En una noche electoral nunca llueve a gusto de todos, aunque los perdedores, lo suelen disimular bastante bien. Pocos reconocen una derrota sin matices, y los que ganan dejan los peros a un lado. Este 27-S no podía ser menos. Los hay que cuentan votos, otros escaños, algunos se miran en el que está peor y otros, pese a estar lejos de la victoria, lo celebran como si no hubiera un mañana.
Estas son las caras de los vencedores y los vencidos en estos comicios, que sin ser un plebiscito lo han resultado siendo.