El Balenciaga de 2015: la obra del modisto español, revisitada por alumnos de diseño de moda
Si hay un modisto que cambió la concepción de la moda en España, y la visión en el exterior sobre nuestra forma de diseñar e incluso de crear (así, a lo grande), ese fue Cristóbal Balenciaga. Sus diseños fueron fundamentales para comprender la España (y la Europa) de los años cuarenta y cincuenta, y lo más importante fue que desarrolló un modo peculiar y exquisito de crear piezas únicas que hoy sigue mandando en la moda mundial.
Nacido en Guetaria (Guipúzcoa, donde tiene su museo) a finales del siglo XIX, sus creaciones fueron comparables en su tiempo a las de Chanel o Dior. Viajaron desde San Sebastián a París, pasearon por los salones de la Alta Costura y en la actualidad se exponen en museos de todo el mundo. La firma trascendió al hombre (hoy forma parte de un gran conglomerado de lujo como Kering) y actualmente está comandada por el diseñador Alexander Wang.
De ahí que, para un joven e inexperto estudiante de moda, enfrentarse a la figura del gran Cristóbal sea un reto complicado. Más cuando la tarea, como en el caso de los estudiantes de 2º del Título Superior de Diseño de Moda del IED Madrid, está no solo en visitarlo, sino en REvisitarlo, es decir, en pensar cómo podrían ser las obras del creador hoy en día. Los alumnos de este título llevan tres años realizando esta tarea, enfrentándose al reto en el IED Moda Lab. Además, este es el segundo que algunos de ellos exponen las creaciones resultantes en el Museo del Traje, dentro del ciclo Meses de Diseño Emergente, en el que varias escuelas muestran en él sus mejores trabajos. En dicho museo se pudieron ver 14 de los trabajos de los alumnos la pasada semana.
La exposición, en el Museo.
La intención era precisamente esa: revisitar al creador en un proyecto llamado BALENCIAGA: pasado, presente y futuro, en el que se buscan ideas de cómo sería la obra del artista en estos inicios del siglo XXI. Para hacerlo, contaron con la ayuda de la docente Gema Sanz (responsable didáctica del proyecto) y de la gestora Esperanza García Claver (responsable de cultura de moda de IED ModaLab y también de la exposición), que les fueron guiando en sus pasos. Tras meses de trabajo, García Claver muestra con orgullo las 14 creaciones, las mejores, que han llegado hasta las vitrinas del museo.
Antes de llegar hasta allí, el medio centenar de alumnos tuvo que pasar por distintas fases. Al principio, "los directores creativos del proyecto fueron los diseñadores Moisés Nieto y Leyre Valiente, quienes marcaron las pautas o ideas para desarrollarlo", cuentan las docentes. En este caso, Nieto y Valiente les marcaron dos pautas a seguir para inspirarse: la I Guerra Mundial o el folclore más allá del populismo (nada de falleras, nada de volantes: uno de los alumnos, de hecho, se inspiró en las fiestas populares del Lago de Sanabria y en sus cabezudos). Además, los alumnos tenían que hacer un art book, un libro con sus ideas e inspiraciones que se utiliza para acompañar la colección y comprender su concepto. Estuvieron ayudados por el fotógrafo e ilustrador Javier Biosca.
SOLO 14 'TOILES' DE 50 ALUMNOS
Tras meses de trabajo, solo 14 estudiantes (de 50) fueron los seleccionados para exponer sus creaciones en el Museo del Traje. Los alumnos montaron las 14 toiles directamente en el museo, sobre maniquíes específicos de alta costura. Las toiles son los bocetos del vestido final, patrones previos al modelo, pero realizados en un tejido más grueso llamado retor, de un algodón basto en blanco roto para marcar bien los acabados y las formas que tendrá el traje final. Así es como se crea en la alta costura, y como creaba Balenciaga, puesto que la toile se modela sobre el maniquí y en ella se pueden ver los pespuntes y las costuras al natural, como explica Esperanza García Claver a El Huffington Post en una visita a la exposición. Hablando sobre el proyecto, relata que trata de ser "una investigación de la figura de Balenciaga, por lo que su objetivo es revisarlo y traerlo al presente. Es una reinterpretación. Así, en la dirección creativa se le da mucha importancia a este proyecto en el año académico, porque sirve para trabajar el producto y la identidad de la marca".
Varias 'toiles' con las creaciones
Además de poder apreciar el arte con el que los 14 alumnos han realizado sus creaciones en las toiles, creando formas originales con reminiscencias al primer Balenciaga, también se pueden observar los art books, expuestos en seis vitrinas de la misma sala del museo, para ver cómo fueron sus bocetos, sus inspiraciones, y cómo llegaron a crear lo que querían.
Boceto de un vestido basado en la obra de Balenciaga.
Juan Gutiérrez, conservador de indumentaria del siglo XX y responsable del proyecto Mes del Diseño Emergenteen el Museo del Traje, acompaña durante la visita y explica la importancia de Balenciaga en la historia de la moda española, pero también en la cultura en general. Su importancia sigue calando: "Balenciaga es como una presencia constante. En todas las escuelas de diseño su influencia se nota, siempre. Cuando se parte de él, ya hay algo ganado", explica Gutiérrez, que asegura entre risas que "copiarle es clave". "Tiene tanta variedad formal, tantas buenas ideas, tantas soluciones para problemas básicos de patronaje...", relata el conservador. Como cuentan Gutiérrez y García Claver, durante el proceso de creación los alumnos pudieron acudir al museo a investigar cómo estaban hechas las creaciones del guipuzcoano por dentro, capa a capa.
Para Gutiérrez, Balenciaga siempre llevó la bandera de lo español por delante, y ha dejado marcada esa impronta en una industria tan efímera como la de la moda. "Fue con Balenciaga cuando se empezó a ver la torera, la discreción elegante. El volumen y las sombras que toma del pescador vasco... Todo parte de aquí. Es un creador culto, que extendió la cultura española y llevó buena parte del criterio de la elegancia española al panorama internacional. Nunca renunció a ello. Ahora ellos [por los jóvenes participantes en el proyecto] beben de esa fuente, que hará sus creaciones más sólidas". Parece que Balenciaga sonreiría ante las ásperas y exquisitas toiles de sus alumnos.