La asociación solidaria que convierte videojuegos en comida
Los videojuegos pueden transportarnos a mundos desconocidos. A través de la pantalla cualquiera puede ser un explorador espacial, salvar el mundo, descubrir secretos que permanecen ocultos tras decenas de puzles o convertirse en deportista de élite. Gracias a Videojuegos X Alimentos también pueden convertirse en una herramienta para ayudar a los más desfavorecidos.
Se trata de un programa que busca fomentar la solidaridad a través de la afición al ocio electrónico y la informática clásica. La propuesta es sencilla y efectiva: realizar un mercadillo solidario de videojuegos en distintos puntos de la geografía española. Los juegos se compran utilizando alimentos no perecederos como forma de pago.
El artífice de esta idea es Pablo Avilés, un gran coleccionista de consolas retro y fundador de la asociación ASUPIVA. El último evento al que ha asistido es RetroMadridDays, celebrado en Torrejón de Ardoz. En dos días ha recolectado más de dos toneladas de alimentos, que ayudarán a la población local. Habitualmente se colabora con Banco de Alimentos, aunque en este caso la comida se ha repartido directamente entre dos iglesias y tres asociaciones locales, evitando intermediarios. Tanto la donación de juegos como la entrega de la comida se realiza de forma altruista.
“Huimos del dinero, porque al final siempre crea problemas” afirma Alejandro Blanco, colaborador de ASUPIVA en el evento. “Lo que necesitamos es la cooperación de empresas de transporte que cuenten con programas solidarios” para ayudar, por ejemplo, en la logística de envíos. De esa forma, podrían aceptar durante un periodo de tiempo determinado donaciones de toda España, para ampliar su catálogo de juegos. Por el momento, Avilés y sus compañeros corren con todos los gastos asociados al transporte y dietas durante los eventos.
Dentro del mundo de los videojuegos ya cuentan con apoyo de marcas como GAME o PlayStation, y en el último evento ha colaborado también IGN, filial española de una de las páginas más visitadas por los entendidos del tema. Aportan de forma solidaria copias de prensa de juegos o merchandising al que ya no dan uso. Los particulares también pueden donar consolas y videojuegos antiguos, para darles una segunda vida solidaria.
Una vez en el mercadillo, el precio se establece con un código de colores. En función de su estado o rareza se intercambian por distinto número de alimentos. Pero también hay quien no busca juegos y simplemente quiere ayudar, o que aporta más de lo exigido. “Lo mejor es cuando viene una familia cargada de bolsas, mira los juegos y nos entrega los alimentos sin llevarse un juego, si ninguno le interesa especialmente. O cuando pedimos cinco alimentos y donan diez. La gente está muy involucrada con el proyecto”. En esta ocasión hay incluso quien ha comprado pañales. ”Por lo general solo aceptamos comida, pero es obvio que si alguien necesita leche en polvo para un biberón también puede dar uso a un pañal. Agradecemos que las donaciones sean de alimentos no perecederos. Galletas, arroz, pasta, aceite, leche… todo ayuda” afirma Alejandro.
Aunque el evento de Madrid haya terminado, la asociación mira ya hacia el futuro, y tiene prevista la participación en otros eventos a lo largo del año. La colaboración con los organizadores es buena, aunque a veces resulta complicado combinar el carácter comercial de algunos encuentros con la actividad de una asociación sin ánimo de lucro. Desde ASUPIVA tienen más ganas que nunca de continuar con este proyecto, que ha repartido más de treinta toneladas de comida en su año y medio de vida.