Cómo cerrar tu casa en vacaciones y no mirar atrás
Cuando partimos de vacaciones solemos pensar más en nuestro destino que en lo que dejamos atrás. Pero cerrar convenientemente nuestra casa es muy importante: un pequeño descuido puede tener consecuencias desastrosas.
Con estos consejos sobre la nevera, la luz o el agua evitarás sorpresas desagradables a la vuelta o, incluso peor, verte obligado a interrumpir tu descanso.
EL AGUA SE CIERRA
Es blanco sobre blanco: en lugar de transformarnos en neuróticos repasando grifos, es mejor directamente cerrar la llave general del agua. Así evitamos preocupaciones por cambios repentinos de presión que perjudiquen a las cañerías, algún goteo o una inesperada fuga. Volver a casa y ponerte las katiuskas para atravesar el salón no es nada agradable.
EL ETERNO DILEMA DEL FRIGO
¿Lo apago o no? No hay una respuesta absoluta: no es lo mismo si te vas de puente con tus suegros, que ir a cruzar Europa en bici durante meses. En el primer caso, no dejes nada caducado, porque puede contaminar el frigorífico; en el segundo, vacía, limpia, desenchufa y, muy importante, deja la puerta abierta (si no, tendrás el museo del moho). ¿Y qué pasa si simplemente me voy a la playa 15 días? En este caso, como indica la web de sostenibilidad Twenergy, lo ideal es activar la función de vacaciones (si la tiene tu modelo, claro): mantiene la temperatura mínima necesaria para conservar los alimentos. Ahorrarás mucha energía.
CUIDADO CON EL GAS
Lo mismo que con el agua: lo más indicado es cortar el suministro por completo, cerrando la llave general o apagando la caldera. En caso de que tengamos butano lo suyo es no dejar bombonas en el hogar, pero si esto no es una opción no olvides que más de dos por casa están prohibidas, según informa la guía Eroski Consumer. Aquí no hay lugar para el mínimo desliz…
¿AUTOMÁTICO ARRIBA O ABAJO?
La luz puede ser un verdadero quebradero de cabeza. En casas con cuadros eléctricos diversificados hay opción de seleccionar electricidad para según qué partes, pero en las más antiguas esto no es una opción. La cosa queda en un todo o nada complicado: ¿qué pasa con el frigorífico? En este caso, lo mejor es dejarla y desenchufar los electrodomésticos que puedan estar apagados. ¿Acaso alguien va ver la tele cuando no estés?
¿Y LOS LADRONES?
Se trata de hacer un ejercicio de empatía: ¿por dónde te colarías tú si fueras a robar en tu propia casa? Conoces mejor que nadie sus recovecos y fallos: asegúrate, por ejemplo, de que realmente esté cerrado ese ventanuco que dejas abierto para airear (porque supuestamente no se ve). Ojo: estamos hablando de profesionales del saqueo. Y tampoco hace falta contarle a todo el vecindario cuándo y dónde te vas de vacaciones. A veces, el enemigo está en casa.
DEJA TU CASA COMO UNA PATENA
El mismo tiempo que dedicas a hacer la maleta, inviértelo en limpiar tu hogar antes de irte. No olvides que la porquería atrae más porquería. Si te dejas platos por fregar, lo que encontrarás al regresar parecerá más un pudridero que un lavadero o un lavavajillas. Lo mismo vale con la basura: aunque sólo tenga envases de plástico, cualquier rastro orgánico derivará en el festival de los malos olores (y más en verano). Ah, y tampoco te dejes ropa húmeda en la lavadora, aconseja la edición estadounidense de El Huffington Post.
EL TRUCO DE LA LIBRETA
Con un cuaderno y un bolígrafo puedes ahorrarte un montón de preocupaciones. Haz un listado con todo lo que tienes que chequear y, antes de irte, repasa sistemáticamente que todo esté en orden. Te irás con la sensación de tener los deberes hechos.
CUIDA AL VECINO MAJO
Hay que tener amigos hasta en el infierno y esto también vale por tu bloque o calle. Si vas a estar fuera un tiempo, es bueno dejarle las llaves a un vecino para que eche una ojeada regularmente. Estará pendiente de que no pase nada extraordinario, los malhechores pensarán que hay gente en casa y, ya puestos, regará las plantas. Luego le traes un souvenir y todos tan contentos.