Ramón Marcos: "Podemos ha sido en parte un éxito de UPyD"

En plena campaña. Casi 24 horas dedicado a la política. El candidato de UPyD a la Comunidad de Madrid, Ramón Marcos, saca unos minutos “tempranito” para estar con sus dos hijos por la mañana. Y, cuando por la noche acaban los mítines y se apagan los focos, se sumerge en la lectura de Continente Salvaje, de Keith Lowe.

Marcos (Burgos, 1969) asume el reto de ser el 'número uno' de los magenta en el momento más complicado que recuerdan los de Rosa Díez, con las encuestas señalando que no pisarán Vallecas para acudir a la Asamblea durante la próxima legislatura. Y una sombra acechando: Ciudadanos. Pero él confía en que se equivocarán los sondeos y la “teledemocracia” que se está instalando en España. “Me asusta un poco”, confiesa.

Está viviendo su segunda etapa madrileña. La primera fue de niño, de los cinco a los nueve años. Sus recuerdos de infancia le llevan al Parque del Oeste, donde iba de paseo con sus padres. La segunda, la actual, comenzó en 2006 cuando volvió a residir a Madrid por motivos laborales.

Este letrado de la Administración de la Seguridad Social recibió un día una llamada que le cambió la vida. Al otro lado del teléfono estaban Carlos Martínez Gorriarán y Juan Luis Fabo, quienes le hablaron de un partido que nacía. Comenzó entonces otra historia, ayudó a montar UPyD Madrid y más tarde se convirtió en diputado regional. Hoy es el candidato a la Puerta del Sol.

Según la encuesta preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), no entrarían en la Asamblea de Madrid. ¿Cree que le pueden dar la vuelta a los sondeos? ¿Cómo se encara la campaña con estos datos?

Me encantaría encarar una campaña con una encuesta que me diera el 50% de los votos, pero me da menos. No obstante, también en el 2011 el CIS decía que no entrábamos. Y mira el Reino Unido cómo ha tenido problemas con las encuestas. Lo importante es hacer el esfuerzo de explicar nuestras propuestas y el buen trabajo hecho. Más allá de las encuestas, trabajo con el mismo entusiasmo y las mismas ganas porque tenemos buenas ideas para cambiar Madrid.

Dice que han hecho un buen trabajo, ¿pero qué le ha pasado a UPyD desde las últimas elecciones cuando logró 8 escaños hasta las encuestas actuales?

En las elecciones generales en Madrid tuvimos más de diez puntos y en las europeas mejoramos. Hasta ahora no ha habido elecciones en la comunidad, hasta el momento solo hay encuestas. Los ciudadanos van a saber valorar el buen trabajo que hemos hecho en las instituciones y el ejemplo que hemos dado. Nosotros tenemos hechos más que palabras.

El PP volverá a ser la primera fuerza en Madrid, según el CIS, a pesar de las duras medidas de austeridad y de casos de corrupción como Gürtel y Púnica. ¿Qué interpretación hace?

Estamos hablando sobre encuestas y nos estamos deslizando sin querer a la teledemocracia, una democracia de muy baja calidad, en la que parece que los sondeos, las portadas de los periódicos y las horas de televisión quieren decidir el juego político del país. Me asusta un poco. No sé lo que le va a pasar al PP, pero en España tenemos baja calidad democrática. Necesitamos mejorar mucho el funcionamiento de nuestras instituciones, que han generado corruptos y corruptores. Hay que acabar con las redes clientelares, con el enchufismo y con la ocupación de los partidos de las instituciones.

¿Qué valoración hace del Gobierno del PP en Madrid durante la última legislatura?

Son cuatro años de fracaso tras fracaso, han sido incapaces de tener un proyecto de comunidad autónoma. Antes tampoco lo tenían, pero había dinero y gobernaban a golpe de electoralismo puro y duro, despilfarrando el dinero público.

¿Es Madrid una comunidad de derechas?

No sé. Me gustaría que pasara a ser una de las mejores regiones de Europa y ejemplo para el resto de España. Quiero que se parezca a los mejores sitios del continente para poder vivir por tener poco desempleo, poco abandono escolar, con una universidad entre las mejores y disminuyendo las desigualdades sociales. Ahora no lo es, tiene un 20% de abandono escolar temprano, un 20% de paro, con un PIB industrial que no llega al 10%, es una de las autonomías más desiguales, hay pobreza infantil y hay gente con talento que se tiene que ir.

Estas elecciones llegan con dos fenómenos nuevos: Podemos y Ciudadanos. Han cambiado el panorama político. ¿Cómo ve a los de Pablo Iglesias? ¿Cree que se están desinflando?

El fenómeno Podemos responde a la situación de crisis profunda que vive la sociedad española y a que mucha gente lo está pasando mal. En parte ha sido un éxito de UPyD, que hemos abierto el pluralismo político en España y hemos demostrado que podía haber partidos nuevos. No sé si se desinfla o no porque hasta ahora he visto el resultado en las europeas y en las andaluzas. Lo otro es teledemocracia.

Hablemos de Ciudadanos. ¿Les están comiendo la parte del pastel que creían ustedes que iban a tener? ¿Cómo ve el fenómeno?

Nunca he creído que fuera a tener ningún tipo de pastel, nosotros hacemos propuestas políticas. Demostramos con hechos y hemos lanzado propuestas serias. Ciudadanos es un partido que existía en el Parlamento catalán, que había mantenido una posición respecto al nacionalismo. Por cierto, no pusieron la querella a Artur Mas ni tampoco a Jordi Pujol. Respecto a otras medidas, el ‘oasis catalán’ no lo habían movido. Ahora se presenta en toda España y es un partido más. Nosotros competimos con todos, con Ciudadanos, PP, PSOE, IU y Podemos. Tenemos hechos concretos y no ocurrencias. Eso sí, hemos tenido menos portadas y horas de televisión que los otros partidos.

UPyD e IU habían protagonizado en los últimos años la lucha contra el bipartidismo. Ahora España parece que va a un modelo ‘cuatripartido’ con PSOE, PP, Podemos y Ciudadanos. ¿Siente envidia? ¿Qué sensación le produce ver que esa lucha la han capitalizado otros partidos?

A ver qué pasa. Estamos en un tiempo de cambio político y nosotros hemos sido decisivos en su apertura con propuestas de verdad y hechos. Parece que ahora se están configurando dos bloques, uno hacia lo que antiguamente se llamaba derecha y otro a la izquierda. Pero tengo la sensación de que son dos bloques para mantener el statu quo. Hay intereses en esa teledemocracia.

Nosotros no estamos para acabar con el bipartidismo, sino para cambiar la forma de gobernar este país. Es lo que nos importa. Lo hemos hecho con ejemplos, renunciado al reparto en el Poder Judicial, en el Consejo de Telemadrid, en la Cámara de Cuentas. Es lo que nos importa y, además, acabar con esta economía que ha impedido de verdad el crecimiento empresarial en España y que haya empleo de verdad. Durante la época de la burbuja, hubo en las administraciones -tanto del PSOE como del PP- despilfarro en obras innecesarias. Hay interés en que eso no cambie y hemos puesto de verdad en cuestión este reparto de poder en España. Eso da miedo y hay intereses para que las cosas sigan siendo igual.

Pero en esos intereses, hay gente de su partido, como José Ignacio Prendes que se ha pasado a Ciudadanos…

Nacho Prendes es un tránsfuga. Es una persona que forma parte de un partido y es diputado (en el Parlamento de Asturias), que resulta que nombra como representante electoral de la candidatura de otro partido, al que luego se irá, a su secretaria de UPyD. Eso no es juego limpio. El problema es que quien lo recibe está recibiendo a tránsfugas. El juego limpio que queremos en las instituciones también lo tenemos que aplicar dentro. Lo importante es defender unas ideas, unos valores, unos principios y unas propuestas. Luego la gente te votará o no. Pero las cosas las haces por convicción y no por subirte a las olas fáciles.

¿No les viene bastante mal que se haya montado esta guerra interna en plena campaña? ¿Qué piensa de sus compañeros que están hablando y desestabilizando al partido?

No tengo más que decir que yo me estoy dedicando a la campaña y ese es mi objetivo central, hacer propuestas y continuar. Eso sí, en el partido tiene que haber juego limpio. Prendes no jugó limpio, allá Ciudadanos. Ellos sabrán.

Rosa Díez, David Ortega y Marcos, en la pegada de carteles

¿No quiere ninguna fusión o relación con Ciudadanos?

Ni con C’s, ni con PP, PSOE y Podemos. Yo estoy en UPyD. Hay gente del partido que a lo mejor le gustaría pactar con el PSOE, otros con Podemos… pero estamos en UPyD porque creemos que es nuestro proyecto para cambiar las cosas. Si quisiera estar en otro sitio, me iría a otro sitio. Aquí la gente es libre de entrar e irse.

¿Es el 24-M la prueba de supervivencia de UPyD?

No, UPyD es un partido que tiene voluntad de permanencia, con 5 diputados, europarlamentarios, concejales. Es un paso importante, como todas las elecciones. UPyD es un proyecto político para cambiar este país. En las dificultades se demuestra la voluntad. No siempre hay que ir a lo fácil. Si uno quiere un proyecto político de cambio de verdad, tiene que saber que va a pasar por momentos difíciles. Tocar el poder siempre es difícil.

Lo que está claro también es que los pactos van a ser esenciales después del 24-M. ¿A quién dejaría gobernar si de su voto dependiese? ¿Cristina Cifuentes o Ángel Gabilondo?

Si soy decisivo, dejaría gobernar a aquellos grupos políticos que pacten políticas como un Gobierno decente y que funcione, orientado a crear empleo de calidad y que rompa con el capitalismo de amiguetes y que gestione los servicios públicos de manera profesional.

¿No se cierra a dar su voto al PP o al PSOE? ¿Hay líneas rojas?

Son las que estoy marcando. Pactamos siempre políticas, cambiar la forma de hacer política, y las decisiones no son mías, sino de la dirección del partido, según los estatutos. Cambiar la política implica no seguir haciendo las cosas que se han hecho hasta ahora. Madrid se ha gobernando mal, con electoralismo, y ha sido un desastre de Gobierno.

¿Cuál sería la primera medida que tomaría si fuera presidente de la Comunidad?

Lo primero que haría sería reducir las consejerías de nueve a seis. Además, rebajaría las direcciones generales entre un 50 y un 75% y solamente los consejeros serían cargos políticos.

¿Y la primera llamada?

A mi madre, porque se ha esforzado mucho en su vida y ha trabajado mucho. Sabe lo que es superar las dificultades y el valor del esfuerzo. Le daría las gracias.

Los ciudadanos piden un ejercicio de transparencia a los políticos. ¿Qué sueldo tiene?

70.000 euros brutos anuales, que mensualmente son 3.880 euros.

¿Qué sueldo asignaría para la Presidencia de la Comunidad de Madrid?

En España hay un problema. Yo creo que los diputados nacionales y el presidente del Gobierno central tienen que estar bien pagados porque tienen mucha responsabilidad y deben ser retribuidos dignamente. Además, así evitas corruptelas. Los diputados regionales debemos ganar menos que los nacionales y los presidentes regionales menos que el del Ejecutivo. Yo pedí en la Asamblea que hubiera una ordenación de salarios y me insultaron todos, me dijeron auténticas barbaridades. Debe ser una retribución clara, sin complementos extraños.

¿Cuánto cuesta su campaña?

Tenemos 100.000 euros para toda España y no hay asignación específica para mi campaña. Vamos gastando de aquí y allá.

¿Cerraría Telemadrid?

Debe ser una televisión de servicio público, profesional, neutral, que defienda el pluralismo político y baratita. La mantendría si fuésemos capaces de que cumpla esto.

Los gobiernos autonómicos tienen la competencia en Educación y Sanidad, los dos grandes pilares del Estado del Bienestar. ¿Es favorable a devolver la competencia al Ejecutivo Central?

Las desigualdades educativas que hay en España entre las distintas comunidades son las mismas que existían a finales del siglo XIX medidas por el índice de analfabetismo. ¿Cuál es la función del Estado? Garantizar la igualdad y la libertad. El Estado no ha funcionado porque no ha ejercido adecuadamente sus competencias, igual tiene que tener más en Educación. Debe devolverse parte.

En Sanidad también pensamos que debe haber una recuperación parcial por parte del Estado de las competencias. Lo hemos visto con la crisis del ébola, que se había desmantelado el hospital Carlos III. De eso se tiene que encargar el Estado, y de coordinar que las políticas sanitarias no sean un desastre y haya igualdad. A veces es más fácil que te traten cuando viajas a Francia que a Valencia o Andalucía. Y muchos de los procesos privatizadores no se hubieran realizado si hubiera intervenido el Estado.