Special Olympics: mucho más que deporte
La recepción que el embajador de Estados Unidos en España, James Costos, organizó este miércoles en su residencia de Madrid para desear suerte a los deportistas que representarán a nuestro país en los inminentes Special Olympics de Los Ángeles, no era un acto más. Había algo especial. Todo eran sonrisas, ilusiones e historias que nos demuestran que la vida es mucho más sencilla de lo que parece.
Desde el próximo 25 de julio, 77 atletas españoles con discapacidad intelectual competirán en once modalidades diferentes y lucharán por traer el máximo número de metales, aunque para ellos eso no es lo realmente importante. "Ellos se cambian las medallas de oro por las de bronce, no les importa eso porque son felices, se abrazan... este es el único lugar en el que vas a ver el fair play de verdad", cuenta orgulloso Marcelino Pérez, director de Special Olympics España.
Marcelino dejó una dirección de marketing en una multinacional para afrontar el reto de su vida sin experiencia previa en el mundo del deporte. Tres años después, afirma que no se ha arrepentido ni un solo día. "Ya no hay días malos, ya no hay pereza de ir a trabajar... Con estos chicos todos los días son divertidos y viajar con ellos es como estar de vacaciones. Ellos me han enseñado a relativizar y darme cuenta de que la mayoría de los problemas en esta vida los buscamos nosotros", añade.
En el salón, sentados en un sofá, nos esperan Víctor y Simón, dos futbolistas ansiosos porque llegue la cita de su vida, "un sueño" hecho realidad. Comparten muchas cosas, desde su afición por el Real Madrid hasta el puesto de delantero centro, pero en lo que más coinciden es en el orgullo que sienten por "representar a España" en la que será su primera gran competición internacional. "Lo importante es participar, pero queremos ganar una copa", confiesan sonrientes.
Víctor Muñoz (25) y Simón Marco (19) / Foto: David Ramos
Víctor es espontáneo y Simón más reflexivo. El primero no duda en pedirle a una foto a la Infanta Elena [que, como presidenta de honor, no quiso perderse el acto], expresar su curiosidad por si verá o no a George W. Bush en Los Ángeles o presumir de abuelo que jugó en el Real Madrid, mientras que el segundo está más preocupado por la "injusta" salida de Iker Casillas y la evolución de Isco. Se les ve nerviosos, pero con el brillo en los ojos de las grandes ocasiones. No dejan de contar los días que faltan para subirse al avión. Será la primera vez que se alejan de sus familias, a las que aseguran van a echar "mucho de menos", pero la cita olímpica "merece la pena".
Detrás del sofá, apartados unos metros de los periodistas, les contemplan unas miradas que por momentos parecen contener las lágrimas. Es el orgullo y la emoción de sus padres. "Tuvo un accidente con sus abuelos a los cuatro años y pasó 28 días en la UVI, así que verlo así de feliz te llena de orgullo", relata el padre de Víctor, que está agradecido a su hijo por ser "un encanto de criatura" y por haberle enseñado "tantas cosas". A su lado está Alfonso, progenitor de Simón, "encantado" de ver a su hijo tan centrado y motivado. "Es una maravilla ver cómo trabaja y lo que ha conseguido", añade.
Special Olympics, organización fundada por Eunice Kennedy Shriver en 1962, trata de ayudar a las personas con discapacidad psíquica a través del entrenamiento y la competición, organizando cada cuatro años unas Olimpiadas Especiales que esta vez tienen como sede Los Ángeles, ciudad de origen del embajador Costos, implicado hasta el punto de atreverse a dar unos toques con los chavales. "En mi época de estudiante jugaba de delantero, pero no era muy bueno", confesó Costos a los integrantes del equipo de fútbol antes de desear suerte a "una de las delegaciones más grandes".
El objetivo va más allá de las medallas. Lo importante es que todos nos demos cuenta de que el mundo está lleno de capacidades.