La cruzada valenciana
Mediados de abril de 2007. Una moqueta traída desde Italia cubre el suelo del Mercado Central. No se permiten fotógrafos en el interior de esta joya modernista. Allí beben, disfrutan y paladean la comida de El Bulli Catering 1.500 personas. Desde Los Ángeles han llegado hasta Valencia para esta noche los actores Demi Moore, Ashton Kutcher y Chloë Sevigny, que han sido invitados por Patrizio Bertelli y Miuccia Prada. El motivo: festejar la celebración de la Copa América y la participación del barco Luna Rossa.
Aquella novísima meca de las marcas de lujo no se imaginaba que en apenas un año sería uno de los lugares que sufriría con más dolor la devastadora crisis económica. Han pasado ocho años y la Comunidad Valenciana se ha convertido en el escenario de una de las batallas más apasionantes, desquiciantes e imprevisibles de los comicios autonómicos del 24 de mayo. Es una de las grandes piezas que quieren lograr los partidos en la cacería de estas elecciones sin precedentes.
Actualmente, les Corts Valencianes están compuestas por cuatro grupos parlamentarios. Los populares lograron la mayoría absoluta en 2011 con 55 de los 99 escaños. Los socialistas son el principal grupo de la oposición (33), mientras que Compromís y Esquerra Unida tienen 6 y 5, respectivamente.
Las últimas encuestas señalan que la realidad política valenciana cambiará radicalmente con la entrada de Podemos y Ciudadanos -que pueden tener la llave del próximo Gobierno de la Generalitat-. El PP teme un batacazo aunque confía en seguir siendo la primera fuerza, en tanto que los socialistas esperan ser los segundos y aunar al resto de los partidos para tumbar a los populares. Y se da la situación de que la izquierda en esta comunidad está todavía más fragmentada que en el resto de España, al competir también por el voto Compromís y EU -la marca de IU en la autonomía-.
EL PP SE MIDE A SUS FANTASMAS
Desde las últimas elecciones autonómicas, los populares han visto la caída Francisco Camps -que dimitió por la ‘causa de los trajes' en el verano de 2011-, la irrupción de numerosos escándalos de corrupción (de la rama Gürtel valenciana al caso Brugal), paseíllos judiciales de sus cargos en los años de oro y la presencia de un 20% de diputados en el Parlamento imputados.
Ahora se encuentran con que las encuestas les auguran una fuerte caída y la posibilidad de perder la Generalitat. “Va a ser una de las campañas más líquidas, muy volátil, el panorama político es muy variable y cada día van cambiando mucho las cosas. Además, contamos también con que se va a retrasar mucho la elección del voto”, confiesan a El Huffington Post fuentes del PP valenciano.
De las últimas elecciones europeas han aprendido que la campaña “va a ser muy determinante” porque en la cita del pasado año “un porcentaje muy elevado del votante decidió el propio día de las elecciones o uno antes”, algo que creen que se va a repetir en un mes.
Rita Barberá, Mariano Rajoy y Alberto Fabra
Los populares se aferran a una “constante” de los últimos sondeos publicados en los medios: serán la fuerza más votada. Aunque en público se dice que las elecciones andaluzas no son extrapolables, en el PP valenciano han sacado conclusiones del escenario que se dibujó en el sur y que “ha hecho pensar en el resto de autonomías”. Las citadas fuentes dicen que tienen en cuenta que las nuevas formaciones -Podemos y Ciudadanos- “van a dar la batalla” en los grandes núcleos, mientras que en los municipios pequeños se mantendrá la fidelidad del votante.
Por lo tanto, los populares intentarán aprovechar el “músculo” que tienen en los consistorios de la comunidad para “arrastrar votos a través de los alcaldes a las autonómicas” y evitar el sufragio dual -que la gente introduzca papeletas diferentes en la urna local y en la regional-. En las grandes ciudades van a hacer una campaña muy “intensa, explicando mucho los peligros de un escenario de ingobernabilidad e inestabilidad”.
Francisco Camps y Alberto Fabra
“Es verdad que el partido ha sufrido”, confiesan desde el PP valenciano. La situación era más compleja dentro de la formación durante los últimos meses, cuando desde Génova no se confirmaba a Alberto Fabra -el actual presidente- como candidato. Se produjo una guerra de familias en el PP por el miedo a la debacle el 24-M. Pero es un partido muy jerárquico y presidencialista: “Cuando tenemos un patrón definido, nos ponemos todos detrás. Vamos todos a una, con las diferencias propias de unos y otros”.
¿Qué estrategia van a seguir? El PP intentará trasladar la “gestión de los últimos tres años y medio, especialmente el trabajo hecho por Fabra”. Se lamentan de que sus casos de corrupción han saltado a nivel nacional y se ha tratado “a veces de forma muy injusta a la autonomía, porque hay otras comunidades que también los han tenido”. Los populares defenderán que han tomado “medidas que nadie había adoptado, ni siquiera el partido a nivel nacional, que ahora se ven bien, pero que generaron en su día mucho desgaste interno”, comentan las fuentes.
Para estas semanas, han diseñado una campaña diferente a las anteriores. Con menos grandes actos -aunque se mantendrá el mítico mitin en la plaza de toros de Valencia-, se van a enfocar en el “casa a casa”. Fabra irá directamente a buscar a los ciudadanos e incluso mantendrá reuniones con familias que no son precisamente votantes del PP en sus domicilios para dar “explicaciones”.
EL PSOE, A POR EL GOBIERNO DE IZQUIERDAS
Los socialistas llegan a la cita electoral con la convicción de que serán la segunda fuerza más votada y de que podrán desplazar al PP con un Gobierno de coalición o con pactos constantes con el resto de partidos de izquierdas. “Lo vemos bien”, dicen fuentes del PSPV-PSOE, cuya candidatura encabeza el periodista y exalcalde de Morella (Castellón), Ximo Puig.
Desde el PSOE hacen el siguiente análisis: El PP va a sufrir un “descalabro brutal”, mientras que ellos ya han tocado suelo. Sus encuestas les dan un respaldo de un 21%, mientras que el Partido Popular estaría unos puntos por encima. Aunque se pueda pensar que esto es un “mal resultado”, les pone en el Ejecutivo. “Es cierto que nos entendemos con la oposición, no tenemos mala relación con Compromís ni con EU y en Podemos el líder es Antonio Montiel, que podría ser un candidato nuestro y con el que tenemos una excelente relación”, confiesan.
Creen además que la gente descontenta del PP solo se irá a Ciudadanos o al PSOE porque no tienen más alternativas y hay mucho votante del centro. “Los populares arrasaban antes con nuestro voto moderado”, explican. Y lo reflejan con un ejemplo: “Es como los padres que tienen la sensación de que su hijo se ha descarriado, existe el clima social entre votantes del PP de que debe pasar a la oposición, como al crío que mandas en verano a Irlanda para que siente la cabeza”. En ese sentido, ponen de manifiesto que están recibiendo el apoyo hasta de los empresarios y del centro social que ven a Puig como un “hombre con prestigio”.
Ximo Puig y Pedro Sánchez
Después del 24-M, y si las fuerzas de izquierdas consiguen superar en escaños al PP, comenzará la etapa de negociación. Se puede dar el caso de partidos que queden por debajo del PSOE intenten proponer a su ‘número uno’ para la Presidencia. Los socialistas creen que tendrán la posición favorable para encabezar la candidatura alternativa porque en este “juego de póquer” que se puede dar en la izquierda al final todos están “en la misma vía del tren” frente al PP y podrán argumentar el número de votos.
Para transmitir esta sensación de poder, los socialistas también llenarán la plaza de toros de Valencia el sábado 16 de mayo, en un acto en el que intervendrá el secretario general, Pedro Sánchez. Para Ferraz la Comunidad Valenciana es uno de sus grandes anhelos y a los socialistas valencianos, según confiesan, les viene muy bien la imagen de hombre joven, con fuerza y de regeneración que tiene el actual líder.
EL TIMBRE DE CIUDADANOS “NO PARA DE SONAR”
Hace dos años Albert Rivera fue a presentar su Movimiento Ciudadano a Valencia. Hubo mucha expectación, pero luego el partido en la región se quedó en stand by. Después de las elecciones europeas (en las que lograron cerca del 3% de votos) comenzó el “crecimiento exponencial”, señalan fuentes ‘naranjas’. “Y ahora el timbre de la sede no para de sonar”, confiesan.
A principios de febrero celebraron sus primarias y eligieron como candidata a Carolina Punset, concejal por un partido independiente en Altea que ostenta las competencias de Urbanismo y que da su apoyo a un alcalde del Partido Popular.
En los tres últimos meses han duplicado su militancia, pasando de los 1.034 afiliados censados para las primarias a unos 2.500 en la actualidad. Ciudadanos, además de a las autonómicas, se va a presentar en 131 municipios. “Nos vemos con expectativas de ser decisivos, pero debemos tener los pies en el suelo y esperar a ver lo que dice la gente. Todas las encuestas nos dan entre un diez y un veinte por ciento. El panorama está muy abierto, la izquierda está muy fragmentada y el PP tiene muchos problemas de corrupción. Nos presentamos como la alternativa de la regeneración”, reflexionan desde Ciudadanos.
Carolina Punset y Albert Rivera
Para dar esa imagen han planteado una campaña “muy de calle, sin grandes actos ni plazas de toros, nada de ostentaciones”. Van a huir de actos endogámicos que sólo sirvan para que los militantes aplaudan. Ciudadanos quiere marcar un estilo propio.
Y en este tránsito los de Rivera se han comido las expectativas electorales de UPyD, que ha vivido un auténtico terremoto interno en la Comunidad Valenciana. Hasta hace unas semanas, el candidato era el conocido actor Toni Cantó, un reclamo para los votantes valencianos. El mal resultado en Andalucía y la falta de asunciones políticas por parte de Rosa Díez llevaron al también diputado a abandonar el Congreso y dejar la carrera electoral. Por el partido se presentará el 24-M Alicia Andújar, a la que los sondeos no esperan en el Palau.
PODEMOS SALE A GANAR
A los de Pablo Iglesias las encuestas lo sitúan entre la tercera y la cuarta posición. Ellos quieren más. “Salimos a ganar las elecciones”, confiesan fuentes del partido morado. Para esta misión cuentan con Antonio Montiel, un profesor universitario y abogado que cuenta con la confianza de Madrid y que estuvo vinculado al Gobierno socialista de Joan Lerma en los noventa.
Afrontan esta campaña con “la ilusión de saber que ya hay un consenso general entre la ciudadanía sobre la necesidad de un cambio político” y la harán con los mismos parámetros que en las europeas y las del resto de las autonomías. Se van a financiar con microcréditos y no a través de préstamos de los bancos. Además, según explican, van a poner en valor que sus equipos no están formados por “políticos profesionales, sino por gente corriente, profesores, estudiantes, autónomos, técnicos de la administración y asalariados que hacen un paréntesis en sus vidas” para presentarse el 24-M.
Para este nuevo partido, será un terreno diferente al de otras autonomías, pues allí ya tenía su propio Podemos: Compromís. El propio líder regional ha confesado tras las andaluzas que no van cometer el “error” de marcarse un número de escaños para luego no tener un sabor agridulce. Además, creen que en la Comunidad Valenciana van a lograr un mejor resultado que en Andalucía.
Antonio Montiel
COMPROMÍS Y LA BAZA DE MÓNICA OLTRA
“Va a haber cambio, el PP no va a poder gobernar según las encuestas y el clima de la calles y el voto va a estar muy fragmentado e igualado en la izquierda”. Este es el análisis que hacen fuentes del núcleo duro de Compromís, que también observan que será muy importante que Esquerra Unida consiga entrar en el Parlamento (es necesario un 5% de votos) para que el resto de votos no vaya al mayoritario -previsiblemente el PP- por el funcionamiento de la ley electoral.
En su radiografía, se va a un escenario en el que será necesarias “la negociación y la palabra” para cerrar un gobierno de izquierdas. Y aquí quieren jugar con la baza de la popularidad de su candidata, Mónica Oltra, para que acabe “arrastrando muchos votos y sirva para conseguir la Presidencia de la Generalitat”. Aunque no quedaran como la segunda fuerza de la izquierda, intentarán durante la negociación que ella sea la presidenta si suman los votos necesarios.
Mónica Oltra
Compromís es una coalición formada por tres partidos: Bloc Nacionalista Valencià, Iniciativa del Poble Valencià y Els Verds. Su presencia hace diferente las elecciones valencianas porque ha desempeñado un papel similar al que aspira Podemos. “Nosotros ya representamos el partido de ruptura, los temas que tratan los morados ya los hemos llevado nosotros al Parlamento. Hay coincidencias en muchas cosas, pero serán los ciudadanos los que elijan. Eso sí, los votantes de Podemos dicen en las encuestas que prefieren a Oltra de presidenta”, resumen las fuentes. Para diferenciarse van a potenciar el mensaje de que sus decisiones se toman en la comunidad, no en Madrid, y el discurso ecologista.
EL ENIGMA DE ESQUERRA UNIDA
EU vive su propia encrucijada. Es el cuarto grupo parlamentario actualmente, pero ahora existen dudas según las encuestas sobre su superviviencia en les Corts. “Nuestra presencia en el Parlamento sería determinante numérica y políticamente”, comenta Ignacio Blanco, el candidato de la federación y ganador de las primarias frente a la histórica dirigente del PCE Marga Sanz.
“Todas las encuestas publicadas por medios de comunicación nos dan que entramos, menos las que filtran PP y PSOE, que están cocinadas a su favor”, relata Blanco. Su gran baza será el trabajo realizado durante esta legislatura y sus denuncias contra los casos de corrupción, una labor que cree que será reconocido por los votantes.
Ignacio Blanco
¿Cómo les ha afectado la irrupción de Podemos? Fuentes de EU analizan que les ha absorbido parte del crecimiento demoscópico, pero no el voto consolidado. En este sentido, observan que los de Pablo Iglesias afectan más a las expectativas del PSOE. De todas formas, consideran que se está “resituando todo un poco ahora” y Podemos tendrá un papel importante, pero parecido al de Compromís.
A partir del 24-M el Parlamento será totalmente diferente al que hemos conocido durante las últimas décadas. Más poliédrico, fragmentado, representativo. Un nuevo capítulo de la política que tiene como escenario el Palau de les Corts, la antigua casa de los Borja.
Las intrigas continúan siglos después.