Perros que se enfrentan a puertas imaginarias
Las costumbres no son una característica exclusiva de los humanos. Los perritos también tienen claros ciertos conceptos: el bacon está rico, los gatos arañan y las puertas de cristal son muy peligrosas.
Así que, aunque los amos estén haciendo obras en casa y hayan dejado solo el marco de la puerta, los precavidos animales no se fían, y prefieren esperar a que alguien abra la puerta para pasar. Porque el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Los perros no se arriesgan, y menos si hay algún humano grabando.