sufre un accidente en la cocina con el café o el zumo, lo mejor es correr a meterlo en un bote de arroz. Fu-cio-na.
¿La razón? Los granitos del cereal, ayudados por una fuente de calor (un radiador o un horno cerca) ejercen de secador natural y absorben toda la humedad atrapada dentro de tu pequeño tesoro.
Pero no sólo de este truco viven el hombre y la mujer modernos, aquí tienes las mejores opciones para limpiar y conservar tus gadgtes con elementos de la vida cotidiana.
LA PANTALLA DEL PC
The Wall Street Journal realizó un experimento que lo demuestra: lo que mejor funciona para mantener impoluta la pantalla a la que vives pegado es un paño de microfibra (sí, ése que utilizas para quitar el polvo en casa). Pero no seco. Humedécelo con un mejunje mágico que puedes fabricar tú mismo con un 50% de agua y un 50% de vinagre de vino blanco. No se nos ocurre algo más sencillo. La fórmula gana por goleada incluso a los limpiadores químicos profesionales más especializados.
EL SMARTPHONE
Lo mejor para limpiar una pantalla llena de huellas dactilares es usar el mismo minipaño de los cristales de tus gafas. Añádele una gotita de alcohol, aunque sin pasarse (según la web Lifehacker, la marca Apple no es demasiado partidaria). Este método te asegura una pantalla limpia y desinfectada. Si usas funda protectora, sácala de vez en cuando. En su ranuras se suele acumular bastante suciedad.
EL RATÓN Y EL TECLADO
¿Quién no ha querido llegar entre las teclas alguna vez para limpiar la suciedad y el polvo del teclado? Un truco fácil es hacerse con varios palillos de algodón higiénicos de los oídos (su tamaño es perfecto para alcanzar ese lugar imposible entre teclas) y humedecerlos con alcohol y agua. Si sólo tiene un poco de polvo, usa una brocha de maquillaje de tamaño XXL: hará las veces de miniplumero. Para el ratón, vuelve a los palillos de algodón ligeramente humedecidos.
