Practica 'urban farming'... o lo que es lo mismo, pon un huerto en tu vida
Que no, que en las ciudades los tomates ya no saben a tomate y a veces hasta es difícil encontrar un mísero ramillete de perejil con un poco de salero. Además, según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) casi la mitad de los alimentos que comemos contienen pesticidas, lo que unido al sabor (o ausencia del mismo) hace que proliferen los huertos urbanos.
¡Pero alto ahí! Antes de que pienses que todo esto es muy bonito, pero que no te llega el dinero para el alquiler de un ático, hay que recalcar que se puede hacer mucho en un simple balconcito con buena luz. Según la guía para tener un huerto en casa de Intermon Oxfam, se pueden construir macetas con botellas de plástico o cajas de madera de fruta y solucionar el problema del espacio con una disposición vertical. Además existen cada vez más empresas, como Planeta Huerto, que ofrecen todo tipo de materiales para iniciarse.
Para los que el balcón o la ventana se les quede pequeño, existe la posibilidad de alquilar un terreno en el que además de cultivar la materia prima para cocinar, se puede respirar aire fresco los fines de semana. La web Huertos Compartidos sirve de red social para poner en contacto a propietarios de tierras con futuros cosechadores. Por su parte, la empresa La Alegría de la Huerta ofrece en Madrid terrenos de 25 metros cuadrados por 25 euros al mes con el agua para el riego incluido. La Huerta de Montecarmelo cuenta incluso con personal que vigila tu “plantación” por si no puedes ir alguna semana. En Barcelona se puede acudir al Huerto de Ocio y en Zaragoza, a Huertolandia.
Sin embargo, solo el 10% de los huertos urbanos son privados. Cada vez son más los terrenos que los municipios ceden para la creación de huertos sostenibles, así que se puede pedir más información en los ayuntamientos.
Y quién sabe, si nos ponemos a cultivar huertos en la azotea, quizá algún día conseguimos algo parecido a esto:
