Angoulême, la ciudad en la que el cómic y el 'street art' se fusionan (FOTOS)
La ciudad de Angoulême (Francia) siempre ha visto sus fachadas como un lienzo para contar historias. En el siglo XII, los canteros que esculpieron la de la catedral románica de San Pedro aprovecharon para dejar un mensaje a modo de recordatorio a los pecadores en potencia. Entre las múltiples figuras bíblicas que la decoran plasmaron a un diablo tirando de la lengua a un condenado con unas tenazas. "Es el primer cómic de la historia de Angoulême", suelen decir los guías turísticos.
A esta tranquila localidad francesa de la región de Poitou-Charentes también se la conoce como La capital del cómic. No es sólo por su célebre Festival del Cómic, que tiene lugar a finales del mes de enero (uno de los más importantes del sector) o porque albergue una Ciudad del Cómic con un museo de más de 1.300 metros cuadrados, sino porque el llamado Noveno Arte se respira en todos sus rincones.
Así lo recuerdan en todo momento las placas con el nombre de las calles, ya que tienen forma de bocadillo de cómic. Además, los apellidos de viñetistas famosos, como Hergé —el creador de Tintín— o Goscinny —uno de los autores de las aventuras de Astérix y Obélix—, dan nombre a algunas de las principales calles del centro.
Sin embargo, el territorio al que los personajes de cómic saltan desde las páginas de papel es a las paredes. Numerosos murales de grandes dimensiones salpican tanto el centro de la ciudad como los barrios periféricos. Son trampantojos diseñados por historietistas de prestigio como Yslaire, Max Cabanes, Julliard o Florence Cestac —ellos crean el dibujo y unos operarios son los encargados de plasmarlos en los muros—. Humor, fantasía, imaginación y color sorprenden al visitante y animan el día a día de los vecinos.
Aquí puedes ver algunos de los murales más famosos de Angoulême:
Fuera de ese circuito oficial de paredes pintadas, la ciudad está plagada de pequeñas pinturas en los rincones más insospechados. Además, ningún buzón o caja de electricidad escapa a los pinceles o los sprays.