Los economistas provocan a Alemania invitándole a salir del euro primero
La posibilidad de un "Grexit", o salida de Grecia de la eurozona, ha dominado los titulares de los últimos meses, ya que las negociaciones que Grecia y sus acreedores internacionales mantenían durante las 24 horas del día sobre un nuevo acuerdo de rescate, arrojaban dudas sobre el futuro de Grecia en la unión monetaria. Muchos líderes de la zona euro, en particular en Alemania, dieron la bienvenida a esa posibilidad.
Pero algunos economistas dicen que los partidarios del "Grexit" están totalmente equivocados: Si algún país debe abandonar la eurozona, ese es Alemania.
La premisa básica de estos economistas es que las economías en depresión de Europa, que no solo incluyen a Grecia, sino a España, Portugal, Irlanda e Italia, se beneficiarían enormemente de una moneda más barata. La devaluación del euro ayudaría a impulsar sus exportaciones e incluso a estimular el gasto interno, puesto que la moderada inflación de precios impulsaría a los consumidores a cerrar los acuerdos con los precios actuales. Pero en la actualidad, estos países europeos, en su mayoría del sur de Europa, están atrapados en un valor de la moneda que está impulsado por la inclusión de Alemania y de otros países europeos más ricos. La alta demanda de los inversores por una moneda que incluye al gigante Alemania mantiene el valor del euro relativamente alto.
La salida de Alemania de la eurozona y el retorno al marco alemán reducirían drásticamente el valor del euro, proporcionando a las economías más débiles de Europa la moneda más barata que necesitan para restaurar el crecimiento y la competitividad. El economista de Princeton Ashoka Mody cree que otras naciones europeas ricas como los Países Bajos, Bélgica, Austria y Finlandia también se marcharían, y que posiblemente se unirían a Alemania en un nueva unión. Sus salidas bajarían todavía más el valor del euro, lo que beneficiaría aún más a las economías más débiles del continente.
Alemania también tiene mucho que ganar de una salida del euro, ya que el nuevo marco alemán valdría sustancialmente más que el euro, permitiendo así a los consumidores alemanes beneficiarse de bienes de consumo más baratos.
"La alteración causada por la salida de Alemania sería menor", escribió Mody en Bloomberg el viernes. "Debido a que el marco compraría más bienes y servicios en Europa (y en el resto del mundo) de lo que hace ahora, los alemanes serían más ricos de un plumazo".
La salida de Alemania del euro haría que las exportaciones alemanas fueran menos competitivas, pero Mody dice que oprimiendo la demanda de los consumidores de Alemania, el actual superávit comercial de Alemania ha estado perjudicando a la economía mundial.
El ex presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, defendió un argumento similar sobre el superávit comercial de Alemania el viernes en un blog publicado en la página web de la Brooking Institution, donde ahora es un economista residente. Bernanke dijo que el superávit comercial de Alemania y las restrictivas políticas fiscales que lo acompañan han oprimido el crecimiento económico del resto de Europa. Exigió unas nuevas reglas de la eurozona contra los desequilibrios comerciales para obligar a Alemania a reducir su superávit comercial.
A pesar de las recomendaciones de estos economistas, Grecia sigue siendo el país con más posibilidades de abandonar la eurozona. El Fondo Monetario Internacional ha declarado el último acuerdo de rescate inviable, ya que no sirve para reestructurar las insosteniblemente elevadas deudas de Grecia y es excesivamente optimista sobre el rendimiento económico que Grecia será capaz de alcanzar para pagar esas deudas. Eso significa que Grecia seguirá necesitando más préstamos solo para cumplir con sus obligaciones con los acreedores y volverá a la mesa de negociaciones en cuestión de meses o años, como máximo.
Los líderes de la eurozona se resistieron a ayudar a Grecia hasta el final de las negociaciones, y propusieron una salida de Grecia en el último minuto. Solo estaban dispuestos a ayudar a Grecia a cambio de medidas todavía más austeras, entre las que se encontraban una privatización forzosa de algunos de los activos estatales de Grecia. Es improbable que la eurozona tenga un mayor apetito político de prestar dinero a Grecia si el actual acuerdo sobre préstamos a cambio de austeridad se rompe. Debido a la escasez de financiamiento adicional y apoyo de liquidez para sus bancos, Grecia volverá a enfrentarse a un Grexit.
"Mi estimación es que la salida del euro seguirá siendo necesaria", escribió el economista ganador del Premio Nobel Paul Krugman, en el New York Times el lunes. "Y en cualquier caso, será esencial para reducir gran parte de la deuda griega".
Este artículo fue publicado anteriormente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés.