Hillary Clinton: debilidades y fortalezas de su candidatura
Pasan los días y la aspirante a candidata demócrata para las elecciones de EEUU en 2016, Hillary Clinton, ve cómo no deja de caer en las encuestas. Mientras, el polémico Donald Trump se ha convertido en el claro favorito entre los republicanos y se sirve de todas los escándalos que rodean a la ex secretaria de Estado para debilitar, aún más, su candidatura. ¿Qué ha pasado para que la que parecía la candidata contra la que nadie tendría nada que hacer aparezca peor que nunca?
Para entenderlo, hay que seguir su evolución, remontándose a los meses anteriores al anuncio de su candidatura. El hecho de que Hillary quería optar a la Casa Blanca era un secreto a voces, pero prefirió jugar al despiste todo el tiempo que pudo y se dedicó a "lavar" su imagen de la mano de su libro Hard Choices (Decisiones Difíciles), con el que rescató alguno de sus momentos más complicados, como el caso Lewisnsky o el atentado en Bengasi, Libia, cuando estaba al frente de la Secretaría de Estado.
Una vez allanado el camino, eligió el momento más oportuno para dar el gran salto: el 12 de abril de 2015 anunció formalmente su candidatura. Lo hizo la primera, nadie en el bando republicano o el demócrata se había pronunciado.
Su anuncio despertó una enorme euforia y el hecho de ser la mejor valorada en el seno de su partido, incluso por delante del mismísimo Barack Obama, le dio alas. Sin embargo, la polémica volvió a rodearla. Concretamente, la vinculada al uso de su correo electrónico personal en lugar del oficial durante su etapa de secretaria de Estado. La última tanda de correos, que se ha publicado este jueves, revela entre sus emails, de nuevo, contenido clasificado y muestra cómo hackers intentaron acceder a su cuenta, pudiendo hacerse con toda su información. Con todo, ella siempre ha tratado de justificarse, y, pese a que admite que esta polémica ha "debilitado" su candidatura, siempre ha alegado que no ha compartido información clasificada a través de esta vía y ha pedido perdón.
Pese a sus disculpas, los estadounidenses han rescatado calificativos hacia ella como los de "mentirosa" o "deshonesta" y se ha vuelto a poner de manifiesto las dificultades que tiene para conectar con la gente. De hecho, según una encuesta de la Universidad de Quinnipiac de agosto de este año, 3 de cada 5 votantes, cerca de un 61% de los encuestados, confesó creer que Clinton no es honesta.
Por otro lado, según el último sondeo divulgado la semana pasada por el diario The Wall Street Journal y la cadena televisiva NBC News, Clinton sigue siendo la aspirante demócrata favorita para las elecciones presidenciales de 2016, con un apoyo del 42%, seguida del senador por Vermont Bernie Sanders (35%). Sin embargo, Clinton ha ido cediendo terreno desde junio, cuando una encuesta similar le daba una ventaja de 60 puntos sobre Sanders.
A su rescate ha salido la directora de comunicaciones de su campaña, Jennifer Palmieri, quien ha manifestado abiertamente que quiere "humanizar" su candidatura. Para ello, tendrá que servirse de las fortalezas y debilidades de Clinton, pero, ¿cuáles son? Las analizamos a continuación.
Fortalezas: mujer con experiencia
Del primer presidente negro de la historia de EEUU a la primera mujer presidenta. La combinación es perfecta en un país que presume de proporcionar las mismas oportunidades a todos. De hecho, Obama le hizo un guiño diciendo que EEUU tendría "pronto" a una mujer en el cargo.
En este sentido, desde su campaña se está tratando de explotar el lado más femenino y humano de Clinton: es mujer, madre y también abuela. Además, es divertida y tiene sentimientos. De ahí que a partir de ahora vayamos a verla más en programas como el de Ellen Miller, donde se animó a bailar:
También le beneficia un factor obvio y a la vez clave: cuenta con una gran experiencia. Se la ha dado su formación -es licenciada en ciencias políticas- y su etapa como abogada, primera dama y, cómo no, como secretaria de Estado durante el primer mandato de Obama.
Esto, al hilo de lo que apuntábamos anteriormente sobre su imagen, está estrechamente vinculado. "Es una candidata muy sólida, con un carácter fuerte y con una trayectoria política muy dilatada. A diferencia de otros políticos, ella ha dedicado muchos esfuerzos a su carrera más que a tratar de conseguir una imagen más cercana a la gente. En los últimos años hemos visto algunos intentos de humanizar su imagen. En los próximos meses veremos si lo consigue", explica a El Huffington Post Daniel Ureña, presidente de The Hispanic Council, think tank independiente que promueve las relaciones entre la comunidad hispana de Estados Unidos y España.
Debilidades: caso de los correos y mala fama
En lo que respecta a las debilidades, hay uno clave: los tiempos de su campaña. De momento, han empezado a fallarle. "Creo que el cálculo del tiempo lo ha hecho mal de nuevo. En 2008 se presentó muy tarde, Obama lo hizo antes y recaudó mucho más dinero, y la "campaña invisible" en las primarias, cuando se busca el apoyo en el interior del partido demócrata, le perjudicó. Por eso ahora ha querido hacerlo todo con más tiempo, pero ha terminado cansando, es como si ya estuviera más desgastada", apunta por su parte Cristina Crespo, directora de Proyectos del Instituto Franklin-UAH.
Por mucho que esté intentando acercar su imagen a los ciudadanos, el caso de los correos electrónicos ha hecho mucho daño a su imagen. Prueba de ello son los datos: en sólo un mes ha pasado de un apoyo del 52% entre los votantes (agosto) a un 42% (septiembre), según la última encuesta publicada por la Universidad de Monmouth. "Hace unos meses nadie cuestionaba que era la mejor candidata para el Partido Demócrata, pero hoy hay ya hay dudas sobre ello. Ya hay otras opciones dentro de las filas demócratas", apunta el presidente de The Hispanic Council.
Por lo tanto, Clinton tiene que hacer frente a todos estos impedimentos que dificultan su carrera hacia la Casa Blanca, pero tiene ante sí uno fundamental: sus dificultades para calar entre la gente, como añade la directora de Proyectos del Instituto Franklin-UAH: "Dice que se presenta por su nieta, tocando esa fibra sensible creo que quiere mostrarse más cercana, pero no acaba de cuajar. Se intentó cambiar su imagen fría cuando se lanzó la campaña, contaba con el apoyo de las mujeres -"Women for Hillary"-, pero ha vuelto a caer en la imagen distante, calculadora... y puede suavizarlo, pero no cambiarlo".
En la línea de las polémicas que rodean a su persona sigue estando una que resultará difícil de olvidar: el caso Monica Lewinsky. Han pasado ya veinte años, pero el escándalo siempre sale a reducir en algún momento. "Es algo que siempre va a estar asociado a su imagen, pero su influencia es mucho menor que antes", explica el director de The Hispanic Council. En este sentido, Cristina Crespo considera que sacar el tema "perjudica más a la propia persona que lo recupera que a Hillary teniendo que volver a explicarlo. Tiene ya tanta experiencia por sí misma que quiere que se le juzgue por eso, no por su vida privada".
Quizá sea precisamente ese escándalo uno de los motivos por los que, de momento, Bill Clinton haya preferido quedarse en un segundo plano. Aunque es probable que, tal y como predice Ureña, más adelante esto cambie: "Todavía es muy pronto. Quedan cuatro meses hasta el comienzo de las primarias en Iowa, donde empieza realmente la carrera. Estará esperando el momento más idóneo para entrar en escena".
Al fin y al cabo, la figura de Bill no deja de ser un arma de doble filo, al menos a la hora de impulsar la candidatura de su mujer. De ahí que la directora de Proyectos del Instituto Franklin-UAH tenga claro que no es su momento: "Espero que no le veamos más. En 2008 le ayudó mucho, ahora seguramente saldrá, pero en Estados donde Hillary lo tenga más fácil como Nueva York, o en Arkansas, donde Bill fue senador".
Según esta experta, dejar fuera al ex presidente de EEUU serviría para que el mundo vea que Hillary es fuerte por sí misma: "Es cierto que al fin y al cabo sola no está, porque sería la primera vez que hay un consorte en la Casa Blanca, que, además, ha sido presidente. Es el 2x1 que vendía Bill en su día, pero del que ella, al menos por ahora, se tiene que alejar".
Con todo, más allá de sus fortalezas y debilidades, está claro que Hillary Clinton si tiene un objetivo, lucha por él. Supera, a su manera, las polémicas, y persiste en el logro de sus metas. El hecho de que su posible candidatura despertara tantas pasiones prueba que, pese a sus defectos, gusta a buena parte de la sociedad norteamericana. Además, queda todavía tiempo hasta que empiece la campaña real, la que lo decidirá todo, y en EEUU las cosas cambian muy rápido. Tanto, que un día estás en la cumbre y al otro en lo más bajo. Y si no, que se lo digan a Hillary.