No orientan pero inspiran: los mágicos mapas de Estudio Crispis
María Ramos y Cinta Arribas son dos apasionadas de la ilustración y la mitad más creativa del estudio Crispis (la otra mitad está dedicada a la música). Con su particular estilo dan una identidad gráfica a todo lo que cae entre sus manos, ya sean libros infantiles o una guía de viajes. Confiesan su debilidad por diseñar mapas, y precisamente esa fue una de las razones que las unió. Juntas decidieron emprender y convertirse en sus propias jefas. El Huffington Post ha hablado con María Ramos para conocer cómo ha nacido y evolucionado este estudio.
Al rebuscar entre vuestros proyectos es fácil ver que son bastante eclécticos. ¿Qué criterio seguís a la hora de elegir que un proyecto salga adelante?
Los proyectos que hacemos pueden venir desde fuera o los creamos nosotros, que es como más a gusto nos sentimos ya que tenemos libertad total. Cuando nos proponen un proyecto nuevo intentamos llevarlo a nuestro terreno, creamos ilustraciones sencillas pero con fuerza, siempre dándole un punto algo macarra.
Cada una de vosotras presenta una propuesta de un mapa. ¿Son proyectos paralelos?
Mi mapa de Neverland fue un ejercicio del curso del One Year ilustración del IED Madrid, de la asignatura del ilustrador Kike Ibáñez. Las pautas eran hacer un mapa de lo que quisiéramos con un límite de colores y formas usando un programa vectorial. El de Cinta es un encargo del estudio dónde trabajaba antes. Es un mapa de Europa de los caminos de Santiago y ha sido publicado en A Map of the World, de la editorial Gestalten, y próximamente en The Map Book, de la editorial Phaidon.
Mapa de Neverland
Mapa de Europa de los Caminos de Santiago
Pero ambos diseños tienen mucho en común, aunque los destinos sean muy distintos.
Son mapas que vienen de propuestas diferentes y que se hicieron por separado, pero sí, tienen un punto común. Eso es lo que nos animó a trabajar juntas. Concebimos un proyecto de forma parecida y tenemos muchas cosas en común a la hora de dibujar y pensar, por eso hicimos Crispis. Ya estamos en un punto en el que una puede empezar un dibujo y terminarlo otra.
Hay mapas de todo tipo. Unos toman el diseño desde un punto de vista más funcional (como los de un metro) y otros combinan creatividad y practicidad. ¿Qué cosas ha de tener el diseño de un mapa que consideréis imprescindible?
Creo que un mapa debe ser funcional y visualmente ser potente, las ilustraciones no deben ser meramente un elemento decorativo sino que debe complementar la información del mapa y aportar cosas nuevas. Un ejemplo de esto son los mapas que diseña la gente de Walk with me. Son funcionales y a la vez muy creativos, los puedes poner como elemento decorativo en tu casa pero también moverte con él por la ciudad. Mapas antiguos, mapas conceptuales, mapas inventados... nos gustan todos y esperamos mostrar alguno nuevo dentro de poco.
¿Cómo se os ocurrió el nombre de vuestro estudio? ¿Qué refleja?
Antes de convertirnos en Crispis Estudio habíamos hecho ya alguna publicación con nombres como Bananaman, Bababum, recientemente Hijos de fruta. Nos gustan los nombres sonoros, que sea divertido pronunciarlos. Y Crispis nos pareció un nombre que definía bien nuestra filosofía de estudio.
Mientras Cinta trabajaba para un estudio, tú seguiste formándote. ¿Qué aprendiste ese año de Máster que no supieras tras cursar Bellas Artes?
Estudié Bellas Artes en Salamanca, durante la carrera me fui decantando por la ilustración pero solo había una asignatura, la facultad estaba más enfocada a pintura o dibujo clásico. Decidí seguir formándome, tenía la sensación de haber aprendido poco, no sabía como moverme por editoriales ni hacer un portfolio. En el curso del IED, sin embargo, cada asignatura la daba un profesor diferente que sabía muy bien lo que hacía ya que se dedicaba a ello. Saben cómo moverse en el mundo de la ilustración y nos enseñaban desde cómo hacer serigrafía a preparar un presupuesto o factura. El curso te acercaba a una visión más realista de lo qué es la profesión.