Que en España el foco se haya centrado el Cataluña no quiere decir que el tema de los refugiados se haya evaporado, que el problema no persista, que el éxodo se haya detenido. No. Es más, se complica.
La lluvia y el frío está haciendo aún más dura la huida hacia Europa. La mala mar impide la salida de lanchas o hace mucho más peligroso el trayecto y, en tierra, los pies -no pocos descalzos- se enfrentan al barro. Las principales organizaciones de derechos humanos reclaman que la solidaridad sea "urgente" y se atienda a los refugiados con la dignidad que merecen.
Estas son algunas de las estampas que deja el éxodo en otoño.
Licenciada en Periodismo y especialista en Comunicación Institucional y Defensa por la Universidad de Sevilla. Excorresponsal en Jerusalén y exasesora de Prensa en la Secretaría de Estado de Defensa. Autora de 'El viaje andaluz de Robert Capa'. XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla.