Ni se te ocurra: lo que nunca debes hacer con tu congelador
¿Sabrías decir qué tienes guardado en tu congelador? La mayoría seguramente no: es el gran desconocido del hogar, donde metemos de todo y al tuntún, con la esperanza de que dure para siempre. Pero luego vienen las sorpresas. ¿No etiquetas los tuppers que guardas? ¿Congelas hasta la leche? O peor: ¿dejas la puerta abierta media hora, mientras buscas y rebuscas? Te contamos los errores más comunes que debes evitar, para que ni tu bolsillo ni tu salud se resientan.
QUE ESTÉ LLENO
Es de primero de congelador, pero aún así a muchos se les escapa: debemos colocar los productos para que no queden huecos. Funciona mejor si está lleno porque el propio frío de lo guardado ayuda a mantener la temperatura baja. De esta manera, ahorraremos electricidad… y disgustos en la cuenta corriente.
UN ELECTRODOMÉSTICO ESTRELLA
Los congeladores son como los hoteles: tienen estrellas. Y según cuántas tenga, congelará en mayor o menor intensidad (y será más o menos eficaz para evitar que se reproduzcan los patógenos, contaminadores de la comida). Cada una simboliza -6 grados centígrados y son necesarias tres para mantener los alimentos en condiciones favorables (a -18). Aunque lo óptimo para garantizar la congelación de una buena cantidad de comida (4,5 kilos o 100 litros en menos de 24 horas) son cuatro. ¿Y si una de las estrellas está entre paréntesis, o en diferente color? ¡Bingo! Significa que tiene función de súper congelación. O lo que es lo mismo, puedes llegar con la compra y meterla de golpe. Eso sí, tienes que activar la función unas seis horas antes. Sé sincero: ¿sabrías decir cuántas estrella tiene el tuyo?
NADA ES PARA SIEMPRE
La leyenda urbana dice que Walt Disney lleva décadas criogenizado, por si algún día es posible resucitarlo. Esto lógicamente no es aplicable a los alimentos que congelas: cada uno aguanta un tiempo determinado en el congelador. ¿Cuánto? En la puerta o en los cajones hay un calendario de congelación con iconos de productos acompañados de cifras, que marcan un intervalo (3-6, por ejemplo): indican el tiempo menor y mayor, en meses, de almacenamiento para cada alimento, dependiendo de su calidad. Empóllatelo y evita barbaridades.
EL DESPISTE CON LAS CERVEZAS
Cualquiera que haya hecho una fiesta en casa sabe que el congelador no es lugar para latas o botellas de cerveza o refrescos. Explotan. Un “las dejo enfriar un momento” fácilmente puede derivar en “me paso la mañana limpiando”. Un pereza de plan, vaya.
LA IMPORTANCIA DE ETIQUETAR
Hagamos un ejercicio de autocrítica: repasemos nuestros tuppers y bolsas congeladas y digamos exactamente de cuándo es cada una. Ni idea, ¿verdad? De poco sirve conocer el tiempo recomendado de congelación de cada alimento, si luego nuestro congelador es un agujero negro… La solución es tan fácil como etiquetar cada producto que guardemos con su fecha de congelación.
PEPINOS NUNCA
Las frutas, verduras y vegetales tienen mucha agua y, por ello, toman un sabor muy diferente al original, tras pasar por el congelador, según informa la guía de Eroski Consumer. Las patatas, la leche o pasteles son otros alimentos que debes mantener alejados del congelador. Aviso: lo que te puedes encontrar es muy desagradable.
ESTALACTITAS EN LA COCINA
La era glacial terminó hace 12.000 años, pero tu congelador dice lo contrario: sólo faltan los pingüinos. Significa que tienes un modelo frost, lo que implica que se forma escarcha y debes descongelarlo regularmente para no perder espacio ni gastar energía de más. Pero existe también la opción de que sea no frost (con un motor que enfría y un ventilador que reparte el frío de manera homogénea). No se formará hielo pero deberás asegurarte de guardar todo en envases herméticos, de lo contrario el aire reseca lo conservado. La cuestión es: ¿eres frost o no frost?
CON LUZ, POR FAVOR
A más de uno le sonará la escena: para encontrar los calamares congelados, sacas el tupper con boloñesa, la barra de pan, los filetes de tu madre… Y, mientras, pasan los minutos. Dejar el congelador abierto mientras buscas desestabiliza la temperatura (y, por tanto, tu economía). Un buen atajo para evitar esto es que el congelador tenga luz, según la OCU uno de los indicadores de que se trata de uno bueno. La linterna mejor guárdatela para cuando vayas de acampada.
EL TAMAÑO SÍ IMPORTA
La previsión es la mejor amiga del congelador. Si comes solo entre semana y cocinas el domingo por la tarde, lo suyo es que congeles porciones individuales, para no tirar sobras (grábalo con fuego: no se congela lo descongelado); si por el contrario te has traído una pata de cordero del pueblo seguramente encuentres sitio probando a mover bandejas y quitando cajones. Tu gran aliado en la cocina nunca va a dejar de sorprenderte con sus posibilidades.