Una artista reivindica la belleza auténtica emulando a Mena Suvari
Rubia, exuberante, delgada, con mirada ardiente, mala. Ese es el estereotipo que tan bien servía al propósito de quería contar Sam Mendes, el director de American beauty, un cliché que interpretó magistralmente Mena Suvari y volvió loco a Kevin Spacey.
Pero resulta que Carey Fruth, fotógrafa con sede en San Francisco (EEUU), le ha dado vueltas al asunto y no, ha decidido que no se quiere quedar con esta estampa de belleza americana. Justo para desafiar los ideales occidentales de belleza ha decidido hacer una serie de fotografías que reinventan la imagen icónica de la película, ese baño de Suvai en pétalos de rosas, pero esta vez con mujeres de todo tipo y condición: jóvenes, mayores, altas, bajas, blancas, negras, gordas, delgadas... ¡y bellas!
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Fruth ha explicado en su web que trata, así, de hacer que cada mujer reivindique el poder que tiene por ser ella misma, dueña de su cuerpo y su destino, en vez de ser sólo un objeto sexual, manejable. La confianza y serenidad con que posan las modelos han transmitido esos valores, con un resultado impresionante en su sensualidad y profundidad.
De la mirada "masculina" original, nace ahora un proyecto que "empodera" a las mujeres, que tienen "su propia narrativa" y no se preocupan por lo que otros piensen. Los cánones están para romperlos.