Pedro Santisteve, nuevo alcalde de Zaragoza: "No nos han dado ni cien segundos de gracia"
El pasado 13 de junio, centenares de personas se reunían en la plaza del Pilar de Zaragoza. Querían respaldar a su nuevo alcalde, Pedro Santisteve (Zaragoza en Común), ante las puertas del ayuntamiento. Un viaje de ida y vuelta. Hace unos años, en el mismo espacio, este abogado participaba activamente en las asambleas del 15-M y no se imaginaba que un día tendría el bastón de mando de la ciudad.
En los comicios del 24 de mayo, Zaragoza en Común logró 9 concejales, uno menos que el Partido Popular. Pero la suma de esta plataforma más el PSOE (6) y la Chunta Aragonesista (2) ha llevado a Santisteve (Zaragoza, 1958) a ser el sucesor de Juan Alberto Belloch. Llega con ganas de que entren nuevos aires en el consistorio, de hacer ‘nueva política’, de contagiar alegría en las dependencias municipales.
Hasta hace unos meses era un desconocido en el panorama político. Abogado penalista desde 1984, es profesor de Derecho y Ética en la Universidad de Zaragoza y ha estado vinculado a asociaciones contra el sistema penal y de apoyo a los presos. Los vecinos le paran ahora por la calle y le piden fotos. Le encanta hablar con ellos. Confiesa en el inicio de su mandato que va a intentar hacerlo lo mejor posible y que aspira a que se imponga una democracia “de verdad, no de pacotilla”.
¿Cómo lleva tener el bastón de mando desde hace once días?
Con ilusión y mucha responsabilidad porque sabemos cuáles son las circunstancias, en cuanto a un gobierno en minoría. Tenemos muchos proyectos y ganas de empezar a sacar medidas en las que estamos trabajando desde el primer día.
¿Qué le ha sorprendido para bien y para mal desde que llegó a la Alcaldía?
Para bien, el recibimiento de los funcionarios, la buena acogida y el ambiente que se respira en la institución favorable a que se produzcan cambios. Lo malo es que veo el ayuntamiento un poco rancio en cuanto a cerrado, un poco triste, debería ser un entorno más alegre para expresar la vinculación con el pueblo.
¿Qué se ha encontrado en los cajones? ¿Cómo está el ayuntamiento económicamente?
Los cajones estaban vacíos, no he encontrado ni calderilla (Risas).
¿Por qué ha decidido no utilizar el despacho que ocupaba el anterior alcalde, Juan Alberto Belloch?
Hay que distinguir entre un despacho para atender a personalidades y otro para trabajar más funcional, cómodo, menos regio y distante.
¿Cuáles han sido las primeras medidas que ha tomado y qué piensa hacer inmediatamente?
Las primeras medidas han sido, sobre todo, entrevistarnos con instituciones como el Justicia de Aragón y con jueces, para temas de desahucios, además de con responsables de entidades financieras. Queremos tener también una reunión con el rector de la Universidad de Zaragoza y con los alcaldes de nuestras ciudades hermanas de Huesca y Teruel. Además, hemos abordado la estructura del gobierno municipal.
¿En qué se va a notar en el ayuntamiento y en la ciudad esa nueva política que proclama?
En medidas de austeridad, en el sentido de analizar qué gastos hay superfluos para destinarlos a emergencia social. El tema de frenar los desahucios es una prioridad para nuestro gobierno municipal y, fundamentalmente, introducir dinámicas en torno a la participación. Además, hacer una auditoría para saber el estado de las cuentas y ver en qué se puede reconducir para atender las necesidades básicas de los vecinos.
Reunión de los concejales de Zaragoza en Común
Se ha referido a los desahucios, ¿cómo va a actuar su Ayuntamiento?
Hablando con las entidades financieras y, después, buscando mecanismos de coordinación para adelantarnos a los procesos de lanzamiento de viviendas por desahucio. En este sentido, que los servicios municipales y autonómicos tengan información de primera mano y rápida de estos procedimientos para evitar que la gente se encuentre en la calle sin techo. También hay que actuar con un parque de viviendas sociales.
¿Le han llamado desde algunos de los grandes bancos? ¿Qué reuniones ha tenido?
Hemos tenido una con el presidente de Ibercaja, Amado Franco, y fue fructífera en el tema en el que nos hemos centrado, el de viviendas sociales y desahucios. Más adelante hablaremos de otros temas pendientes.
También ha hablado de una auditoría. ¿Cuándo se va a producir? ¿Quién la va a realizar?
Es saber un poco el estado de cuentas del ayuntamiento, todo el tema de proveedores y gasto para conocerlo en tiempo real y con la idea de que cada año se rindan cuentas. Es saber cómo están los ingresos y los gastos para hacer unas previsiones ajustadas y conseguir una mayor eficiencia en el gasto.
Ya ha anunciado que va a reducir el sueldo del alcalde. ¿Qué nómina se va a fijar para usted y sus concejales?
Estamos planteando que hay que adoptar medidas ejemplares en tiempos de crisis por parte de la clase política. Proponemos una reducción del 30% y nos gustaría que toda la corporación lo asumiera. Si no, los vamos a aplicar a nuestro gobierno.
¿En cuánto se quedaría en euros?
Desconozco las cantidades, pero pienso que 60.000 euros es un techo salarial más que ajustado. Nosotros hemos firmado un código ético que dice que no vamos a cobrar más de tres veces y medio el salario mínimo.
¿Ha encontrando a algunos sectores reacios o duros a su llegada al ayuntamiento?
No. Ahora estamos en fase de negociación con los grupos municipales para ver el tema de los suelos y los asesores, que también queremos reducir. Estamos buscando un buen clima para ir negociando día a día.
Es una de las caras más conocidas de las candidaturas de unidad popular que se presentaron el 24-M. ¿Cómo va a ser la relación con Madrid y Barcelona?
Va a ser estrecha, nuestras candidaturas ya establecieron contacto y se materializó en Madrid en un acto en la plaza del Reina Sofía el 6 de mayo. También he entrado en contacto con otros alcaldes como el de Valencia, Joan Ribó, el de Sevilla, Juan Espadas, y el de Valladolid, Óscar Puente. Creo que pueden contribuir, con independencia de su adscripción política, a un nuevo planteamiento de la autonomía local y a la revisión de la financiación de los ayuntamientos y del problema de todo lo que hay que destinar al gasto del pago la deuda. Esto en nuestro ayuntamiento supera diez veces a lo que va a acción social. Esta situación es insostenible.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha tildado de extremistas y radicales este tipo de candidaturas. ¿Cómo lleva esas críticas?
Me parecen unas manifestaciones erráticas de quien sabe que sus planteamientos fundamentalistas están fallando. El señor Rajoy debería aprender que el poder no hay que detentarlo de forma absoluta, sino que en este país y en la Constitución hay una cosa que se llama pluralismo político. Debería hacer algún cursillo, porque tanta acumulación de poder le ha sentado mal. Está un poco empachado ahora que le toca pasar las horas amargas.
El día de su investidura
¿Va a remunicipalizar alguno de los servicios del consistorio?
Vamos a estudiar caso por caso y cuando toque, porque hay que respetar los contratos firmados, se analizará.
En un momento con unas cifras de paro dramáticas, ¿va a convocar nuevas plazas de empleo público?
Hombre, hay que intentarlo. En nuestro ayuntamiento hemos perdido cerca de 800 plazas en los últimos años, por las que se han ido amortizando por jubilación y bajas. Esto no puede ser. Hay concursos públicos que se convocaron en 2009 y no se han realizado. Hay una demanda porque el envejecimiento de nuestro funcionariado requiere una renovación, además de la necesidad de la gente joven de encontrar un empleo digno. La administración local necesita renovarse también evidentemente y hay que buscar nichos de empleo.
¿Utilizará el coche oficial del ayuntamiento?
El coche oficial para cuestiones oficiales, pero yo me muevo a pie y en tranvía por la ciudad. No soy de boato, quiero mantener la sencillez con la ciudadanía porque me encanta pararme a hablar con la gente.
¿Y qué le dicen?
Me piden fotos, me saludan, me dan ánimos y veo mucho apoyo, desde la gente mayor a la joven y hasta niños, que es lo que más me gusta. Se acercan emocionados, te dan la mano y te saludan con mucha solemnidad. Les ves muy contentos y de eso se trata, que el poder se vea próximo a la ciudadanía. Hemos venido aquí para empoderar a los ciudadanos y que sea una democracia de verdad, no de pacotilla.
Para ser investido alcalde necesitó los votos del PSOE y la CHA. Por ahora gobierna en solitario, ¿pero cree que debería haber un pacto con estas formaciones? ¿Se producirá a lo largo de la legislatura?
Confío en que sí. El tema ya de gobernar en soledad nos obliga a pactar cada día cualquier acuerdo o decisión. Eso forma parte de nuestro ADN porque somos una candidatura de gente independiente bregada en la búsqueda de consensos. No nos tiene que costar debatir con gente que pueda tener otras opiniones, pero llegar a acuerdos es lo importante porque son fuerzas que creemos que defienden lo público y que quieren que la democracia sea real y efectiva. En esto estamos unidos.
Desde que llegaron a las alcaldías, a las candidaturas de unidad popular se les está examinando con lupa cada movimiento. ¿Tienen más presión que los partidos tradicionales?
Tenemos toda la presión del mundo, no se nos han dado ni cien segundos de gracia, por no hablar de cien días. Me hubiera gustado que una décima parte de esa presión se la hubiera autoimpuesto el bipartidismo que ha estado controlado el poder en los últimos treinta años. Le hubiera ido bastante mejor. Somos ciudadanos que no queremos ejercer la política de modo profesional y venimos a hacer o a suplir lo que tenían que haber hecho otras personas que han utilizado la política en beneficio personal y en el de sus amiguetes. Esta situación hay que cambiarla.
¿A qué Zaragoza aspira?
A una Zaragoza más abierta, más sostenible desde el punto de vista ecológico, más amigable, donde se vea que hay esperanza para la gente que se encuentra hoy expulsada del sistema económico y sin medios dignos de supervivencia. Y una ciudad también en la que las clases trabajadoras y medias puedan vivir con cierto bienestar en un momento en el que todas las políticas tienden a lo contrario.
Muchos ciudadanos se están preguntando qué va a hacer con los impuestos, si los subirá o bajará…
Planteamos mantener la presión fiscal. No están los tiempos ni para bajar impuestos, que es perder ingresos, y tampoco para subirlos, porque la presión ya es más que suficiente. Aquí tenemos que hacer pinitos ante esos pocos ingresos que tienen hoy los consistorios, tan intervenidos que están y condicionados por las políticas del señor Montoro.
¿Va a presionar todavía más Montoro a los ayuntamientos que cuando los dominaba mayoritariamente el PP?
No sé, pero me suenan a amenaza las últimas intervenciones del ministro. No me gusta recibir así reprimendas como si fuéramos menores de edad. Las autoridades locales merecen un respeto, no se puede jugar aquí a ‘yo tengo la llave del dinero y la voy a utilizar en mi provecho para evitar que políticas votadas por los ciudadanos sean llevadas a cabo’.
¿Qué siente cuándo le llaman señor alcalde?
Mucho orgullo y responsabilidad ante las tareas que tengo pendientes. Lo que intento es que la ilusión que me transmite la gente llegue al conjunto de la ciudadanía.
¿Hasta cuándo tiene previsto estar en la esfera política?
Hasta que los ciudadanos decidan que hay otra persona que está más capacitada, que seguro que la encontrarán. He venido a cumplir con lo que se me ha encargado y lo voy a intentar hacer lo mejor posible.