Muere el cantaor Manuel Molina a los 67 años
El cantaor, guitarrista y compositor Manuel Molina, conocido por formar parte del dúo flamenco Lole y Manuel, ha fallecido en la madrugada de este martes en Sevilla a los 67 años. Hace unos meses le habían diagnosticado un cáncer.
Sus restos mortales serán trasladados al Teatro Romero de San Juan, de San Juan de Aznalfarache (Sevilla). A partir del mediodía se abrirá la capital ardiente para que familiares, amigos y la ciudadanía en general puedan dar su último adiós al cantaor.
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Manuel Molina nació en Ceuta en 1948. Allí aprendió a tocar la guitarra. A principios de los años setenta comenzó su carrera con el trío Los gitanillos del Tardón, en el que estaban Antonio Cortés Chiquetete y Manuel Domínguez.
Luego, pasó por el grupo Smash y descubrió "la música electrónica sin abandonar mi flamenco, pero sabiendo que había algo más", según afirmó en una entrevista, y consiguió el éxito con su Garrotín.
Más tarde conoció a Lole Montoya, con quien se casaría y formaría el dúo Lole y Manuel. En 1975 publicaron el disco Nuevo Día, considerado una revolución en el mundo del flamenco. "Aunque no fuimos muy bien recibidos al principio, -aseguraba- conseguimos abrir una ventana al flamenco de cara al público en general".
Cuando inició su carrera en solitario, en 1999, temblaba por la reacción del público, sacó su disco La calle del beso y se enfrentó a la música cantando, algo a lo que no estaba acostumbrado su público, y en un momento en el que el flamenco vivía uno de sus mejores momentos.
Más tarde, produjo el disco de su hija Alba Molina con quien contó para la grabación de su debut en solitario: "hice pruebas a otras mujeres pero al final fue Alba la que más me gustó, quizá porque por el hecho de estar en casa sabía lo que yo quería para mi disco".
Una de las últimas actuaciones de Manuel Molina fue el pasado año acompañando a Alba (Sevilla, 1978) en Madrid, en esa ocasión también cantando, aunque siempre prefirió quedarse "mudo" y ser conocido "solo" como "la música y letra" de Lole.
En 2014, los Molina estrenaron en el ciclo Flamenco en la dos del teatro Fernán Gómez, el espectáculo "Flamenco, versos y fuego", una cosa que el guitarrista definía en una entrevista como "muy bonita" y que permitió que el público volviera a tener el privilegio de oír al que fue la mitad de Lole y Manuel.
"Yo quería que la Lole fuera mi voz. Siempre he sido un cantaor frustrado y lo que se me ocurría, lo que yo escribía, lo tenía que cantar alguien. Lole era la mejor para eso, y no quiero compararla con nadie", pero esa "comunión", afirmaba entonces, "se acabó y se acabó".
A Manuel Molina no le gustaba prodigarse en actuaciones, pero reconocía que si se lo pedía su hija Alba era capaz de "cualquier cosa". Me pasa lo mismo que le pasaba al fallecido Paco de Lucía. Que, aunque lo que más le gustaba era cantar, siempre 'tuvo' que tocar la guitarra. Yo nunca he cantado, a excepción de cuando era chico con Chiquetete, pero ahora, como mi Alba tiene interés en que vaya con ella, y yo a ella no le niego nada, pues, ¡ea!, canto", recalcaba.
Molina dedicaba actualmente sus esfuerzos a un libro que estaba escribiendo, un manuscrito de 600 páginas con los poemas que había escrito a lo largo de su vida y que iba comentando.